ALBERTO DE BELAUNDE
Más allá del arcoíris
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Más allá del arcoíris
© 2017, Alberto de belaunde
© 2017, Editorial Planeta Perú S.A.
Av. Santa Cruz 244, San Isidro, Lima, Perú
www.planetadelibros.com.pe
Diseño de cubierta:
Edición: Daniel Soria
Diseño interiores: B-MAD
Primera edición: julio del 2017
Tiraje: 0000 ejemplares
ISBN: 0000000000000000
Registro de Proyecto Editorial: 000000000000000
Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 0000000000000
Impreso en: ...........................
dirección:
Lima, Perú.
“Esto lo tengo asumido desde pequeño.
Cuando me supe homosexual y quise ser gay, asumí que mi presencia debía ser política.
Hace mucho tiempo supe que toda mi vida iba a ser bandera”.
PEDRO ZEROLO, 2005
Apuntes previos
Sobre el libro
La idea de este libro nace pocos meses después de haber salido elegido congresista de la República. En una entrevista para un trabajo universitario me preguntaron qué sentía ser “uno de los primeros congresistas gays de América Latina”. Respondí que no sabía si era de los primeros, pero sí que en Perú era el segundo (fuera del clóset), y conocía a un par más en países vecinos.
Acabada la entrevista la duda se quedó conmigo: ¿cuántas personas abiertamente gays, lesbianas, bisexuales, trans e intersex ocupaban cargos de representación en la región? Entonces hice lo que uno hace en estos tiempos cuando tiene cualquier duda: acudí a Google, y empecé a encontrarme con perfiles e historias muy interesantes en varios países: la primera diputada trans se encontraba en Venezuela, era antichavista y una abogada experta en hidrocarburos; en Guatemala, una diputada lesbiana pedía una moratoria a toda actividad minera en su país; en Bolivia, un diputado gay presidía la comisión investigadora del caso conocido como Panamá Papers. Algunos venían del activismo LGBTI, otros no, y si bien todos se mostraban comprometidos con el impulso de los derechos de la diversidad sexual, impulsaban agendas más amplias.
Me parecía muy interesante poder conversar con ellos y compartir muchas de las reflexiones que estaba teniendo como congresista. ¿Cómo se sentían en su posición de ser las primeras autoridades abiertamente LGBTI de la región? ¿Cómo veían el avance de derechos en sus países? Además de representar a sus electores, ¿se sentían también representantes de la comunidad LGBTI? Y así nace la idea de este libro. Aprovechando que por primera vez en la región tenemos un número importante de autoridades LGBTI, buscaría conversar con ellos sobre los retos de América Latina desde sus realidades y experiencias.
Lo primero fue establecer criterios claros para poder circunscribir bien las voces que deseaba recoger en esta publicación y lograr mi objetivo. Los criterios fueron: debían ser autoridades políticas democráticamente elegidas, de América Latina, abiertamente LGBTI y, por último, estar un periodo de tiempo razonable en el puesto. Existen activistas muy importantes para la lucha LGBTI que no ocupan puestos públicos que me hubiera encantado entrevistar, pero ampliaba demasiado el enfoque deseado. Me hubiera gustado también poder entrevistar a todas las autoridades abiertamente LGBTI de la región —aproximadamente veinte—, pero las complicaciones de tiempo y logística no lo permitieron.
El resultado final son entrevistas a trece autoridades con funciones legislativas en diversos niveles de gobierno en ocho países de América Latina: Perú, Chile, Argentina, Uruguay, Bolivia, Colombia, Venezuela y Guatemala. Ocho de ellos hombres gays, tres mujeres lesbianas y dos mujeres trans, cada uno con una historia de vida y líneas de trabajo distintas, que sin duda ayudarán a enriquecer la mirada sobre este fenómeno inédito en América Latina.
Cabe señalar que un número importante de entrevistas se realizó durante el Encuentro de Liderazgos Políticos LGBTI de América Latina y el Caribe: Construyendo Democracia para la Igualdad, realizado a comienzos de 2017 en Santo Domingo. La organización estuvo a cargo de Victory Institute, Caribe Afirmativo y Diversidad Dominicana. Se trató de un espacio importante para que activistas y autoridades LGBTI reflexionaran acerca de la situación de nuestros derechos en la región.
Sobre las motivaciones para hacer el libro: la importancia de la visibilidad y el sentido de representación
No es casualidad que este libro empiece con una frase de Pedro Zerolo (1960-2015). Creo que su figura pública fue absolutamente fundamental en el proceso de asumirme como un hombre gay, y en saber que ello no limitaría mis posibilidades de participar activamente en política y aspirar a un cargo público. Gracias a él comprendí a temprana edad la importancia de la visibilidad y el sentido de representación, en especial cuando están involucradas poblaciones vulnerables.
No exagero al decir que Pedro Zerolo es un ícono del activismo gay en España. Fue parte de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) y del Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid (Cogam), y representó uno de los liderazgos más visibles durante el debate para la aprobación del matrimonio igualitario en 2005 en el país ibérico. Había un elemento adicional en su biografía que a mí me llamaba mucho la atención y me entusiasmaba: Zerolo fue desde inicios de 2005 hasta el último día de su vida concejal del Ayuntamiento de Madrid por el Partido Socialista Obrero Español, partido en el cual también ocupó importantes puestos dirigenciales.
Es decir, Pedro Zerolo no solo era visiblemente homosexual y un activista de la causa, sino que también participaba activamente en política partidaria ¡y había sido elegido autoridad en Madrid! Tal vez la mayoría de personas tenga claro hoy que eso es posible y hasta esperable de alguien que se involucra en los temas públicos, pero en ese momento, en 2005, a mis 19 años, fue todo un descubrimiento importante para mí.
Estaba en segundo año de universidad, todavía dentro de el clóset. Ni mi familia ni mis amigos más cercanos sabían que yo era gay; incluso, pese a estar en una de las universidades más progresistas del país, no conocía personalmente a nadie que lo fuese. En esos momentos era presidente del Centro Federado de Estudiantes de mi Facultad, y a veces me preguntaba si mis compañeros hubieran votado por mí de no haber estado en el clóset. ¿A la gente le importaba la orientación sexual de un candidato a la hora de votar?, me preguntaba. En el país no había ningún alcalde, regidor o congresista gay; no tenía ningún referente que me ayudara a aclarar ese temor. Todavía recordaba cómo los diarios chicha de finales de los años noventa atacaban a líderes opositores al fujimorismo: una de sus estrategias de desprestigio era acusarlos de homosexuales.
Pedro Zerolo era, por ello, un líder importantísimo para mí. No era una autoridad peruana, pero no me importaba. Necesitaba con urgencia un referente que me ayudara a disipar mis temores, a confirmarme que podría seguir mi vocación pública y aspirar a llegar al Congreso, como era mi sueño, sin que ello se viera truncado por mi orientación sexual. Zerolo además tenía una agenda de defensa de derechos muy amplia con la cual me identificaba, como la relacionada con los inmigrantes.
El descubrimiento de la figura de Zerolo se dio en un contexto muy especial. España discutía la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo. Hasta ese entonces, los únicos países que tenían “matrimonio igualitario” eran Bélgica y los Países Bajos, realidades lejanas. En América Latina la primera aprobación fue en Argentina en 2010. España era el primer país “cercano” que debatía y aprobaba esta medida. ¡Cómo olvidar ese debate! Vivía pegado a las webs de los diarios españoles