Paul Preston - El gran manipulador

BREVE BIBLIOGRAFÍA COMENTADA

La bibliografía sobre Franco y el franquismo es muy extensa. Por tanto, lo que sigue no pretende ser exhaustivo, sino sólo servir de guía para el lector que desee aprender un poco más sobre el citado enigma.

Pocos escritos acerca de Franco revelan tanto como aquellos de los que es autor. No existe una guía mejor para comprender cómo se veía a sí mismo que un libro escrito bajo el seudónimo de Jaime de Andrade: Raza. Anecdotario para el guión de una película (Ediciones Numancia, Madrid, 1942). No obstante, el libro publicado por un tal «Comandante Franco»: Diario de una bandera (Pueyo, Madrid, 1922) se acerca mucho en su descripción de la inmisericordia de la mentalidad africanista. Otro ejemplar útil que contiene muchos importantes artículos escritos por Franco es la compilación: Francisco Franco, escritor militar, Número especial, Revista de Historia Militar, Año XX, n.º 40, 1976. E igual de fascinantes resultan los artículos redactados bajo el seudónimo de Jakim Boor, Masonería (Gráficas Valera, Madrid, 1952). Aunque se limitan a ser poco más que breves notas, el intento temprano de Franco de planificar una autobiografía resulta indispensable, Franco Bahamonde, Francisco: «Apuntes» personales sobre la República y la Guerra Civil (Fundación Francisco Franco, Madrid, 1987). Los numerosos volúmenes que contienen sus discursos, publicados con diversos títulos como Palabras del Caudillo, Textos de doctrina política y Discursos y mensajes del Jefe del Estado, aunque contienen muchos temas tediosos, también ofrecen frecuentes destellos que revelan cierta percepción de sí mismo. A partir de los informes que le enviaban, resulta posible hacerse una idea del modo en que Franco tomaba decisiones. Una colección muy importante, aunque lamentablemente incompleta, fue publicada por la Fundación Nacional Francisco Franco: Documentos inéditos para la historia del Generalísimo Franco, volúmenes 1, 2-I, 2-II, III y IV. (Fundación Francisco Franco, Madrid, 1992-1994) . También indispensable resulta la colección de cartas reunidas por Jesús Palacios, Las cartas de Franco. La correspondencia desconocida que marcó el destino de España (La Esfera de los Libros, Madrid, 2005).

Muchas de las primeras biografías de Franco contienen elementos autobiográficos, puesto que se basan en conversaciones con él. Entre ellas la más importante está la de Joaquín Arrarás: Franco, 7.ª edición (Valladolid, 1939). La amistad entre Arrarás y Franco data de 1917, cuando ambos ocupaban habitaciones en el mismo hotel de Oviedo. Su biografía es importante porque está claramente basada en entrevistas y conversaciones con Franco y nos ofrece su propia versión de su infancia, de la perfección y la piedad de su madre, y de su propio ascenso a través de las jerarquías del ejército. En los años cuarenta del siglo pasado no escaseaban las hagiografías, como la de Joaquín Valdés Sancho y Oriol Fernando Soto, que escribía bajo el seudónimo de Fernando de Valdesoto: Francisco Franco (Gráficas Espejo, Madrid, 1945). No obstante, el siguiente salto biográfico importante ocurrió con Luis de Galinsoga y Francisco Franco-Salgado: Centinela de Occidente (Semblanza biográfica de Francisco Franco) (AHR, Barcelona, 1956). Luis Martínez de Galinsoga era un conocido adulador cuya recompensa por ellos consistió en convertirse en el editor de La Vanguardia, el gran periódico barcelonés, al que le dio un sesgo ferozmente anticatalán. Perdió el empleo en junio de 1959, cuando provocó un incidente en una iglesia de Barcelona al protestar porque una de las misas incluía un sermón en catalán y decir: «Los catalanes sois una mierda».

