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Serie : Estudios Históricos, 92
Colección Historias Mínimas Republicanas, 3
ISBN de la colección: 978-612-326-125-2
© IEP Instituto de Estudios Peruanos
Horacio Urteaga 694, Lima 15072
Telf.: (51-1) 200-8500
Correo-e: libreria@iep.org.pe
www.iep.org.pe
ISBN eBook: 978-612-326-177-1
ISSN: 1019-4533
Primera edición: Lima, julio de 2022
Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú: 2022-05604
Registro del proyecto editorial en la Biblioteca Nacional del Perú: 31501132200344
Diseño de carátula: Apollo Studio
Ajuste de carátula: Gino Becerra
Asistente de edición: Yisleny López
Diagramación: Silvana Lizarbe
Corrección: Sara Mateos
Cuidado de edición: Odín del Pozo
Queda prohibida la reproducción del contenido por cualquier medio mecánico o digital sin permiso del Instituto de Estudios Peruanos.
Los editores agradecen a los propietarios de los derechos de autor de los textos citados y de las imágenes por colaborar en esta publicación. Asimismo declaramos haber hecho todo lo posible para identificar a los autores y propietarios de los derechos de las imágenes que se reproducen en este libro, cualquier omisión es involuntaria. Agradeceremos toda información que permita rectificar cualquier crédito para futuras ediciones.
Ragas, José
Los años de Fujimori (1990-2000) . Lima, IEP, 2022. (Estudios Históricos, 92) (Colección Historias Mínimas Republicanas, 3)
1. FUJIMORI FUJIMORI, ALBERTO KENYA, 1938- ; 2. HISTORIA; 3. POLÍTICA; 4. POLÍTICA Y GOBIERNO; 5. ASPECTOS SOCIALES; 6. PERÚ
W/01.04.03/HM/3
Índice
Introducción
L a historia reciente del Perú comienza con un escritor tomando sol en una playa del norte, mientras escucha la radio. No se trata de un inicio glorioso ni dramático, como uno esperaría de un país acostumbrado a diversos sobresaltos en sus dos siglos de vida republicana. No hay tampoco una proclamación desde un balcón que marque el inicio de dicho periodo. Mucho menos es el anuncio de una guerra o una primera plana con los índices en negativo que sugiera una crisis económica como la Gran Depresión de 1930. Quien quiera encontrar en esta escena banal y anodina el dramatismo propio de la ocupación de las haciendas que dio inicio a la reforma agraria, tampoco lo encontrará. Y es que muchas veces las transformaciones más violentas y profundas son anunciadas por hechos mundanos, imperceptibles a primera vista y que solo cobran sentido varios años después, cuando los cambios que provocaron avisan su propio agotamiento.
Porque el escritor de la escena es Mario Vargas Llosa, quien se encuentra de vacaciones, y lo que está escuchando en una radio prestada es el anuncio de estatización de la banca por Alan García, es que conviene detenerse en este momento. Se trata de un hecho que va a definir el debate y las políticas durante las próximas décadas en torno a conceptos como modernización, economía de mercado, rol del Estado, autoritarismo y democracia; conceptos y políticas públicas que nos siguen acechando hasta el día de hoy. Por supuesto, nada más impreciso que atribuir estas transformaciones a un hecho aparentemente fortuito y a un personaje en particular, pero lo cierto es que las acciones que se desencadenaron a partir de esta escena provocaron una serie de procesos con desenlaces imprevisibles. Uno de estos desenlaces fue la llegada a Palacio de Gobierno de Alberto Fujimori quien, junto con un grupo de colaboradores civiles y militares, peruanos y extranjeros, con experiencia de gobierno o sin ella, diseñaron el régimen que conocemos como fujimorismo.
El fujimorismo ha sido uno de los ejes centrales de la vida social, política, económica y cultural del país en las últimas tres décadas, y nada sugiere que su influencia vaya a menguar en el futuro cercano. Su historia no nos es desconocida: decenas (o acaso cientos) de estudios dan cuenta de diversos aspectos del régimen, cada cual más desconocido y en ocasiones cada cual más desconcertante. Conocemos las directrices tomadas desde los centros de poder en esos años, como lo fueron Palacio de Gobierno y el Servicio de Inteligencia Nacional ( SIN ), y cómo estas se filtraban a través de medios de comunicación, cuarteles militares y oficinas públicas hasta llegar al ras del suelo y la vida cotidiana. A su vez, el fujimorismo (y sus principales protagonistas) ha fascinado por mucho tiempo dentro y fuera del país a periodistas, politólogos, guionistas, directores de cine y ciudadanos de a pie.
¿Por qué entonces otro libro sobre un tema que pareciera ya agotado? Precisamente porque no lo está. Hay tres razones que en mi opinión justifican una nueva aproximación a los años noventa. Primero, porque se trata de un fenómeno multidimensional que abarcó todas las esferas de la vida de los peruanos durante esos años, desde los productos que se podían comprar hasta cómo hablamos y cómo nos percibían en el extranjero. En segundo lugar, porque en los últimos años han aparecido nuevas interpretaciones y fuentes que invitan a revisitar uno de los periodos más complejos de nuestra historia. Finalmente, porque considero que es necesario comenzar a separar el personaje de la época. En ocasiones, la complejidad a la que hacíamos referencia líneas arriba termina siendo reducida a la biografía o a las acciones del mandatario. Esto ocurre en parte por la aplastante visión presidencialista que tenemos de nuestra propia historia, así como también porque creemos que la (alta) política por sí misma puede explicar satisfactoriamente un periodo determinado. Nada más lejos de la realidad.
Este libro adopta una ruta distinta. Pretende ser un aporte al debate público actual donde un periodo como la década de 1990 y un régimen como el fujimorismo terminan siendo simplificados y reducidos a categorías a veces caricaturescas. El problema es que este reduccionismo es poco útil para el intercambio de ideas sobre la coyuntura actual y la visión de país que buscamos, especialmente en medio de una crisis política como la actual. Un argumento central del libro es que el fujimorismo fue un sistema en sí mismo, que utilizó la violencia, la represión y la eliminación (física, mediática o política) de adversarios como un método deliberado para estabilizar económicamente al país e introducir una versión radical de la economía de mercado y de control autoritario desde el Ejecutivo. Ambos factores fueron de la mano, y no pueden separarse, mucho menos caracterizar uno de ellos como un “exceso” o un “costo necesario” para enderezar el país. Repetir esto no solo legitima un régimen autoritario sino que, al relativizar los derechos humanos y la vida y bienestar de las personas, abrimos el camino a futuros escenarios similares.
Se trata, como el título lo advierte, de una historia mínima . Es decir, de un texto con ciertas características, como el de un formato y volumen manejables para los lectores. He privilegiado la narración por encima del apretujamiento de datos, fechas, nombres e información secundaria. Creo que una narrativa directa y clara es central al momento de explicar un fenómeno tan complejo como el fujimorismo. Si bien el aspecto político es inevitable en un tema como este, he tratado de que no se convierta en una camisa de fuerza. De modo que, para hacer la lectura más amigable, lo acompañan textos complementarios, así como imágenes de época. Cuando las fuentes me lo han permitido, he intentado moverme desde Palacio de Gobierno y las instalaciones del SIN hasta el interior de las viviendas, los mercados regionales, los cuartos de hospitales y centros médicos, las salas de embarque de aeropuertos y los espacios más íntimos para entender cómo el régimen operó en la vida cotidiana, cambiando la vida de los peruanos y sus descendientes.