PREFACIO Y AGRADECIMIENTOS
La vigilancia es un tema cada vez más presente en las noticias cotidianas, de ahí su posición predominante en numerosos ámbitos de nuestras vidas. Pero en realidad la vigilancia ha ido extendiéndose poco a poco durante décadas y constituye un elemento fundamental del mundo moderno. A medida que el mundo se transformaba a lo largo de las sucesivas generaciones, la vigilancia fue asumiendo distintas formas. Hoy en día, las sociedades modernas parecen tan fluidas que tiene sentido pensar que éstas se hallan en una fase «líquida». Siempre en movimiento, y con frecuencia faltos de certezas y de vínculos duraderos, los ciudadanos actuales, trabajadores, consumidores y viajeros, sienten sin embargo que sus movimientos son observados, rastreados y examinados. La vigilancia ha adquirido un estado líquido.
Este libro examina, en el transcurso de unas conversaciones, en qué medida la noción de vigilancia líquida es útil para analizar lo que está ocurriendo en el mundo del control monitorizado, el seguimiento, el rastreamiento, la clasificación, la comprobación y la observación sistemática que denominamos «vigilancia». Éste es el eje de estas conversaciones, que se inician con dos debates históricos: el primero trata del modelo panóptico como medio de vigilancia; el segundo versa sobre la evolución contemporánea de la vigilancia desde una perspectiva global, hasta el punto de que no parece quedar sitio alguno donde esconderse, y de cómo este hecho se considera positivo. Pero estas consideraciones nos llevan hacia cuestiones más amplias que no suelen tratar los debates sobre la vigilancia. Es éste un diálogo en el que cada uno de los participantes contribuye más o menos en la misma medida.
Ambos nos hemos mantenido en contacto desde el final de los años setenta (o principios de los ochenta, ya no lo recordamos), analizando de manera esporádica los problemas que plantean las nuevas tecnologías, la vigilancia, la sociología y la teoría social. Bauman ha seguido usando la crítica del modelo panóptico y ha tratado otros temas relacionados con éste, y ha animado a Lyon en su prolongado análisis de la vigilancia.
Más recientemente, hemos preparado juntos ponencias para la conferencia bianual de la Red de Estudios sobre Vigilancia en 2008 (la de Bauman tuvo que darse in absentia). La ponencia de Lyon fue publicada en el International Political Sociology (diciembre de 2010) bajo el título «Liquid surveillance: the contribution of Zygmunt Bauman’s work to surveillance studies» [Vigilancia líquida: la contribución de Zygmunt Bauman a los estudios sobre vigilancia]. La contribución de Bauman a este evento no se llegó a publicar. Nuestra conversación tuvo lugar por correo electrónico entre septiembre y noviembre de 2011.
Estamos muy agradecidos por el apoyo intelectual que nos dieron algunos importantes colegas que leyeron nuestra conversación e hicieron sugerencias sobre cómo se podrían plantear mejor algunos puntos para hacerlos más accesibles a un público más amplio: Katja Franko Aas, Kirstie Ball, Will Katerberg, Keith Tester. También queremos agradecer sinceramente a Emily Smith, investigadora asociada en el Centro de Estudios sobre Vigilancia en la Universidad de Queen, Canadá, por su ayuda en este proyecto, y a Andrea Drugan, nuestra editora en Polity, así como Ann Bone, nuestra correctora, por sus ánimos y sus opiniones.
