Prólogo
Hace poco más de diez años que Bert Hellinger facilitó la primera constelación organizacional en Austria. Desde aquel momento, las ondas de aquella primera piedra arrojada al agua se han ido expandiendo y expandiendo. ¿Por qué? ¿Por qué este extraño método en el que se crea una especie de mundo virtual ha tenido un impacto tan grande en directivos, empleados y propietarios de empresa, que se atreven a confiar en la herramienta y mirar con ojos sistémicos?
Muchos pensadores sistémicos de todo el mundo están buscando desesperadamente nuevas formas de analizar y manejar nuestra compleja situación. Muchos consultores están buscando nuevos planteamientos y herramientas para comprender y apoyar los desarrollos organizacionales. Muchos propietarios de empresas y negocios, líderes y directivos de equipos tratan de entender los esquemas de funcionamiento de sus organizaciones. Mirar con ojos sistémicos a tu organización puede aportar inesperada y súbitamente un nuevo punto de vista, una comprensión y perspectiva distintas para actuar. Las constelaciones organizacionales y su filosofía subyacente de la percepción sistémica son tan solo una gota en el río que fluye de las distintas aproximaciones para encarar el futuro que emerge. El trabajo con constelaciones sistémicas no cambiará el mundo, pero puede producir la pequeña diferencia que hace la diferencia.
Guillermo Echegaray se ha atrevido a reunir en castellano el estado presente del arte de trabajar con constelaciones sistémicas. De manera clara y con una estructura bien perfilada, su libro nos va introduciendo en el arte del trabajo y pensamiento sistémicos. Os deseo una agradable velada por este jardín sistémico y espero que seáis capaces de recoger algunas semillas, flores o frutos que enriquezcan vuestra vida profesional y vuestra organización.
Jan Jacob Stam, director del Instituto Bert Hellinger, Holanda Groningen
I
INTRODUCCIÓN A LAS CONSTELACIONES ORGANIZACIONALES
Introducción: el experimento
En 2002 me topé por primera vez, casi por casualidad, con las constelaciones, y quedé fascinado. Rápidas, creativas, eficaces, centradas en la solución y obligándome a entender los problemas desde una perspectiva nueva, entré de lleno con ellas. Cuando vi que había un puente entre las constelaciones y la investigación con equipos de trabajo que, por aquel entonces, realizaba, no dudé en lanzarme por aquel camino.
Las organizaciones y empresas están saturadas de informaciones y formaciones, de datos, informes y cifras, de procesos y controles, y, no obstante, siguen necesitando soluciones rápidas a los problemas y dificultades que las acucian. La complejidad de las situaciones exige un foco de luz más profundo y global. Las estadísticas llegan cuando la experiencia ya ha ocurrido... Mi convicción es que las constelaciones acceden a un nivel que otras herramientas no atisban. Es parte de lo que voy a tratar de mostrar en este libro.
Pero, para llegar aquí, yo mismo tuve que salvar y poner en su sitio algunas resistencias y perplejidades que mi mente racional oponía al método: ¿Qué fundamento científico tiene esto? ¿Cómo puede funcionar? ¿Dentro de qué tradición de pensamiento se enmarca un trabajo así? ¿Hacia dónde nos lleva...? El libro quiere, de alguna manera, responder a esas perplejidades y, por tanto, servir de introducción al tema, intentando aunar rigor técnico, casos reales y reflexiones de alcance que ayuden a situar el horizonte de las constelaciones en el contexto de las organizaciones y el mundo en que vivimos.
Una de las dificultades iniciales que surgen cuando se trata de constelaciones es que no resulta fácil hablar de ellas si no se ha tenido experiencia previa. Desde el comienzo quiero salvar este escollo y planteo un pequeño «aperitivo» que sirva como demostración para el lector, y a mí también, de paso, como experimento: Me propongo «constelar» el proyecto mismo de este libro. ¿Qué puede pasar? ¿A qué tendré que prestar atención mientras lo escriba? ¿Qué me puede «decir» una constelación...? Para ello, cuento con un grupo de gente que me acompañan en un curso y a quienes les planteo la idea. El libro evidentemente no está escrito, así que se tratará de lo que se ha dado en llamar una constelación de escenario. Algo así como una simulación.
Pienso en los elementos que quiero incluir en la constelación. Está claro que uno soy yo, el autor; y otro, el proyecto del libro. Y luego están todos esos elementos que me interesa comprobar cómo interactuarán con el libro: la editorial, los posibles clientes, las empresas u organizaciones. Tiene un interés especial para mí examinar cómo puedan situarse ante el libro el entorno de las constelaciones familiares y el mundo de las constelaciones organizacionales, así que los incluyo como otros dos nuevos elementos. Por último y aunque no había pensado en ello, uno de los componentes del grupo me sugiere que incluya a los medios de comunicación. ¿Por qué no?, aunque en este momento no sea un tema que me preocupe especialmente, puede ser interesante ver su reacción. Incluyámoslos, pues.
Una vez decididos los elementos, elijo entre los integrantes del grupo a algunos de ellos para que representen a los diferentes elementos. O sea que tengo que elegir a: 1. alguien que me represente a mí como autor del libro; 2. el proyecto del libro; 3. la editorial que lo va a publicar; 4. los posibles clientes; 5. las empresas u organizaciones; 6. las constelaciones familiares; 7. las constelaciones organizacionales; y 8. los medios de comunicación. Cualquiera de los integrantes del grupo, tenga experiencia o no en constelaciones, sería válido para representar a cualquiera de los elementos. Además, ¿cómo decidir a quién le va mejor el papel de «constelaciones familiares» o de «posibles clientes», etc.? Bueno, el caso es que yo hago mi elección y uno por uno voy decidiendo quién va a ser qué.
El paso siguiente consiste en «constelarlos», es decir, en representar espacialmente, esto es, en la habitación en la que estamos, la imagen interior que tengo de la interrelación entre estos elementos. Jamás anteriormente he pensado o imaginado cómo me colocaría como autor del libro en relación al libro mismo, la editorial, los clientes, etc. Y, sin embargo, cuando me pongo a hacerlo, la cosa va saliendo. Para constelar estos elementos pongo mis manos en los hombros de los representantes y, en cierto sentido, sin apenas pensarlo, dejo que las manos y los pies me guíen hasta el punto donde siento que la posición es la correcta. Voy haciendo esto hasta que cada uno de los representantes está «constelado», y, entonces, miro el conjunto.
A = Autor
P = Proyecto
E = Editorial
O = Organizaciones
C = Clientes
CO = Constelaciones organizacionales
CF = Constelaciones familiares
MC = Medios de comunicación
Sí, efectivamente, la imagen espacial que aparece concuerda con mi imagen interior de cómo yo entiendo la situación: el protagonista de la escena parece ser el proyecto del libro, mira en la dirección del autor, los demás elementos parecen estar en función de estos otros dos. No obstante, no dejan de sorprenderme algunas cosas: la editorial está excesivamente alejada, ¿por qué habré elegido una mujer para representar el proyecto del libro...?