Mirian Adriana Cinquegrani - Entre la resistencia, el amor y la esperanza: Familias, discapacidad y educación inclusiva (Buenos Aires, 2006-2017)

Las familias con discapacidad han sido las que se han encargado de gestionar los obstáculos derivados de las condiciones sociales de la discapacidad que impiden la vida independiente y el ejercicio de los derechos de las personas con alguna condición de deficiencia. Este capítulo está orientado a describir las experiencias de esas familias en el proceso de escolarización de sus hijas e hijos en la escuela convencional. Para ello se han tenido en cuenta fundamentalmente la narración de sus experiencias puestas también en diálogo con las normativas escolares vigentes en el período estudiado. En cada apartado se detallan las barreras y los obstáculos que han interferido en la gestión del derecho a la educación inclusiva y toda la gama de emociones que emergen en el itinerario de la escolarización.

Fui a un jardín a inscribir a mi hijo y la directora me recibió muy bien hasta que le dije que tenía una discapacidad.

Mamá de Sergio

Una de las primeras dificultades que debieron enfrentar las familias entrevistadas a la hora de escolarizar a sus niñas o niños con discapacidad fue la de hallar una institución escolar regular que acepte y aloje la discapacidad. La elección de una escuela para la descendencia suele resultar un momento clave y de difícil decisión para cualquier familia. Las razones de selección escolar pueden ser variadas, desde la cercanía del centro con respecto al lugar de residencia familiar como las asociadas a intereses culturales, económicos y sociales propios de la biografía y las expectativas familiares. A través del portal Educa.ar,

Sin embargo, existen estudios que muestran que esas orientaciones, que parecen otorgar cierta libertad de decisión a las familias para encontrar escuela, omiten que detrás de esa aparente libertad las instituciones operan con mecanismos de selectividad que “los responsables institucionales desarrollan para elegir con qué familias y niños quedarse, basándose en criterios (más o menos implícitos) de orden, capacidad, adaptación, conflictividad con el establecimiento escolar” (Villa, 2016: 61) tanto a la hora de inscribir al alumnado como durante el trayecto escolar. También parecen ignorar que tales operaciones de selección se profundizan y se transforman en prácticas excluyentes para las personas con discapacidad y sus familias, lo cual queda evidenciado en el sistemático rechazo en el ingreso a los niveles de enseñanza obligatoria que ha experimentado esta minoría.

Desde diversas organizaciones de la sociedad civil se ha advertido acerca de la persistencia de esa desigualdad que atenta contra el derecho a la educación inclusiva. Así, en 2009 una encuesta realizada por la Asociación Síndrome de Down de la Argentina ( ASDRA ) reveló que el 90% de las familias que forman parte de la asociación tuvieron problemas al pretender inscribir a sus hijos en la escuela común (La Nación, 21 de marzo de 2009). Por su parte, la Red de Derechos de Personas con Discapacidad ( REDI ) en un comunicado de prensa de 2015 y el Grupo Artículo 24 por la Educación Inclusiva

Si bien el artículo 24 de la Convención establece que las personas con discapacidad no pueden quedar excluidas del sistema general de educación por motivos de discapacidad ( ONU , 2006), los sucesivos reclamos de madres y padres a través de las asociaciones de familias han dado muestras de que el acceso de este grupo al circuito de enseñanza común ha sido una de las barreras más difíciles de sortear. Así lo expresó el padre de Sofía:

La primera barrera está en el ingreso, nos encontramos con muchas escuelas comunes que dicen: “Mirá, no estamos capacitados”, “No tenemos los recursos”, “Fijate, por ahí tu hijo estaría mejor en otro lado”, corriéndose del tema, tomando a la persona con discapacidad como un problema y no como un desafío a nivel educativo.

Según el material documental producido por el grupo de familias autoconvocadas Padres de la Provincia de Buenos Aires por la Educación Inclusiva, desde 2010 –año en que se formó– se recibieron numerosos reclamos por las dificultades en el ingreso en los distintos niveles de escolaridad común y que, pese a que en este último tiempo las escuelas de gestión pública están abiertas a la inclusión de estudiantes con discapacidad, las dificultades en el ingreso persisten, sobre todo en instituciones escolares privadas.