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Sinopsis
Muhammad Ali es una de las personalidades y celebridades deportivas más destacadas de nuestra era, cuya trayectoria ha influido en millones de vidas. Una leyenda que ha trascendido al boxeo y que ha sobrepasado todos los deportes. Ali, un hombre de proporciones míticas, ha llegado a convertirse en uno de los personajes más idolatrados de todo el mundo.
Su figura pública está bien documentada pero, sin embargo, la cantidad de pequeños momentos que salen a la luz en esta obra demuestran exactamente por qué era tan admirado. A través de los relatos exclusivos de familiares, amigos íntimos, colegas y rivales, Fiaz Rafiq ha construido una perspectiva irresistible y fascinante que nos permite comprender mejor a esta inmensa leyenda del deporte, y en el que muestra los pensamientos, recuerdos y anécdotas de una figura pública de primera magnitud en una historia épica, de valentía, coraje, esperanza, aptitud y voluntad indomable.
Así, entre los entrevistados en exclusiva para el libro, se encuentran personajes tan destacados del boxeo como George Foreman, Larry Holmes, Chuck Wepner, Joe Bugner, Angelo Dundee, Don King, Jim Brown, Lou Gossett Jr., Harry Edwards, Butch Lewis, Sugar Ray Leonard o Evander Holyfield, miembros de su familia —con recuerdos de primera mano de los hijos de Ali, algunos de los cuales nunca habían hablado antes en público de su padre— y algunos de los principales y más destacados periodistas deportivos que trabajaron y vivieron al lado de Muhammad Ali.
Los atletas pueden ser recordados en sus respectivos deportes, pero a muy pocos se les recuerda por haber cambiado el mundo.
Prólogo
Me sentí profundamente honrado cuando mi amigo Fiaz Rafiq me pidió escribir el prólogo de su libro Muhammad Ali: la vida de una leyenda. Leer todos esos hermosos encuentros de destacadas figuras con mi padre, en cuya carrera tuvieron gran impacto, fue algo estimulante. Figuras de la talla de Angelo Dundee, Jim Brown, Sugar Ray Leonard, George Foreman, Chuck Wepner, Larry Holmes, Harry Edwards, Louis Gossett Jr., José Sulaimán y Butch Lewis, entre otros muchos. Estas historias abarcaban la diversidad de mi padre: el deportista, el amigo, el padre, el hombre de familia, la figura humanitaria y el icono.
Lo que encumbró a mi padre fue su inexplicable talento en el ring. Pero lo que agrandó su figura fue el amor que mostraba hacia su gente. El modo en el que hacía que se sintieran los demás, especialmente las minorías y los afroamericanos, era algo increíblemente espiritual. Lo que él representó y la forma en que inspiró al mundo para ser genial y hacer cosas geniales, seguirá tocando lo más profundo de nuestros corazones. Espero que esta biografía inspire a otros no solo a amarse a sí mismos, sino también a marcar la diferencia en las vidas de los demás y alentarnos a ser la mejor versión de nosotros mismos.
Gracias por los recuerdos.
Dios os bendiga.
R ASHEDA A LI
Prefacio
Muhammad Ali es una de las figuras más notables de nuestra época y puede que el mayor deportista surgido durante la era moderna. Una figura de proporciones míticas que tal vez fuera el hombre más reconocido en vida de su época: en la cima de su carrera, el conocido como «the Greatest» («el más grande») ingresó en el Libro Guinness de los récords por ser la persona de quien más se había escrito en el mundo. El propio Ali, por supuesto, se mostraba humilde sobre su figura, algo característico en él. «Soy el hombre más reconocido y amado que jamás haya existido porque en tiempos de Jesús o Moisés no existían los satélites», contó en una entrevista no mucho después de que John Lennon proclamase que los Beatles eran más grandes que Jesús. «La gente de los pueblos más apartados no los conocen.»
