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Iris Chang - La Violación de Nanking

Aquí puedes leer online Iris Chang - La Violación de Nanking texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 1997, Editor: ePubLibre, Género: Historia. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

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Iris Chang La Violación de Nanking
  • Libro:
    La Violación de Nanking
  • Autor:
  • Editor:
    ePubLibre
  • Genre:
  • Año:
    1997
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La Violación de Nanking: resumen, descripción y anotación

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Agradecimientos

L a escritura de La Violación de Nanking me ha hecho incurrir en deuda con muchas personas. Muchas organizaciones e individuos me han ayudado infinitamente en este proyecto desde su origen. Aunque es imposible reconocer a toda la gente que compartió su tiempo y experiencia conmigo durante estos años, muchos merecen una mención especial aquí.

Mis padres, los doctores Shau-Jin Chang y Ying-Ying Chang, fueron los primeros en hablarme de la Violación de Nanking y en enfatizar para mí su importancia histórica. Estoy profundamente conmovida por las horas incontables que han pasado leyendo el manuscrito aún esbozado, traduciéndome documentos clave y ofreciéndome un consejo impagable a lo largo de extensas discusiones por teléfono. Son el tipo de padres que la mayoría de los autores solo puede soñar con tener: sabios, apasionados e inspiradores. Nadie más que yo puede realmente entender lo que han significado para mí durante la escritura de este libro.

Mi editora, Susan Rabiner, también reconoció el significado histórico de este libro y me animó a escribirlo. Durante un periodo de semanas y meses, no solo sometió este manuscrito a un escrutinio línea por línea, sino que lo mejoró en gran medida con sus brillantes percepciones. Es un tiempo que ella me dedicó a pesar de sus intensas responsabilidades administrativas como directora editorial, y a pesar de las presiones personales que hubo de soportar poco antes de su salida de Basic Books. Hay pocos editores en el mundo del libro actual que posean como Susan Rabiner esa combinación de talento literario, conocimiento del arte de la no ficción seria y una preocupación genuina por el autor. El haber trabajado para ella de una forma tan intensa como lo hice no fue solo un placer, sino también un privilegio.

La Alianza Global para la Conservación de la Historia de la Segunda Guerra Mundial en Asia fue tremendamente generosa en la ayuda que me prestó durante mi investigación sobre la Violación de Nanking, poniendo a mi disposición fotografías, artículos e importantes contactos a lo largo y ancho del mundo. Dentro de la Alianza, estoy especialmente en deuda con Ignatius y Josephine Ding, David y Cathy Tsang, Gilbert Chang, Eugene Wei, J. J. Cao y Kuo-hou Chang.

Aquellos que me ayudaron a traducir documentos importantes contribuyeron a darle cuerpo al texto. Para terminar un libro que explotaba fuentes materiales primarias en cuatro lenguas diferentes (inglés, chino, japonés y alemán), tuve que apoyarme en gran medida en la gentileza de amigos, colegas e incluso extraños. Mi amiga Barbara Masin, una brillante ejecutiva de altas tecnologías que habla con fluidez cinco idiomas, me dedicó de buen grado parte de su valioso tiempo para traducir numerosos informes diplomáticos alemanes y diarios al inglés. Satoko Sugiyama, en San Diego, se ofreció voluntario no solo para traducir diarios de guerra japoneses, sino también mi correspondencia con Shiro Azuma, un antiguo soldado japonés en Nanking.

Los historiadores Charles Burdick y Martha Begemann, de Hamburgo, me ayudaron a dar con los descendientes de John Rabe, el antiguo líder del Comité Internacional para la Zona de Seguridad de Nanking. Estoy en deuda con Ursula Reinhardt, la nieta de John Rabe, por darme descripciones detalladas de la vida de Rabe y copias de sus informes y diarios. Muchas gracias también a Jeff Heynen, del Asahi Shimbun, por haberme dado, por pura generosidad de corazón, sus excelentes traducciones de los documentos de Rabe.

Varios amigos me ayudaron a hacer que mi viaje de investigación a la costa este fuera un éxito. En Nueva York, Nancy Tong me prestó materiales relacionados con su excelente documental, En el nombre del emperador. Shao Tzuping y su familia me dieron gentilmente comida y alojamiento en Rye (Nueva York) —y hasta me prestaron su coche para hacer el trayecto hasta la biblioteca de la Yale Divinity School en New Haven—. Shen-Yen Lee (el antiguo editor del Chinese American Forum), su esposa, Winnie C. Lee, y la historiadora Marian Smith me proporcionaron de manera altruista transporte, alojamiento y apoyo emocional durante mi estancia en Washington. En los archivos nacionales, John Taylor me llevó hasta una increíble fuente de información sobre la masacre de Nanking, ayudándome a localizar informes militares y diplomáticos, comunicaciones interceptadas del Ministerio de asuntos exteriores japonés, grabaciones y transcripciones de la OSS [Oficina de Servicios Estratégicos], y pruebas documentales del Tribunal Militar Internacional para el Lejano Oriente (IMTFE). En la biblioteca de la Yale Divinity School, las archivistas Joan Duffy y Martha Smalley fueron increíblemente generosas al mostrarme las memorias de los misioneros, consistentes en diarios y fotografías de la masacre.

