La Ciencia para Todos es proyecto y propiedad del Fondo de Cultura Económica, al que pertenecen también sus derechos. Se publica con los auspicios de la Secretaría de Educación Pública y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
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Acerca del autor
Daniel Reséndiz Núñez, con amplia experiencia como ingeniero, educador, investigador y funcionario público, es ingeniero civil y doctor en ingeniería con especialidad en mecánica de suelos; por su labor ha recibido numerosas distinciones, entre ellas el Premio Nacional de Ciencias y Artes del gobierno de la República y la designación como investigador emérito de la UNAM. También es miembro titular del Seminario de Cultura Mexicana e integrante del Consejo de la Crónica de la Ciudad de México.
La Ciencia para Todos
Desde el nacimiento de la colección de divulgación científica del Fondo de Cultura Económica en 1986, ésta ha mantenido un ritmo siempre ascendente que ha superado las aspiraciones de las personas e instituciones que la hicieron posible. Los científicos siempre han aportado material, con lo que han sumado a su trabajo la incursión en un campo nuevo: escribir de modo que los temas más complejos y casi inaccesibles puedan ser entendidos por los estudiantes y los lectores sin formación científica.
A los diez años de este fructífero trabajo se dio un paso adelante, que consistió en abrir la colección a los creadores de la ciencia que se piensa y crea en todos los ámbitos de la lengua española —y ahora también del portugués—, razón por la cual tomó el nombre de La Ciencia para Todos.
Del Río Bravo al Cabo de Hornos y, a través de la mar Océano, a la Península Ibérica, está en marcha un ejército integrado por un vasto número de investigadores, científicos y técnicos, que extienden sus actividades por todos los campos de la ciencia moderna, la cual se encuentra en plena revolución y continuamente va cambiando nuestra forma de pensar y observar cuanto nos rodea.
La internacionalización de La Ciencia para Todos no es sólo en extensión sino en profundidad. Es necesario pensar una ciencia en nuestros idiomas que, de acuerdo con nuestra tradición humanista, crezca sin olvidar al hombre, que es, en última instancia, su fin. Y, en consecuencia, su propósito principal es poner el pensamiento científico en manos de nuestros jóvenes, quienes, al llegar su turno, crearán una ciencia que, sin desdeñar a ninguna otra, lleve la impronta de nuestros pueblos.
Comité de Selección
Dr. Antonio Alonso
Dr. Francisco Bolívar Zapata
Dr. Javier Bracho
Dr. Juan Luis Cifuentes
Dra. Julieta Fierro
Dr. Jorge Flores Valdés
Dr. Juan Ramón de la Fuente
Dr. Leopoldo García-Colín Scherer
Dr. Adolfo Guzmán Arenas
Dr. Gonzalo Halffter
Dr. Jaime Martuscelli
Dra. Isaura Meza
Dr. José Luis Moran López
Dr. Héctor Nava Jaimes
Dr. Manuel Peimbert
Dr. José Antonio de la Peña
Dr. Ruy Pérez Tamayo
Dr. Julio Rubio Oca
Dr. José Sarukhán
Dr. Guillermo Soberón
Dr. Elías Trabulse
In memoriam
Fernando Hiriart (1914-2005)
Raúl J. Marsal (1915-1990)
Emilio Rosenblueth (1926-1994)
Prólogo
La ingeniería ha venido transformando el mundo durante siglos, sea por iniciativa de la sociedad o con su anuencia tácita. Sus creaciones poseen rasgos ambivalentes, pues por un lado resuelven problemas y satisfacen variadas e importantes necesidades de la humanidad y por otro tienen ciertas repercusiones negativas, a veces imprevistas.
Este libro trata de la ingeniería, pero no es un libro especializado; está dirigido a todos los lectores cultos y curiosos (incluso ingenieros) interesados en que la ingeniería, a la vez que siga atendiendo las necesidades humanas, ponga atención creciente en hacer mínimas las repercusiones indeseables de sus proyectos. Para esto es necesario que la sociedad conozca la manera como funciona la ingeniería y que los ingenieros piensen su quehacer desde la óptica de la sociedad; es decir, hace falta que ingenieros y no ingenieros compartan ciertas nociones sobre la ingeniería. Contribuir a ello es el propósito del libro. Si se avanza en este sentido, la ingeniería podrá cumplir mejor su misión al servicio del hombre.
Sin importar vocación, ocupación o posición social, todos tenemos intereses puestos en la ingeniería, pues nadie está excluido de los beneficios y los riesgos derivados de lo que ella hace. Todos necesitamos saber de la ingeniería lo suficiente para cuidar que sus proyectos respondan a nuestras necesidades, lo mismo las de hoy que las mediatas. La búsqueda de creaciones técnicas para resolver los nuevos problemas de la humanidad no debe detenerse, pero es deseable que esa búsqueda sea más participativa, y esta tarea es de todos. Los proyectos de ingeniería no son obra sólo de ingenieros, sino también de quienes los demandan, especifican o condicionan, sean sus dueños, el público, o quienes actúan en representación de ellos. Conviene entonces que los no ingenieros conozcan los criterios de decisión de la ingeniería, igual que es deseable el conocimiento de las leyes por los no abogados, de la higiene por los no médicos, de la ciencia por los no científicos y de la ética por los no filósofos. Por su parte, los ingenieros debieran saber más de las relaciones entre su profesión y otros campos. Ambas cosas contribuirían a corregir el mayor vicio de nuestro tiempo: la especialización exagerada, que tanto en la educación como en la vida práctica confina a cada uno dentro de un saber particular y priva a todos de lo que debiera ser el objetivo central de la educación y de la vida: una visión ancha del conocimiento universal y de las relaciones entre especialidades. En algún momento el individuo educado debiera levantar la vista para mirar más allá de su propia ocupación y adquirir un panorama general del mundo.
Puesto que mi intención es que el libro pueda ser leído por el público general, uso en él un lenguaje no especializado. Espero que los más exigentes de mis colegas ingenieros y otros conocedores de los temas que aquí abordo disculpen las pequeñas simplificaciones a que esto obliga, porque a cambio de ellas eximo al lector de explicaciones engorrosas. Así, a los no iniciados en los principios de la tecnología y la ingeniería, el libro puede servirles de introducción al tema; a los estudiantes de ingeniería, la imagen global que aquí se da de esta profesión les ayudará a orientarse dentro de ella y puede salvarlos de perderse en los mil detalles que deberán aprender durante sus estudios; finalmente, a los ingenieros experimentados quizá les resulte interesante comparar sus propias ideas y vivencias con lo que aquí digo.