• Quejarse

Kevin D. Mitnick - El arte de la intrusión

Aquí puedes leer online Kevin D. Mitnick - El arte de la intrusión texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 2005, Editor: ePubLibre, Género: No ficción. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

Novela romántica Ciencia ficción Aventura Detective Ciencia Historia Hogar y familia Prosa Arte Política Ordenador No ficción Religión Negocios Niños

Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.

Kevin D. Mitnick El arte de la intrusión

El arte de la intrusión: resumen, descripción y anotación

Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "El arte de la intrusión" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.

Kevin D. Mitnick: otros libros del autor


¿Quién escribió El arte de la intrusión? Averigüe el apellido, el nombre del autor del libro y una lista de todas las obras del autor por series.

El arte de la intrusión — leer online gratis el libro completo

A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" El arte de la intrusión " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.

Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer
CUANDO LOS TERRORISTAS ENTRAN POR LA PUERTA El arte de la intrusión - image 1

No sé por qué seguí haciéndolo. ¿Naturaleza compulsiva? ¿Hambre de dinero? ¿Sed de poder? Podría mencionar una serie de posibilidades.

— ne0h.

El hacker de 20 años que firma como Comrade está pasando unos días en una casa que tiene junto con su hermano en un área bonita de Miami. Su padre vive con ellos, pero sólo porque el hermano es todavía menor y los servicios sociales insisten en que debe haber un adulto en la casa hasta que el chico cumpla los 18. A los hermanos no les importa y su padre tiene su apartamento propio en algún otro sitio, donde se mudará cuando llegue el momento.

La madre de Comrade murió hace dos años y dejó la casa a sus hijos porque estaba divorciada del padre de los chicos. También dejó algo de dinero. Su hermano va al instituto, pero Comrade «sólo anda por ahí».

A la mayor parte de su familia no le parece bien, cuenta, pero «no me importa». Cuando has estado en prisión a una edad temprana, en realidad, siendo la persona más joven que jamás ha sido condenada por hacker, la experiencia cambia tus valores.

Los hackers no saben de fronteras internacionales, evidentemente, de modo que a ninguno de los dos les importa que el mejor amigo hacker de Comrade, neOh, esté a unos 4500 km. Su pasión por la informática fue lo que los unió y también lo que los llevó por un camino escurridizo que finalmente les conduciría a lo que después se figuraron que era servir a la causa del terrorismo internacional, realizando intrusiones en sistemas informáticos extremadamente confidenciales. En los tiempos que vivimos, es una carga muy pesada de soportar.

neOh, que es un año mayor que Comrade, lleva «utilizando ordenadores desde que podía alcanzar al teclado». Su padre tenía una tienda de hardware informático y solía llevárselo con él a las reuniones con clientes; el chico se sentaba en las rodillas de su padre durante toda la sesión de ventas. A los 11 años, escribía código dBase para el negocio de su padre. En algún momento, neOh se encontró con un ejemplar del libro Takedown (El País-Aguilar, 1997), que narra con muchas imprecisiones mis propios artificios de hacker, los tres años que estuve huido y cómo el FBI me buscó. neOh quedó cautivado con el libro:

Tú fuiste mi inspiración. Eres mi mentor. Leí todo lo que pude sobre lo que hiciste. Quería ser todo un personaje como tú.

Eso fue lo que lo motivó a meterse en el mundo de la programación. Decoró su habitación con ordenadores, concentradores de red (hubs) y una bandera de piratas de dos metros de larga y se puso en camino para seguir mis pasos.

neOh comenzó a acumular sólidos conocimientos y habilidades de hacker. Primero fueron las destrezas; después vendría la discreción. Utilizando el término de los hackers para definir a un adolescente que todavía es un principiante en esta actividad, explica: «En mi época de script kiddie [aprendiz de programador], modificaba sitios Web y colocaba mi dirección de correo electrónico real».

Visitaba los sitios de chat IRC (por el inglés Internet Relay Chat), chats de Internet basados en texto, en los que la gente con intereses comunes se reúne online e intercambia información en tiempo real con otras personas interesadas en las mismas cosas, sobre pesca con mosca, aviones antiguos, la destilación casera o cualquiera de los miles de temas posibles; entre otros, la programación. Cuando escribes un mensaje en un sitio IRC, todos los que están conectados en ese momento ven lo que has escrito y pueden responder. Aunque muchas de las personas que utilizan el IRC con frecuencia no parecen ser conscientes de ello, las comunicaciones se pueden grabar con facilidad. Creo que los registros deben contener hoy por hoy casi tantas palabras como todos los libros de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos; y es texto escrito con prisa, sin pensar por un segundo en la posteridad; en que se puede recuperar incluso años después.

