— Charlotte Witt contribuye con un nuevo capítulo sobre teorías feministas de la naturaleza humana.
— He decidido suprimir el capítulo a modo de conclusión (que no se había usado demasiado), pero he incorporado un análisis sobre las implicaciones éticas y religiosas de la evolución como una cuarta sección del capítulo 12.
— Hemos destacado en negrita una serie de términos clave la primera vez que aparecen y los hemos listado al final de cada capítulo. Proporcionamos un glosario con todos ellos al final del libro.
— Hemos sugerido algunas preguntas para el debate en clase al final de cada capítulo.
— Hemos aprovechado la oportunidad para hacer un gran número de correcciones menores y de clarificaciones en la redacción.
Gracias a Gregory Bock, Paul Carelli, Anthony Flood, Jo Ann Hedleston, Elizabeth Jelinek, Jeff Jordan, Errol Katayama, Joshua Lott, Michelle Maise y Ben Miller, quienes proporcionaron valiosos comentarios y sugerencias para esta nueva edición. Gracias también a Robert Miller y a Alyssa Palazzo, de Oxford University Press, por su iniciativa y guía en la confección de esta séptima edición aumentada.
Introducción: Teorías rivales y valoraciones críticas
Este libro está pensado para todo aquel que se sienta interesado por una «filosofía de la vida», es decir, por una comprensión de la naturaleza humana que le ofrezca alguna guía para el modo en que los hombres deberíamos vivir. Tal prescripción se basa con frecuencia en un diagnóstico de lo que tiende a conducirnos al error y una especie de ideal del curso que nuestra vida debería seguir
Utilizamos aquí como título la expresión «teoría de la naturaleza humana» en un sentido amplio que pueda cubrir antiguas tradiciones religiosas, algunos sistemas filosóficos clásicos y teorías más recientes que tratan de utilizar el método científico para encontrar una guía para la vida humana y la sociedad. Esto presupone ampliar el significado de la palabra «teoría» más allá de las teorías puramente científicas. Podríamos usar la palabra «filosofía» en su sentido clásico de philosophia (amor a la sabiduría), de «concepción del mundo» (derivado del termino alemán Weltanschauung), o de «ideología» (las creencias y valores bajo los que vive o afirma vivir una cierta sociedad o comunidad). En nuestro sentido amplio, una «teoría de la naturaleza humana» comporta:
1 . una comprensión metafísica fundamental del universo y del lugar que en él ocupa la humanidad;
2 . una teoría de la naturaleza humana en el sentido estricto de un conjunto de afirmaciones generales distintivas sobre los seres humanos, sobre la sociedad humana y sobre la condición humana;
3 . un diagnóstico de algún defecto típico, de lo que tiende a ir mal en la vida humana y en la sociedad;
4 . una prescripción para corregir lo que va mal y un ideal de cómo debería vivirse del mejor modo la vida humana.
Solo las teorías que en este amplio sentido combinen tales elementos pueden ofrecer alguna esperanza de solución a los problemas de la especie humana. Por ejemplo, afirmar sin más que todo el mundo tiende a ser egoísta (o sea, a actuar exclusivamente para satisfacer su propio interés) es un diagnóstico muy simple que no ofrece la menor explicación de la razón que nos hace egoístas; tampoco es una sugerencia sobre cómo superar esto. El deber de amarnos los unos a los otros es un ideal atractivo pero ingenuo; y no nos brinda la menor explicación sobre la dificultad de cumplirlo (ni sobre el tipo de «amor» que debiéramos sentir hacia, o esperar de los otros); del mismo modo, no disponemos de indicación alguna sobre la manera de conseguirlo. La teoría de la evolución darwiniana dice cosas importantes sobre el lugar de los seres humanos en el universo, pero de por sí no ofrece ninguna prescripción; en tanto que explicación causal puramente científica, la teoría de la evolución explica el proceso mediante el cual la especie humana llegó al ser, pero no intenta mostrarnos el propósito o sentido de nuestra vida.
Este libro no es una introducción convencional a la filosofía en el estricto sentido académico en que se la suele definir en nuestros días, con sus divisiones en lógica, filosofía del lenguaje, metafísica, teoría del conocimiento, filosofía de la mente, ética, filosofía política, estética, filosofía de la religión, etc. Aquí se tocará una serie de tópicos en muchas de estas áreas, aunque el interés primario girará en torno a trece sistemas de pensamiento que ofrecen respuestas a los tipos de cuestiones existenciales y relevantes para la vida que motivan a mucha gente para estudiar filosofía. ¿Cuál es nuestro lugar en el universo? ¿Por qué estamos aquí? Pero es importante señalar que tales preguntas mantienen cierta ambigüedad entre el sentido causal, «¿qué fue lo que nos trajo al ser?», y el sentido proyectivo, «¿con qué propósito estamos aquí?» (¿Qué deberíamos hacer o pretender?).
Es evidente que muchas de nuestras respuestas tendrán que depender de la teoría sobre la naturaleza humana que hayamos aceptado: para los individuos, el significado y propósito de nuestras vidas, lo que debamos hacer o evitar, lo que podemos esperar conseguir, o devenir; para las sociedades humanas, qué visión de la comunidad humana podemos esperar construir, qué clase de cambios sociales vamos a favorecer. Nuestras respuestas a estas importantes cuestiones dependerán de que creamos en la existencia de una naturaleza «real» o «innata» de los seres humanos y de algunos modelos objetivos valiosos para la vida humana. De ser así, ¿qué son y dónde se encuentran? ¿Somos esencialmente productos de la evolución, programados para satisfacer nuestro interés egoísta, reproducir nuestros genes o cumplir con nuestros impulsos biológicos? Pero ¿es que, tal vez, no exista semejante naturaleza «esencial» humana, sino solo una capacidad para ser moldeado por la sociedad y sus fuerzas económicas, políticas y culturales cambiantes? ¿O existe acaso algún propósito trascendente, objetivo (¿quizá divino?) para las vidas humanas y su historia?
T EORÍAS RIVALES
Sobre estas cuestiones fundamentales se ha ofrecido sin duda una amplia variedad de opiniones. «¿Qué es el hombre para que de él te acuerdes?... Apenas inferior a un dios le hiciste, y le coronaste de gloria y esplendor», escribió el autor del Salmo 8. La Biblia, desde el libro del Génesis que abre el Antiguo Testamento hebreo hasta el Nuevo Testamento cristiano, considera a los hombres como seres creados por un Dios trascendente a su propia imagen y con un propósito para la vida humana dado por Dios mismo. Así lo hace también el Corán, libro sagrado del Islam. Están asimismo los grandes sistemas filosóficos de Platón, Aristóteles y Kant, que supuestamente establecieron los cánones objetivos de valor a los que aspirar por parte de los hombres y la sociedad.