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Aristóteles - Acerca del cielo - Meteorológicos

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Aristóteles Acerca del cielo - Meteorológicos
  • Libro:
    Acerca del cielo - Meteorológicos
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    ePubLibre
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    2016
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Acerca del cielo - Meteorológicos: resumen, descripción y anotación

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LIBRO I

La perfección del universo

Es evidente que la ciencia de la naturaleza 268a versa casi toda ella sobre los cuerpos y las magnitudes y sobre sus propiedades.

Pues bien, continuo es lo divisible en siempre divisibles, y cuerpo, lo divisible por todas partes, y esas tres cosas constituyen el número de la tríada. Por eso, habiendo recibido de la naturaleza, como si dijéramos, sus leyes, nos servimos también de ese número en el culto de los dioses. Y damos también las denominaciones de esta manera: en efecto, a dos objetos los designamos como «ambos», y a dos personas, como «uno y otro», pero no como «todos»; sin embargo, acerca de tres empezamos ya a emplear esa expresión. Seguimos estas , como se ha dicho, porque la propia naturaleza así lo indica.

Por consiguiente, dado que la totalidad, sino, en todo caso, en la materia y en aquello sobre lo que se dicen, sólo el cuerpo, entre las magnitudes, es perfecto: sólo él, en efecto, se define por el tres, y eso es un todo.

Al ser divisible en tres , es divisible por todas partes; de las demás , en cambio, una lo es en una y otra en dos : en efecto, según el número que les corresponde, así es su división y su continuidad; pues una es continua en una , otra lo es en dos y otra lo es en todas. Así, pues, todas las magnitudes que son divisibles son también continuas; aunque de lo dicho hasta ahora no se desprende claramente si todas las cosas continuas son también divisibles.

Pero lo que sí está claro es que no es posible el paso a 268b otro género , como sí lo es el de longitud a superficie, y de superficie a cuerpo, pues una magnitud así no sería perfecta; en efecto, es forzoso que el paso se produzca a causa de una carencia, y no es posible que a lo perfecto le falte nada, pues es perfecto en su totalidad.

En definitiva, cada uno de los cuerpos que tienen el carácter de partes es igualmente en virtud de este razonamiento, pues posee todas las dimensiones. Pero está limitado por el contacto con el contiguo; por tanto, en cierto modo, cada uno de los cuerpos es múltiple del que éstos son partes es necesariamente perfecto y, tal como su nombre indica, lo es completamente, y no en parte sí y en parte no.


El cuerpo dotado de movimiento circular

Acerca, pues, de la naturaleza del Todo, de si es infinito en magnitud o si el conjunto de su masa es limitado, hemos de investigar más adelante. Hablemos, en cambio, de sus partes específicas tomando el punto de partida siguiente.

De todos los cuerpos y magnitudes naturales decimos que son de por sí móviles con respecto al lugar; decimos, en efecto, que la naturaleza es el principio de su movimiento. Ahora bien, todo movimiento con respecto al lugar, al que llamamos traslación, rectilíneo o circular o mezcla de ambos: estos dos, en efecto, son los únicos simples. La razón es que sólo estas magnitudes son simples, a saber, la rectilínea y la circular. Circular, pues, es en tomo al centro, y rectilíneo, el ascendente y el descendente. Y llamo ascendente al que se aleja del centro, descendente, al que se acerca al centro. De modo que, necesariamente, toda traslación simple ha de darse desde el centro, hacia el centro o en tomo al centro. Y esto parece desprenderse lógicamente de lo dicho al principio: en efecto, el cuerpo y su movimiento alcanzan la perfección con el número tres.

Y puesto que, de los cuerpos, unos son simples y otros son compuestos de aquéllos (llamo simples a todos los que tienen por naturaleza un principio de movimiento, como el fuego, la tierra y sus especies y afines.