Comrade pasaba tiempo en algunos de los mismos sitios de IRC y entabló una relación a distancia con neOh. Con frecuencia, los hackers forman alianzas para intercambiar información y llevar a cabo ataques en grupo. neOh, Comrade y otro chico decidieron crear su propio grupo y lo llamaron los «Keebler Elves». Dejaban participar en las conversaciones del grupo a algunos otros hackers, pero mantenían en secreto sus ataques de hackers negros. «Nos colábamos en sitios del gobierno por diversión», cuenta Comrade, quien calcula que penetraron en «unos doscientos» sitios gubernamentales supuestamente seguros.

Algunos canales de IRC son como abrevaderos donde se reúnen hackers de diferentes galones. Uno en particular, una red llamada Efnet, es un sitio que Comrade describe como «no es el submundo de la informática, sino un grupo bastante grande de servidores». Pero en Efnet había algunos canales menos conocidos, lugares que no se encuentran por uno mismo, sino que otro hacker negro, del que te hayas ganado la confianza, tiene que guiarte hasta el sitio. Estos canales, dice Comrade, son «bastante clandestinos».

Khalid el terrorista lanza el anzuelo

Alrededor de 1998, en estos canales «bastante clandestinos», Comrade encontró conversaciones sobre un tipo que había estado «frecuentando» esas página utilizando el nombre RahulB. (Después también utilizaría Rama3456.) «Se sabía que quería hackers para penetrar en ordenadores del gobierno y del ejército, los sitios .gov y .mil», dice Comrade. «Había rumores de que trabajaba para Bin Laden. Esto fue antes del 11-S, así que Bin Laden no era un nombre que saliera a diario en las noticias».

Finalmente Comrade se cruzó en el camino con el hombre misterioso, al que él conocería como Khalid Ibrahim. «Hablé con él unas cuantas veces [en el IRC] y por teléfono una vez». El hombre tenía acento extranjero e «indudablemente aquella llamada sonaba como una conferencia con el extranjero».

neOh, también, estaba en el objetivo; con él, Khalid fue más directo y más descarado. neOh lo recuerda así:

En 1999, aproximadamente, contactó conmigo por correo electrónico un hombre que se autodenominaba militante y decía que era de Paquistán. Me dio el nombre de Khalid Ibrahim. Me dijo que trabajaba para los militantes paquistaníes.

¿Se envolvería en una bandera terrorista alguien que estuviera buscando hackers jóvenes e ingenuos, aunque fuera con anterioridad al 11-S? A primera vista, la idea parece absurda. Este hombre declararía posteriormente que había ido a la escuela en Estados Unidos, que él mismo había hecho algo de programación y que estando allí se había asociado con otros hackers. Entonces puede que conociera, o pensara que conocía, cómo piensa un hacker. Todos los hackers son, en una u otra medida, rebeldes que viven con diferentes estándares y disfrutan derrotando al sistema. Quizás, después de todo, si quieres atraer las miradas de los hackers, anunciar que tú también rompes las normas y estás fuera del sistema no sea una idea tan loca. Quizás esa confesión dé a tu historia tintes de realidad y consigas que las personas que quieres ganarte como cómplices se muestren menos recelosas y suspicaces.

Y además, el dinero. Khalid ofreció a neOh 1000 dólares por penetrar en las redes informáticas de una universidad china, un sitio al que neOh se refiere como el Massachusetts Institute of Technology de China, y facilitarle los archivos de la base de datos de estudiantes. Cabe pensar que fue una prueba para ver, por un lado, la capacidad de programación de neOh y, por otro, su ingenuidad: ¿cómo puede uno introducirse en un sistema informático cuando no entiende el idioma? Más difícil todavía: ¿cómo puedes utilizar la ingeniería social para lograr lo que quieres si no hablas el idioma?

Página siguiente
Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

Libros similares «El arte de la intrusión»

Mira libros similares a El arte de la intrusión. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.


Reseñas sobre «El arte de la intrusión»

Discusión, reseñas del libro El arte de la intrusión y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.