Salvador Casado Buendía - Diario de un médico descalzo (Spanish Edition)

Ser uno mismo

Significa liberar

Lo que no eres.

Escribir un diario es una forma como otra cualquiera de acariciar el alma y aliviar las rozaduras que inevitablemente el curso de la vida nos termina produciendo. Somos seres dotados de palabra y esta sirve para muchas cosas. Al escribir tratamos de entender. Intentamos hacernos mutuamente compañía y, si fuera posible, hallar un poco de sentido. Por eso, cuando al finalizar la niñez renacemos como adultos en la adolescencia, muchos nos vemos abocados a reflejar en un papel lo que con asombro descubrimos tanto fuera como dentro de nosotros.

Se abren de esa forma los diarios personales que vertebrarán las biografías de muchos buscadores, aunque su manifestación pueda sufrir metamorfosis epistolares, poéticas o literarias según se sucedan las diferentes fases vitales que vayamos atravesando.

Compartir ese recorrido es un acto de justicia cuando, a base de caídas, vamos acumulando perlas de sabiduría que tal vez puedan hacer bien a los demás. Son muchos los brazos que nos alzan hasta permitirnos llegar al momento presente. Lo que creemos contener en forma de recuerdos, ideas, sensaciones o sentimientos de valor no es más que una herencia circunstancial que pertenece también a los que nos rodean. Desvelarla y permitir que fluya ha sido siempre liberador para el que la contiene e inspirador para los que la reciben.

Estas páginas recogen una visión. Una forma particular de ver el mundo que en muchos aspectos será semejante a la tuya. Como científico soy consciente de que con el tiempo me he ido imbuyendo en una pesada armadura. Los avances nos permiten vivir mejor que en el pasado ofreciendo respuestas y soluciones que nos lo hacen todo más fácil. Pero la ciencia no responde todas las preguntas y además nos pasa siempre su factura. Por eso sentí la necesidad de compartir un modo de mirar más liviano que incluya método científico y arte, rigor y suavidad. Y lo hago descalzándome porque no vengo como maestro sino como aprendiz. Espero estar a la altura y poder ofrecer un mínimo resplandor que te anime a rescatar el tuyo. En lo profundo creo que esa luz que albergamos de forma misteriosa nos trasciende y nos une a toda esa infinita red de energía y hermosa matemática que llamamos universo de la que brota la gran belleza: la música de las esferas.

Realmente este escrito no constituye un diario al uso, más bien es un esbozo de lo que podría ser la declaración de intenciones de un poeta. Un intento de encontrar una forma diferente de conjugar verbos y palabras con la intención de sanar y recomponer esa belleza original que nos permite habitar este planeta. Porque la vida es un misterio que podemos contemplar desde ángulos científicos, artísticos, autobiográficos, místicos… pero siempre nos dejará asombrados por su profundidad infinita que nos recuerda la radical levedad que nos constituye. En consecuencia tomé la decisión de que cada capítulo se asome al mundo usando uno de esos prismas (didáctico, poético, intimista o filosófico), que en el camino de la luz generarán una gama cromática que espero disipe toda uniformidad. Dejo además entrelazados algunos haikus (breves tercetos japoneses de cinco, siete y cinco sílabas) que tratarán de despertar un eco de asombro.

Los demás me consideran médico. Yo digo de mí mismo que soy un hombre descalzo que camina. Si unimos las dos perspectivas tendréis probablemente una idea bastante aproximada de quien os acompaña en estas letras. Acepta mi mano y entra en este espacio privado de comunicación del que saldremos quizá con nuevos anhelos, perspectivas e intuiciones.

Con este libro

Te dejo a casa entrar

Y te doy agua.