Z YGMUNT B AUMAN y D AVID L YON
INTRODUCCIÓN
La vigilancia constituye una dimensión clave en el mundo moderno y en muchos países la gente es muy consciente de la manera en que la vigilancia afecta a sus vidas. Las cámaras están a la vista en muchos lugares públicos no sólo en Londres y en Nueva York, sino también en Nueva Delhi, Shanghái y Río de Janeiro. Los viajeros de todos los aeropuertos son conscientes de que no sólo tienen que superar el control de pasaportes del siglo XX , sino que también tendrán que pasar por aparatos nuevos como escáneres corporales y controles de biométricos, que han proliferado desde el 11-S. Por otra parte, si bien todos estos controles tienen que ver con la seguridad, otros medios de vigilancia, presentes en las compras sencillas o en el acceso on-line o la participación en una red social, adquieren cada vez mayor presencia. Tenemos que mostrar nuestro documento de identidad, escribir contraseñas y utilizar códigos en diversos contextos, desde comprar en la red hasta para entrar en un edificio. Cada día Google apunta nuestras búsquedas y adapta rápidamente sus estrategias de marketing en función de éstas.
Pero ¿qué significa todo esto desde el punto de vista social, cultural y político? Si empezamos hablando de las nuevas tecnologías o de su regulación, conseguiremos tener una visión global del fenómeno, pero ¿lo comprenderemos?
Sin duda, resulta imprescindible tener una idea de la magnitud y de la rápida expansión que ha experimentado el procesamiento de datos si queremos apreciar la aparición de la vigilancia en todo su significado. Y conocer en qué medida esta vigilancia afecta a las posibilidades y a las oportunidades vitales de la gente debería redoblar los esfuerzos para ponerle freno. Pero esta conversación quiere ir más lejos, pretende llegar a un nivel más profundo y mostrar los orígenes occidentales históricos de la vigilancia actual y poner de manifiesto las dudas que plantea su expansión, tanto desde el punto de vista ético como político.
La vigilancia ha sido un tema recurrente en el trabajo de Zygmunt Bauman durante varias décadas, y muchas de sus observaciones revisten, en mi opinión, un gran interés para aquellos que intentan comprender y responder a la vigilancia en la actualidad.
En la primera década del siglo XXI Bauman adquirió notoriedad por sus reflexiones sobre la aparición de la «modernidad líquida»; exploraremos aquí en qué medida este marco es útil a la hora de considerar el papel contemporáneo de la vigilancia. Pero el otro tema recurrente en el análisis de Bauman es el énfasis en la perspectiva ética, y sobre todo en la Ética del Otro. ¿En qué medida nos permiten estos conceptos tener una visión crítica de la vigilancia en la actualidad?
¿V IGILANCIA LÍQUIDA ?
«La vigilancia líquida» no es tanto una manera integral de definir la vigilancia como un medio de orientarnos y de situar los cambios en la vigilancia dentro de la fluida e inquietante modernidad actual. La vigilancia se ha difuminado especialmente en la esfera del consumo. Las antiguas amarras se aflojaron a medida que los bits de datos personales extraídos para un propósito determinado se utilizaban con creciente facilidad para otros distintos. La vigilancia se está así desplegando en unas formas hasta ahora inimaginables, respondiendo a la liquidez y reproduciéndola. Sin un objetivo fijo, pero presionada por las exigencias de la «seguridad» y pasada por el prisma de la insistente publicidad de las empresas de tecnología, la vigilancia se esparce por doquier. La idea de modernidad líquida de Bauman sitúa la vigilancia en una nueva perspectiva, y ofrece una visión sorprendente del modo específico en que se desarrolla esta vigilancia, a la vez que proporciona algunas pistas interesantes sobre cómo pueden afrontarse y contrarrestarse sus peores efectos. Por supuesto, ésta es mi visión de la situación. Lo que piensa sobre esto Zygmunt Bauman quedará claro en nuestra conversación...
Se acepta mayoritariamente que la vigilancia es una dimensión central de la modernidad. Pero la modernidad no es una imagen fija. También tenemos que preguntarnos: ¿de qué tipo de modernidad estamos hablando? La situación actual puede ser descrita como de «última» modernidad, posiblemente «posmodernidad» o, de manera más ilustrativa, como de modernidad «líquida». Zygmunt Bauman sugiere que la modernidad se ha