Anna Caballé - Francisco Umbral. El frío de una vida

Francisco Umbral, una de las figuras centrales de la cultura española contemporánea, encarna mejor que nadie al escritor que ha hecho del individualismo más feroz su norma de vida. Lleno de amor propio, su trayectoria literaria sugiere un esfuerzo continuo y obsesivo por afirmarse a sí mismo al tiempo que en sus libros, muchos de ellos explícitamente autobiográficos, se insiste en ocultar los datos precisos que pudieran explicar la naturaleza hercúlea de su vocación. El resultado ha sido una obra permanentemente escindida entre la confesión y el encubrimiento. El frío de una vida es una brillante interpretación de la escritura umbraliana a partir de los obstáculos y dificultades reales que no han dejado de asediar a su autor y que han permanecido ocultos hasta ahora. Anna Caballé ha investigado las circunstancias en las que transcurrieron la infancia y adolescencia de Umbral, su llegada a Madrid, su incansable labor como articulista y escritor, su relación con las mujeres y con el poder. El resultado es un libro iluminador, valiente, riguroso y arriesgado. La biografía de un escritor vivo como no se había escrito hasta ahora en España, y que sin duda marcará un antes y un después en el género.

Anna Caballé

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Titivillus 23.01.16

Título original: Francisco Umbral. El frío de una vida

Anna Caballé, 2004

Editor digital: Titivillus

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ANNA CABALLÉ MASFORROLL (Hospitalet de Llobregat, España, 1954). Anna Caballé Masforroll es profesora titular de Literatura Española de la Universidad de Barcelona y responsable de la Unidad de Estudios Biográficos. Premio Extraordinario de Doctorado por su tesis La literatura autobiográfica en España (1939-1975) y Premio Gaziel 2009 de Biografías y Memorias, convocado por la Fundación Conde de Godó. Su línea de investigación es el estudio y la divulgación de la escritura auto/biográfica en lengua española. Colaboradora habitual del suplemento ABC Cultural y de otros medios de comunicación.

1. Historia de un libro

[1] Escribe García-Posada en el tercer volumen de sus memorias: «Un viaje a Sevilla en el mes de septiembre del noventa y siete me permitió entrar en contacto con la ciudad en una época para mí insólita […] Pero yo no fui por motivos desinteresados sino formando parte de la expedición que acompañaba a Francisco Umbral a recibir un premio» (Las ramas de oro, Península, 2002, pág. 26).

[2] Y el jurado estaba formado por José Manuel Lara, Terenci Moix, Carlos Pujol, Juan Eslava Galán y José Enrique Rosendo (concejal de Cultura del Ayuntamiento de El Pedroso, municipio donde nació el fundador de Planeta).

[3] El principal especialista en el estudio de la autobiografía, género al que ha dedicado valiosos libros que han sido decisivos en mi orientación crítica e investigadora.

[4] Autor, entre otros trabajos, del valioso artículo «El pacto ambiguo», que recorre el espacio autoficcional en la novela española contemporánea: BUEB, enero 1996, Universitat de Barcelona, págs. 9-18.

[5] Luis García Jambrina coordinó un número monográfico de la revista Ínsula dedicado al escritor: «Francisco Umbral: La escritura perpetua», núm. 581, mayo 1995. Incluye la bibliografía más completa publicada hasta la fecha.

[6] Cuando José María Gironella se propuso el libro Cien españoles y Dios, escribió a Francisco Umbral, uno de los cien españoles a los que pensaba dirigir la encuesta sobre la influencia católica en nuestra cultura. A Umbral, que había tenido elogios para el autor gerundense en otro tiempo, le indignó que le pidiera responder a unas preguntas sobre sus creencias religiosas sin cobrar nada por ello. Desde entonces repite esta anécdota: «Cuando Cien españoles y Dios, a mí también me mandó una carta pidiéndome cinco folios espontáneos, o sea, gratuitos, sobre tan importante tema —para él— como la cosa de Dios. No hice esos folios, pero publiqué un artículo echando cuentas: si los cien convocados respondíamos con nuestros folios, Gironella se encontraba con un tocho de 500 páginas sobre tan grave tema. Y el único autor derechohabiente era él» («Gironella», El Mundo, 9-I-2003).

La entrada «Gironella» de su Diccionario de Literatura es de dudoso gusto: «El señor Gironella, después de haber hecho la obra de su vida, que amargó la nuestra, ya no encontraba temas, de modo que escribió sobre su cerebro, sobre su madre, sobre Dios, y ya no ha vuelto a tener el favor de aquellos españoles franquistas que creían en Dios, como los cipreses del título, y que se pasaban la vida recontando carcaveras, a ver si era verdad lo del millón de muertos». ¿Acaso Umbral no ha escrito cuanto ha querido de su madre o de la guerra? ¿Cuál es el problema? ¿Los millones de ejemplares vendidos por Gironella, tal vez?

[7] Fue un lunes, 1 de diciembre de 1997.

[8] La carta está fechada en «Madrid, abril» y el matasellos es de Madrid, 16 de abril de 1999, el mismo día del acto en Barcelona.

[9] Nunca he estado en su casa, aunque así lo haya sostenido el escritor en algunas declaraciones: «Esa mujer vino a casa con la pretensión de recopilar datos para escribir una biografía mía. Me confié… pero ella sólo buscaba armar escándalo» (entrevista de Concha Albert, Telva, 2001).

[10] La tensión que mantiene consigo mismo aflora en los detalles más nimios. Un ejemplo (nimio también) para ilustrarla. Cuando Eduardo Martínez Rico le pregunta qué aprendió en el Banco donde estuvo trabajando de joven, Umbral contesta: «Aprendía muchas cosas. Aprendí a sumar a unas velocidades fabulosas mentalmente, sin papel, sin lápiz, cuando no había ordenadores. Todavía sumo grandes cantidades mentalmente». Unas páginas atrás, sin embargo, ante una pregunta parecida («¿qué hacías en el Banco?»), le ha respondido «hacía el negociado y la correspondencia con otros dos, y eso era lo que mejor se me daba, porque los números no me interesaban nada». Umbral: vida, obra y pecados. Conversaciones, Foca, 2001, págs. 51 y 26, respectivamente.

[11] En «El cronista de sí mismo», afirma: «Es su biografiador, su crítico, su analizador de textos, su propagandista. Puede parecer que con esto facilita la obra de los críticos, pero pienso yo que la dificulta, pues les desagradará la labor de simples amanuenses». Francisco Umbral, de Ángel Antonio Herrera, Grupo Libro, 1991, col. ¿Yo Soy Así?, pág. 137.

[12] «Manual de instrucciones para leer a Umbral», Los Alucinados, La Esfera de los Libros, IX-2001, pág. 19.

[13] «Armadura sin voz, el solitario», El Cultural, 19-IX-2001.

[14] «Los comienzos de un escritor», Boletín de la Unidad de Estudios Biográficos, IX-1999, Universidad de Barcelona, págs. 9-20.

[15] «Odiar da cáncer», entrevista a Francisco Umbral firmada por Arcadi Espada, El País, 17-XII-2000, págs. 12 y 13 («Domingo»).

[16]Hijos de la razón. Contraluces de la libertad en las letras españolas de la democracia, Edhasa, 2001, págs. 184-185.

[17] Me consta que el libro se escribió en paralelo a Diario político y sentimental, aunque se publicara tiempo después.