Dado, pues, que existe el movimiento simple, que el movimiento circular es simple y que el movimiento del cuerpo simple es simple y el movimiento simple lo es de un cuerpo simple (en efecto, aun cuando lo fuera de uno compuesto, sería con arreglo al predominante), es necesario que haya un cuerpo simple al que corresponda, de acuerdo con su propia naturaleza, desplazarse con movimiento circular. Cabe, sin duda, que, de manera forzada, uno con arreglo al de otro, pero es imposible de manera natural, pues el movimiento correspondiente a la naturaleza de cada uno de los simples es uno solo.

Además, si el antinatural es contrario al natural y el contrario de uno es uno solo, entonces, dado que el en círculo es simple, si no fuera conforme a la naturaleza del cuerpo que se desplaza, forzosamente sería contrario a su naturaleza. Así, pues, si lo que se desplaza en círculo fuese fuego o algún otro de los de esta clase, la traslación natural de éste sería contraria a la circular. Pero uno solo es el contrario de uno; ahora bien, el hacia arriba y el hacia abajo son mutuamente contrarios. Por otro lado, si lo que se desplaza en círculo de manera antinatural es otro cuerpo cualquiera, éste tendrá algún otro movimiento natural. Pero eso es imposible, pues si es hacia arriba, se tratará de fuego o de aire, y si es hacia abajo, de agua o de tierra.

Pero además la traslación de ese tipo y el en línea recta es de los cuerpos simples (en efecto, el fuego se desplaza en línea recta hacia arriba y los cuerpos terrosos hacia abajo, en dirección al centro), también el movimiento circular será necesariamente de uno de los cuerpos simples; pues ya dijimos que la traslación de los mixtos tenía lugar con arreglo al simple predominante en la mezcla.

A partir de esto evidente, entonces, que existe por naturaleza alguna otra entidad corporal aparte de las formaciones de acá, sea conforme a la naturaleza de algún otro.

Además de esto, si el desplazamiento en círculo es natural en alguna cosa, está claro que habrá algún cuerpo, entre los simples y primarios, en el que sea natural que, así como el fuego se desplaza hacia arriba y la tierra hacia abajo, él lo haga naturalmente en círculo. Ahora bien, si lo que se desplaza circularmente se mueve de manera antinatural en su traslación en derredor, sorprendente y completamente ilógico que ese movimiento sea el único continuo y eterno, siendo antinatural; parece, en efecto, que en los demás casos lo antinatural se destruye muy rápidamente.

De modo que, si lo que se desplaza.

Por consiguiente, razonando a partir de todas estas , uno puede llegar a la convicción de que existe otro cuerpo distinto, aparte de los que aquí nos rodean, y que posee una naturaleza tanto más digna cuanto más distante se halla de los de acá.


Propiedades del cuerpo en movimiento circular

Dadas las expuestas, unas que se han dado por supuestas y otras que se han demostrado, es evidente que no todo cuerpo tiene levedad ni gravedad, pero es preciso establecer qué entendemos por grave y por leve, de momento en función de nuestras necesidades actuales, y luego de manera más detallada, cuando investiguemos sus respectivas esencias. Digamos, pues, que es grave lo que tiende naturalmente a desplazarse hacia el centro, y leve, lo que tiende a del centro, que lo más grave es lo que queda debajo de todas las cosas que se desplazan hacia abajo, y lo más leve, lo que queda por encima de todas las cosas que se desplazan hacia arriba.

Necesariamente, todo lo que se desplaza hacia abajo o hacia arriba ha de poseer levedad o gravedad o ambas, aunque no respecto a lo mismo; en efecto, son graves y leves unas en relación con otras, v. g.: el aire respecto al agua y el agua respecto a la tierra. En cambio, el cuerpo que se desplaza en círculo es imposible que posea gravedad o levedad: pues ni por naturaleza ni de manera antinatural le cabe moverse hacia el centro o alejándose del centro. Por naturaleza, en efecto, no le es posible la traslación en línea recta: pues que sólo una traslación era propia de cada uno de los simples, de modo que será idéntico a uno cualquiera de los que así se desplazan. Por otra 270a parte, en caso de desplazarse de manera antinatural, si el descendente es antinatural, el ascendente será natural, y si es antinatural el ascendente, será natural el descendente; pues dejamos ya sentado que, cuando uno de los contrarios es antinatural para una cosa, el otro es natural .

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