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Lo antiguo es mejor y más divertido.
Melodías Pizarras, Radio 3
A Laura
Título original: Diccionario enciclopédico de la vieja escuela
Javier Pérez Andújar, 2016
Editor digital: Titivillus
ePub base r1.2
Introducción
Este libro quiere ser una enciclopedia para toda la familia, y también para todas las personas que carecen de familia. «¡Pues entonces se dice que es un libro para todos!», ha exclamado el director editorial y ha dejado estos folios sin acabar de leer y luego se ha ido por detrás de los cristales y las persianas venecianas. Hay muchas cosas que tienen un nombre mejor de lo que son, por ejemplo las venecianas, que evocan un imaginario de góndolas, canales, canalillos y canelones, pero acostumbran a ser las rejas horizontales en un muro de oficinas. Y sin son persianas, ¿cómo van a ser venecianas? Las cosas cuando se convierten en palabras son capaces de todo, de ser de Persia y de Venecia a la vez. Siendo palabras es cuando las cosas se muestran capaces de explicarse, de engañarnos, de confundirnos, de liberarnos, de esclavizarnos. De hacernos inmortales. Muchas veces se ha comparado un diccionario con un cementerio de palabras; pero yo no me lo creo. Las palabras no mueren, al contrario, van llenándose de vida con el tiempo. Cada día significan más, cuanta más gente las ha dicho más repletas están de historia y de humanidad. Una palabra posee un significado actual, pero además contiene todo lo que ha querido decir desde que nació y desde antes (esto es lo que estudia la etimología). Un diccionario huele a calavera de muerto porque es un galeón pirata, y cada término que viaja dentro es una voz preparada para el abordaje. Las palabras nos asaltan y si nos ganan nos hacen decir cosas que no queremos, porque ellas sí quieren decirse. El diccionario, como los piratas, es el mejor amigo de los niños; por eso a las niñas y a los niños siempre se les ofrece el mundo de estas dos maneras: en forma de bola del mundo y en forma de diccionario.
Precisamente para esto están los diccionarios enciclopédicos. Para hacer una relación sucinta y general de las cosas del mundo, que es la manera manual, es decir, obrera, de explicar lo que pasa o, en su defecto, lo que pasó. Los libros de ideas son otro asunto. No hablan de las cosas sino de lo que se piensa. Vuelan más alto, llegan muy lejos en el espacio y en el tiempo, están escritos para explicar. Este que estás leyendo es un diccionario enciclopédico, ni siquiera toda una enciclopedia, sino su versión turismo. No alcanza ni a ser un monovolumen, demasiado moderna esa palabra, pues mi diccionario enciclopédico es de la vieja escuela y en vez de llamarse «monovolumen» aún se llama «en un solo volumen». Claro, se trata de un modo antiguo de decir las cosas.
Sin darme cuenta, bueno, sí que me daba, he estado escribiendo mientras el mundo cambiaba, y no veas cómo lo ha hecho en este último año. Desde la matanza de Charlie Hebdo (Cabu, Wolinski, Charb…, y John Lennon, Marvin Gaye, Olof Palme, Rosa Luxemburgo, la Segunda República…, todo lo que me gustaba se lo han cargado a tiros) hasta la muerte de David Bowie, de un enero a otro enero en un año he visto volatilizarse el mundo al que he pertenecido. Los tiempos que ahora corren me cogen desnudo. Lo iba escribiendo y lo veía desde el principio: escribía desde un universo pero me refería a otro. Nunca hay vuelta atrás ni en la flecha del tiempo ni en la flecha del amor, vivimos flechados. Lo dice san Juan en una frase apocalíptica que parece sacada del futuro, de dos mil años más tarde, de cualquier libro apocalíptico de Philip K. Dick: «Tienes nombre como de quien vive, pero estás muerto» (Apocalipsis 3, 1). Contar el mundo, no todo, el mío. Eso es lo que he pretendido todo el rato. En artículos, en libros que parecían novelas. Pero ¿cómo hacerlo esta vez? Como cantaba Carlos Cano en La murga de los currelantes: «de la manera más bonita y popular». Y un diccionario enciclopédico es la vieja y económica manera de contar, y de intentar entender. Nos lo recuerdan todos los sábados a la noche los hermanos Pizarro en su programa musical