¿Aún quedan animales por descubrir?
Sir David Attenborough
Naturalista
Sí. Cientos. Probablemente miles. No podemos saber cuántos exactamente… porque aún no los hemos descubierto.
Si pasáramos un día en una selva tropical, blandiendo una red cazamariposas por la maleza o por las ramas de los árboles, recogeríamos cientos de insectos y muchos de ellos serían escarabajos. ¿Es posible que alguno fuera desconocido para la ciencia? Tendríamos que preguntarle a un experto en escarabajos. Aunque reconocería muchos inmediatamente, quizás habría alguno que le intrigaría.
¿Serían especies nuevas? Para tener la seguridad de estar ante una especie nueva, tendríamos que pasar mucho tiempo en un museo, para examinarla y compararla con otros escarabajos expuestos o con ilustraciones de libros sobre escarabajos. Pero probablemente encontraríamos alguna. De hecho, me temo que sería más difícil encontrar un especialista en escarabajos capaz de hacer este trabajo tan difícil que encontrar un escarabajo desconocido.
Encontrar un animal desconocido más grande es mucho más difícil. Para aumentar las probabilidades, tendríamos que ir a la parte menos explorada del planeta: las profundidades más profundas del mar. La única manera de llegar allí es en submarinos especiales para grandes profundidades. Tienen que ser muy resistentes para aguantar la enorme presión del agua. Y, por supuesto, está completamente oscuro, así que para explorar por allí hay que llevar luces muy potentes.
Es posible que viéramos algo en el haz de luz, pero a no ser que pudiéramos cazarlo y examinarlo detalladamente, no podríamos estar seguros de que se trata de una especie nueva. Y atrapar animales ahí abajo es muy difícil, además de que se necesita material muy especializado. Aun así, estoy seguro de que en las profundidades marinas hay monstruos que nadie ha visto jamás.
¿Pasa algo por comer gusanos?
Bear Grylls
Explorador y experto en supervivencia
Bueno… vamos a ver. Si te fuera la vida en ello, no te pasaría nada por comerte un gusano. Pero no conviene que lo hagas a diario. Y, si lo haces, debes tener mucho cuidado, porque los gusanos pueden tener cosas malas en la barriga (¡se pasan el día bajo tierra!). Así que lo mejor es cocinarlos. Y si los hierves con agujas de pino sobre una hoguera, tendrán mejor sabor.
Jamás olvidaré la primera vez que me comí un gusano. Yo estaba ahí, y no daba crédito a lo que veían mis ojos: un soldado se puso un largo y jugoso gusano entre los dientes, lo sorbió y se lo zampó crudo. Tuve náuseas. Cuando me tocó a mí, casi vomito de verdad.
Pero ¿sabes qué? Si lo haces muchas veces y tienes mucha hambre, se vuelve más fácil. Y este es el verdadero secreto de la vida y de la supervivencia: si tienes la fuerza de voluntad suficiente, encontrarás el modo de hacer lo imposible. Esto es lo que te enseña el gusano. Ah, y recuerda: no dejes de sonreír aunque llueva. Esta es la segunda lección más importante. Así que ¡sal ahí fuera y explora!
¿Qué son los átomos?
Marcus Chown
Escritor de libros sobre el espacio y el universo
Los átomos son los ladrillos que lo construyen todo: a ti, a mí, los árboles… incluso el aire que respiramos. No podemos verlos, porque son muy pequeños. ¡Si quisiéramos llenar de átomos los puntos de los signos de exclamación de esta frase, tendríamos que poner diez millones en fila!
Si pudiéramos verlos, nos daríamos cuenta de algo muy raro. No están hechos de gran cosa. De hecho, prácticamente son solo espacio vacío.
En el centro del átomo hay un granito diminuto de materia, al que llamamos núcleo. A su alrededor, como si fueran planetas en torno al Sol, hay puntitos aún más pequeños, los electrones. Sin embargo, entre el núcleo y los electrones hay mucho espacio vacío. Y eso significa que tú y yo (que estamos hechos de átomos) somos, en gran parte, espacio vacío.