Décadas después de su último combate, aún se rememora a Ali tanto por su boxeo como por sus principios: por su audaz estilo esquivando los golpes y su rapidísimo jab, que desconcertaron a Sonny Liston, por su postura contra la guerra de Vietnam, por sus duelos con Frazier y Foreman y por su buena disposición para pasar tiempo con casi todos. Era un boxeador que mostraba un gran amor por el mundo y una figura cuya valentía traspasaba los límites del ring. Es posible que sea más querido hoy en día que antaño como campeón de peso pesado, atrayendo a hombres y a mujeres, a jóvenes y a mayores.
Para mí, Ali ha sido una de las dos grandes influencias de mi vida. Muhammad Ali y Bruce Lee influyeron en la cultura popular y en el mundo de maneras distintas; dos luchadores que cambiaron el significado de esta palabra y que causaron un profundo efecto en mi persona. Ambos defendieron sus convicciones. Ambos lucharon contra los estereotipos racistas, superaron obstáculos insalvables y dejaron un legado que pervive en la actualidad. La espectacular vida de Lee se truncó cuando alcanzaba su mejor momento: su temprana muerte consolidó su estatus de leyenda. Ali vivió hasta la avanzada edad de setenta y cuatro años, y su influencia es, sin duda, mayor.
Tras entrevistar a decenas de amigos, parientes y socios de Bruce Lee con la finalidad de escribir una historia oral del pequeño dragón, entendí a través de dicha experiencia que ese formato era una de las mejores vías para mostrar una nueva perspectiva de un icono tan querido. Sabía también, desde que empecé a escribir este libro, que intentar capturar la vida de un individuo del calibre de Ali sería una ardua tarea; por no mencionar el intento de contar algo nuevo de un hombre al que se le han dedicado numerosas columnas, libros, películas y programas de televisión. Con todo y con eso, «the Greatest» me cautivaba a medida que le seguía; cada revelación nueva de sus familiares o de sus amigos me descubría más cosas del hombre sobre el que tanta gente sabe cosas. Mi curiosidad aumentaba a medida que me sumergía en la vida de Ali, al profundizar en un hombre que ya era célebre por sus obras benéficas y su naturaleza generosa. El tres veces campeón de peso pesado sufrió también dificultades que yo no había considerado, fortalezas y debilidades que humanizaban a la leyenda mientras las iba descubriendo. Poco a poco, fui recomponiendo el rompecabezas de un hombre complejo: sus inclinaciones políticas, sociales y religiosas; sus sensibilidades y costumbres; así como todo aquello que le hizo ser tan querido.
He revisado las extensiones de los distintos textos que componen este libro en lo posible para que su lectura sea equilibrada y apasionante. Creo, y estoy seguro de que muchos comparten mi opinión, que era necesario abordar las facetas de la vida de Ali que iban más allá de su carrera en el boxeo. Ali fue un catalizador del cambio social, del que se hizo eco, lo que le granjeó el cariño de la gente. El lado humano del hombre y del personaje público no solo resulta conmovedor, sino que define profundamente la esencia del verdadero carácter de Ali. Dar forma al libro ha sido una tarea formidable. Durante la fase de investigación, me puse en contacto con decenas de familiares, amigos, colegas, colaboradores, entrenadores y conocidos de Ali. Hablé con viejos compañeros de entrenamiento sobre las jornadas de gimnasio, con antiguos contrincantes sobre lo que suponía enfrentarse al mejor de todos los tiempos y con algunos de sus amigos más íntimos sobre cómo actuaba Ali cuando las cámaras estaban apagadas. Todo ello, con la esperanza de obtener un tipo de biografía más íntima, una versión sin adornos de los acontecimientos que facilitase a todos contar su propia historia. Creo firmemente que este enfoque poco convencional es una de las mejores formas de contar una historia, pues permite al lector formarse su propia opinión de un individuo complejo y crearse su propia imagen de él como hombre. En estas páginas, descubrirás a un hombre vibrante, con sentido del humor e intuitivo que, además, era una persona cálida, afectuosa y accesible: un púgil asombroso que era tan amable fuera del ring como feroz dentro de él.