El libro de Galinsoga esencialmente aprovechó las memorias de «Pacón», el primo de Franco (que acabó por convertirse en Mi vida con Franco), ya sea en forma de manuscrito o basado en las conversaciones, y utilizó los detalles de la vida del lugar para adornar lo que fundamentalmente es un hagiografía. Es el libro que resume la posición tras el pacto de 1953 con Estados Unidos y presenta a Franco como la clave de la defensa de Occidente —«El centinela de Occidente»—, y habla de El Pardo como «el eje de Occidente y el mediador con Oriente». Entre las hagiografías de Franco, las más interesantes son la de Manuel Aznar, Franco (Prensa Española, Madrid, 1975), y la de Rogelio Baón, La cara humana de un Caudillo (Editorial San Martín, Madrid, 1975).

Las biografías basadas en entrevistas concedidas por Franco a periodistas extranjeros eran un tanto más objetivas pero casi tan parciales como las demás. Todas propagan el mito de Franco como un gran lector, y además los entrevistadores parecían creerse su imagen de héroe anticomunista: S. F. A. Coles: Franco of Spain (Neville Spearman, Londres, 1955); Claude Martin: Franco, soldado y estadista (Fermín Uriarte, Madrid, 1965); George Hills: Franco: The Man and His Nation (Nueva York, 1967); Brian Crozier: Franco: A Biographical History (Eyre & Spottiswoode, Londres, 1967). Dada la colaboración de Franco en cada uno de estos libros, los mismos tienden a repetir los mitos propagados en primer lugar por Arrarás. Hills al menos proporcionó un interesante material obtenido a través de las entrevistas con amigos y familiares en El Ferrol.

El primer gran salto hacia delante en cuanto a un estudio biográfico serio sobre Franco ocurrió tras la publicación en París de un ensayo brillante y hostil del periodista vasco Luciano Rincón. Bajo el seudónimo de «Luis Ramírez» escribió Francisco Franco. Historia de un mesianismo (Ruedo Ibérico, París, 1964), que combinaba un gran conocimiento con una ironía salvaje. Ruedo Ibérico, la gran editorial del exilio español antifranquista, estaba dirigida por José Martínez Guerricabeitia, un anarquista excéntrico y muy culto. Entre sus éxitos se cuentan El mito de la cruzada de Franco, de Herbert Southworth, y el libro de Hugh Thomas sobre la Guerra Civil española. Los libros de Ruedo Ibérico, introducidos y vendidos clandestinamente en España, tuvieron un impacto enorme. Y la consecuencia de su aparición en España fue un intento del entonces Ministro de Información —el dinámico Manuel Fraga Iribarne— de contrarrestar su impacto intelectual y moral.

Fraga creó un departamento especial en el Ministerio de Información con el nombre de Sección de Estudios sobre la Guerra de España y nombró director del mismo a Ricardo de la Cierva y de Hoces, un joven funcionario del Ministerio. En líneas generales, su tarea consistía en actualizar la historiografía oficial del régimen con el fin de rechazar los ataques procedentes de París. Con respecto al tema específico de Franco, Ricardo de la Cierva asumió personalmente la tarea de replicar a «Luis Ramírez», cuyo libro suponía un ensayo feroz, muy bien escrito y psicológicamente perspicaz en contra del dictador. De la Cierva, que había entrevistado a Franco, se limitó a hacer caso omiso de ello y reiteró los viejos mitos acerca de la infancia de éste, pero incorporó muchos más detalles y realismo a su carrera militar y política que cualquiera de las biografías franquistas escritas hasta entonces. La biografía de Franco de Ricardo de la Cierva ha aparecido en diversas formas, desde la versión semanal conocida como Francisco Franco: un siglo de España, en dos volúmenes (Editora Nacional, Madrid, 1973) hasta la versión en seis volúmenes, Francisco Franco: biografía histórica (Planeta, Barcelona, 1982), además de varios resúmenes de un solo volumen. Se puede leer y siempre merece la pena consultarla, puesto que proporciona abundante información acerca del régimen. En última instancia, en sus diversas formas esta obra muy favorable a Franco a menudo ha sido denominada como la «biografía oficial» (sobre todo por Ricardo de la Cierva).