De hecho, dentro de los átomos hay tanto espacio vacío que, si exprimiéramos todo el espacio vacío de todas las personas del mundo, la población mundial cabría en un terrón de azúcar. Toda la especie humana dentro de un terrón de azúcar. Eso sí, ¡sería un terrón de azúcar muy pesado!
Una última cosa sobre los átomos. Hay noventa y dos tipos distintos (y algunos más que no existen en la naturaleza, pero que los científicos han producido en los laboratorios). Y, del mismo modo que si combinas distintos tipos de bloques de construcción puedes hacer una casa, un perro o un barco, los átomos se combinan de distintas formas para construir una rosa, un árbol o un recién nacido. Todos nosotros somos combinaciones de átomos. Y todos somos distintos, porque nuestras combinaciones de átomos son diferentes.
¿Por qué mandan los mayores?
Miranda Hart
Cómica, escritora y actriz
Debo admitir que a veces me hago la misma pregunta que tú. Quizá la hayas formulado porque has visto a adultos hacer cosas que no entiendes, o porque te han dicho que debes hacer cosas que te parecen incorrectas o injustas. Estoy segura de que serías mucho más feliz si no tuvieras que hacer lo que te mandan. Y, a veces, aunque se supone que soy mayor, yo también me enfado mucho y creo que se equivocan cuando personas que son mayores que yo o que están por encima de mí me dicen lo que debo hacer.
Sin embargo, la cuestión es que hemos de confiar en que las personas mayores tienen más experiencia y saben más de la vida que nosotros, y en que toman las mejores decisiones con el objetivo de garantizar nuestra seguridad y nuestros intereses, porque nos quieren. Es cierto que no siempre lo parece y que, a veces, los mayores se equivocan. Si realmente estás muy en desacuerdo, debes comunicarlo con calma y sin enfadarte, para ver qué dicen al respecto. Pero, básicamente, a medida que las personas se hacen mayores acumulan experiencias que las hacen más inteligentes y saben lo que conviene hacer; por eso mandan. Algún día, cuando tú seas mayor, entenderás perfectamente lo que quiero decir.
De todos modos, te voy a contar un secreto. Creo que, a veces, los adultos se equivocan porque se olvidan de lo que significa ser niño. Así que podrías recordarles tres cosas muy importantes.
La primera, que es importante que dediquen tiempo a jugar contigo. Porque, a veces, trabajan demasiado.
La segunda, que dejen de preocuparse por lo que los demás puedan pensar de ellos; y que sean ellos mismos y defiendan sus sueños con valentía. ¿No te parece que renunciar a los propios sueños es de tontos?
Y, la tercera y última, enséñales a vivir el día a día, a divertirse al máximo y a no preocuparse por el mañana. Porque los mayores se olvidan de ser libres y felices en el instante presente; y a ti eso se te da genial.
¿Por qué la sangre es roja y no azul?
Christian Jessen
Médico y presentador
Quizás hayas oído que los reyes y las reinas tienen sangre azul. Aunque sería muy divertido, no es así. Nadie tiene la sangre azul. Siempre es roja.
Sé que si miras de cerca las venas de los brazos parece que lleven sangre azul. Pero eso es porque están muy cerca de la superficie de la piel, que solo deja pasar ciertos colores. Por eso, la sangre parece azul desde fuera. Sin embargo, por dentro es roja.
¿Y por qué es roja? El color viene de la hemoglobina, que es un elemento muy importante de la sangre: transporta el oxígeno desde los pulmones al resto del cuerpo y proporciona la energía que necesitamos para movernos. Aunque nunca es azul, la hemoglobina puede cambiar un poco de color. Si en el cuerpo hay mucho oxígeno, la hemoglobina hará que la sangre sea de un bonito rojo brillante. Si juegas y corres, el cuerpo usa más oxígeno y la sangre adquiere un color rojo mucho más oscuro, así vuelve rápidamente a los pulmones para obtener más oxígeno.