Annotation
Francisco Umbral, una de las figuras centrales de la cultura española contemporánea, encarna mejor que nadie al escritor que ha hecho del individualismo más feroz su norma de vida. Lleno de amor propio, su trayectoria literaria sugiere un esfuerzo continuo y obsesivo por afirmarse a sí mismo al tiempo que en sus libros, muchos de ellos explícitamente autobiográficos, se insiste en ocultar los datos precisos que pudieran explicar la naturaleza hercúlea de su vocación. El resultado ha sido una obra permanentemente escindida entre la confesión y el encubrimiento. El frío de una vida es una brillante interpretación de la escritura umbraliana a partir de los obstáculos y dificultades reales que no han dejado de asediar a su autor y que han permanecido ocultos hasta ahora. Anna Caballé ha investigado las circunstancias en las que transcurrieron la infancia y adolescencia de Umbral, su llegada a Madrid, su incansable labor como articulista y escritor, su relación con las mujeres y con el poder. El resultado es un libro iluminador, valiente, riguroso y arriesgado. La biografía de un escritor vivo como no se había escrito hasta ahora en España, y que sin duda marcará un antes y un después en el género.
Anna Caballé
Francisco Umbral —El Frío de una Vida
ESPASA
© Anna Caballé Masforroll, 2004 © Espasa Calpe, S. A., 2004
Diseño de la colección: Tasmanias
Foto de cubierta: Alberto Esteban / Espasa, retocada por Tasmanias Foto de la autora: Sabino Méndez Realización de cubierta: Tasmanias
Depósito legal: M. 21-2004 ISBN: 84-670-1308-7
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Impreso en España/Printed in Spain Impresión: Huertas, S. A.
Editorial Espasa Calpe, S. A. Complejo Ática —Edificio 4 Vía de las Dos Castillas, 33 28224 Pozuelo de Alarcón (Madrid)
Índice
Historia de un libtro
El imperio delnombre
¿Un escritor autobiográfico?
El tropiezo de May
El pequeño escribiente vallisoeltano
El pecho esquinado de los barcos
Un escándalo provinciano
A la conquista de Madrid
La crisis del 65
El ritmo galopante de una Olivetti
El lugar del hijo
El Nadal número 32
Umbral, amor
Jais, gachís y choricillas
Epílogo
Notas
Obra consultada
Abreviaturas
Índice onomástico
Epígrafe
Este ensayo utiliza categorías psicológicas porque estas se han convertido en categorías políticas.
Prefacio a Eros y civilización. Contribución a Freud, de Herbert Marcuse
Somos tan superficiales, tan vanos, que casi nunca diferenciamos una conducta de una vida. ¿Qué sabemos nosotros de la vida interna de Lorca, de su metal último y más verdadero?
Francisco Umbral, horca, poeta maldito
Yo no tengo escrúpulos. No me parece tampoco inmoral ni ilegítimo que digan de mí lo que quieran. Aunque creo que de mí se pueden decir pocas cosas, porque soy muy alto y muy guapo.
Entrevista de José Miguel Ullán a Francisco Umbral, El País, 28 de junio de 1981
Nota de la autora
He hablado con muchas personas que conocen bien a Francisco Umbral o bien que se han cruzado en algún momento en su camino; a todas agradezco la deferencia, la cordialidad y, en algunos casos, la amistad con que me han tratado. Sin sus comentarios y aportaciones mi trabajo hubiera sido casi inhumano. Pero debo decir que soy la única responsable de la información que se maneja a lo largo del libro, así como de la interpretación de los principales datos biográficos del escritor.
1 Historia de un libro
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No había aparentemente razón alguna para la inquietud, pero la inesperada presencia del novelista José María Gironella en Sevilla angustió a Umbral hasta el extremo de comportarse groseramente con el reconocido autor de Los cipreses creen en Dios. ¿Es que Gironella se había desplazado a Sevilla por las mismas razones que él? ¿Para quién era el premio Fernando Lara? Es un sentimiento incontrolable para Umbral que le hace reaccionar de una forma no solo imprudente, sino chocante: «¿Qué hace ahí ese viejo?», no dejaba de comentar en voz alta, avergonzando a quienes le veían dominado por un momento de pánico. Finalmente, y de acuerdo con el guión que estaba previsto, no hubo sorpresas y a José María Gironella, que atravesaba un difícil momento económico, se le dio un accésit de diez millones de pesetas que apenas oscureció su avidez de protagonismo. En la rueda de prensa inmediata a la concesión del premio, el escritor afirmó que le costaba reconocer la novela como suya. Le atribuyó una sólida arquitectura narrativa y habló de «novedad» respecto de sus libros anteriores: «No parece mía, hay muchos diálogos y tiene una construcción muy rigurosa. Me hace ilusión haber hecho una cosa nueva».
Eran las declaraciones lógicas de un escritor que confía en seguir vendiendo libros —novelas— y, por lo tanto, tiene que marcar las diferencias con sus trabajos anteriores para que no parezcan el mismo libro. La forja de un ladrón era su novela número cuarenta, en cálculo en el que no confío demasiado porque es muy difícil a veces precisar los géneros y también las fechas de publicación en el conjunto de su obra: el material literario utilizado por el escritor viene reciclándose en formatos diversos y a lo largo de los años. Pero de algún modo, en aquella ocasión, como también le ha ocurrido otras veces, Umbral tenía que justificar su escritura, la aparición de un nuevo libro, ante la concesión de un galardón. De no mediar un premio, el escritor no tiene por qué explicar los motivos de la publicación de un nuevo libro (si no desea hacerlo), aunque tenga por costumbre señalar la novedad de sus novelas (o insistir en que «se venden muy bien») a fin de salir al paso de las suspicacias que suscita el hecho de ser autor de una obra literalmente inabarcable. Consciente de que la falta de una firme estructura argumental es el reproche más frecuente que se hace a sus libros y que, por otra parte, un lector común puede pensar que ya está ahíto de una literatura que crece a un ritmo imparable, Umbral insistió en los dos aspectos (diálogo y estructura) que podían doblegar al indeciso para preguntarse: al fin y al cabo... ¿y si esta fuera su novela de verdad?, ¿la que puede esperarse de un hombre de su talento?
Naturalmente, al publicarse La forja de un ladrón, el lector ingenuo pudo comprobar en la obra los motivos y la forma narrativa habitual en el escritor: ¿cuántas veces no ha escrito Umbral el episodio de la manicura con su madre? Un libro más, pues, sobre lo mismo de siempre. Yo había creído en las declaraciones del escritor sin reparar en que no eran sino eso, un recurso para encajar otro libro, una escritura aparentemente exhausta. Pero no importa; otros lectores debieron de quedar seducidos, como yo misma, por el espejismo, y eso es lo único que cuenta. Umbral, como él mismo ha admitido en alguna ocasión, carece del sentido de la responsabilidad moral, de modo que no tiene por qué sentir escrúpulos a la hora de querer vender un libro suyo. Otro libro. Un libro más.
Desde luego, el escritor tenía interés en lograr un cierto éxito de ventas con