La Pacific Cultural Foundation pagó los gastos de mi viaje a Asia. En Nanking, Sun Zhaiwei, un profesor y vicerrector del Instituto de Historia de la Academia de Ciencias Sociales de Jiangsu, y Duan Yueping, director asistente del Memorial Hall of the Victims of the Nanking Massacre by Japanese Invaders, compartieron conmigo una documentación china de incalculable valor sobre la Violación de Nanking, y me hicieron un tour exhaustivo por los lugares de ejecución en la ciudad. Los intérpretes Yang Xiaming y Wang Weixing trabajaron durante largas horas para ayudarme a traducir los documentos y transcripciones de las entrevistas con los supervivientes, grabadas en vídeo.

En la República de China, Lee En-han, del Instituto de Historia Moderna, hizo las gestiones para que me pudiera alojar en la Academia Sinica mientras continuaba con mi investigación sobre la masacre. Caroline Lin, periodista del China Times, me ofreció gentilmente sus contactos y documentos sobre la materia. Los veteranos Lin Baoding, Lin Rongkun, Cheng Junqing, Wang Wanyong y Liu Yongzhong me ofrecieron también un acceso sin precedentes a sus documentos.

Varios supervivientes de la masacre de Nanking revivieron el horror del pasado al relatarme sus historias. Entre otros, Niu Xianming, en Los Ángeles; Chen Deguai, Hou Zhanqing, Li Xouyin, Liu Fonghua, Niu Yongxing, Pang Kaiming, Tang Shunsan y Xia Shuqing, en Nanking; y Shang Zhaofu (Jeffrey Shang) y Zhu Chuanyu, en la República de China.

La mayor parte de los testigos oculares norteamericanos y europeos que sobrevivieron a la masacre, así como sus familias, fueron infatigablemente generosos con su tiempo e información, concediéndome entrevistas telefónicas, ofreciéndome fotografías, documentos e incluso películas de la masacre. Entre ellos, Robert y Morton Bates, Tanya Condon, Frank Tillman Durdin, Marion Fitch Exter, Robert Fitch, Marge Garrett, Peter Kröger, Emma Lyon, David Magee, Angie y Harriet Mills, Fred Riggs, Charles Sone, Leland Steward, Edith Fitch Swapp, Marjorie Wilson y Robert Wilson Jr.

Los doctores Rana Mitter y Christian Jessen-Klingenberg, de la Universidad de Oxford, Carol Gluck, de la Universidad de Columbia, y William Kirby, de la Universidad de Harvard, se tomaron el tiempo para revisar mi libro antes de su publicación y enriquecerlo con sus importantes sugerencias académicas.

En San Francisco, varios japoneses y asiáticos se citaron conmigo para intercambiar sus puntos de vista sobre la Violación de Nanking y la negación japonesa de las responsabilidades de la Segunda Guerra Mundial. Le agradezco a Haru Murakawa su ayuda a la hora de organizar aquel taller de trabajo el 30 de marzo de 1997, y a Citania Tam su generosidad a la hora de facilitarnos espacio de oficina para la reunión. Muchas gracias también a los participantes del taller, que incluyen a Akira Donuma, Keiko Ito, Kenji Oka, Ching Jeng, Sueko Kawamshi, Connie Yee, Hirokiu Yamaji, Noriko Yamaji y Yasuhiro Yamaji.

Otras personas que me ayudaron de manera significativa durante la escritura del libro fueron Simon Avenell, Marilyn Bolles, Frank Boring, Mark Cajigao, Julius Chang, Barbara Culliton, Jim Culp, Edward Dodds, Mark Eykholt, David Farnsworth, Robert Friedly, Richard Fumosa, Chris Goff, Paul Golob, Gilbert Hair, Hiro Inokuchi, Ron King, Petrus Liu, David McWhirter, Dale Maharidge, Karen Parker, Axel Schneider, John Sweeney, Shigehisa Terao, Marjorie Traverso, Ao Wang, Gail Winston, Wu Tien-wei, James Yin y Shi Young.

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