A todos aquellos que se dan, y que al hacerlo reciben la profusa abundancia del Universo.
Una vez, en tierras lejanas, un joven fue al bosque y le dijo a su guía espiritual: “Quisiera tener riqueza sin límites, y con esa riqueza sin límites quiero ayudar y sanar al mundo. Por favor, ¿me dirás el secreto para crear esa abundancia?”
Y el maestro respondió: “Hay dos diosas que habitan el corazón de cada ser humano, y todos amamos profundamente a esos seres supremos. Pero existe un secreto que tienes que saber, y yo te lo diré.
“Aunque amas a ambas diosas, debes prestar más atención a una de ellas. Es la diosa del Conocimiento, y se llama Sarasvati. Persíguela, ámala, y préstale atención. La otra, Lakshmi, es la diosa de la Abundancia. Al ver que le prestas más atención a Sarasvati, Lakshmi se pondrá muy celosa y se fijará más en ti. Cuanto más persigas a la diosa del Conocimiento, la de la Abundancia te perseguirá más a ti. Te seguirá dondequiera que vayas, y nunca te abandonará. Y tendrás para siempre esa abundancia que deseas.”
N OTA DEL AUTOR
El material de este libro está muy concentrado y, en sentido literal, es necesario que el lector lo metabolice y lo experimente en su propia conciencia.
Para obtener mejores resultados, sugiero que leas todo el libro, y luego cinco páginas cada día.
Al terminar, puedes comenzarlo otra vez. Conviértelo en un hábito para toda la vida, y la abundancia y la prosperidad, en todas sus formas, te seguirán dondequiera que vayas.
El conocimiento, el deseo y el espíritu tienen fuerza.
Y esa fuerza, dentro de cada ser, es la clave para crear abundancia.
1.a P ARTE
E L CAMINO DE LA ABUNDANCIA
En la vasta expansión de mi conciencia, aparecen y desaparecen infinitos mundos, como pequeñas motas de polvo que bailan en un rayo de luz.
— Antiguo dicho védico
C APÍTULO 1
La fuente de toda abundancia
La abundancia es la experiencia en la que nuestras necesidades se satisfacen con facilidad y nuestros deseos se cumplen espontáneamente. Sentimos alegría, salud, felicidad y vitalidad en cada momento de nuestra existencia.
La abundancia es una realidad, y el propósito genuino de este libro es darnos una visión interna de la naturaleza de esa realidad.
Cuando arraigamos en la naturaleza de la realidad y, al mismo tiempo, sabemos que esa realidad es nuestra propia naturaleza, comprendemos que somos capaces de crear cualquier cosa, porque todo el material de la creación tiene el mismo origen. La naturaleza acude al mismo sitio para crear un conjunto de nebulosas, una galaxia de estrellas, una selva tropical o un cuerpo humano, igual que para crear un pensamiento.
En la creación, todo lo material, todo lo que podemos ver, tocar, oír, gustar u oler, está hecho de la misma sustancia y proviene de la misma fuente. El conocimiento concreto de este hecho nos da la capacidad de satisfacer cualquier deseo, de adquirir cualquier objeto material, y de gozar de la plenitud y de la felicidad, cualquiera sea el límite a que aspiremos.
Los principios que se exponen en esta obra se relacionan, de manera específica, con la creación de abundancia material ilimitada, pero pueden aplicarse para realizar cualquier deseo, porque son los mismos que emplea la naturaleza para generar la realidad material a partir de una esencia inmaterial.
Antes de ocuparnos de esos principios, deseo hablar en cierto detalle de lo que la ciencia, en particular la física, nos dice acerca de la naturaleza de este universo que habitamos, de la naturaleza de nuestro cuerpo humano, de nuestra mente, y de la relación que existe entre ellos.
Según los teóricos del campo cuántico, todas las cosas materiales, sean automóviles, cuerpos humanos, o billetes, están hechas de átomos. Éstos, a su vez, están compuestos de partículas subatómicas, que son fluctuaciones de energía e información, en un inmenso vacío de energía e información.
En mis otros libros y cintas, siempre exploré minuciosamente el carácter de la realidad cuántica. Sin entrar en detalles, la conclusión básica de los teóricos del campo cuántico es que la materia prima del mundo es inmaterial; la sustancia esencial del universo es insustancial. Toda nuestra tecnología se basa en ese hecho, y es la ruina suprema de la superstición materialista de la actualidad.
La máquina de fax, la computadora, la radio, la televisión, son posibles porque los científicos ya no creen que el átomo, unidad básica de la materia, sea una entidad sólida. El átomo no es en absoluto una entidad sólida: es una jerarquía de estados de información y energía en el vacío de todos los posibles estados de información y energía.
La diferencia entre un objeto material y otro objeto material, por ejemplo entre un átomo de plomo y uno de oro, no se encuentra en el nivel material. Las partículas subatómicas, protones, electrones, quarks y bosones que componen tanto el átomo de oro como el de plomo son exactamente las mismas. Más aún, aunque las llamamos partículas, no son objetos materiales sino impulsos de energía e información. Lo que diferencia el oro del plomo es la disposición y la cantidad de esos impulsos.
Toda creación material está estructurada sobre la base de información y energía. En esencia, todo suceso cuántico es una fluctuación de energía e información. Y esos impulsos de energía y de información son la antimateria que constituye todo lo que consideramos sustancia o materia.
Por lo tanto, resulta claro que no sólo la sustancia esencial del universo no es materia, sino que es anti materia pensante. Pues, ¿qué otra cosa es un pensamiento, sino un impulso de energía e información?
Imaginamos que los pensamientos sólo surgen en nuestra cabeza, pero ello se debe a que los experimentamos como pensamiento estructurado de manera lingüística, que se expresa verbalmente y que nos habla en nuestro idioma — en mi caso, inglés con acento de persona de la India. Sin embargo, esos impulsos de energía e información que consideramos pensamientos, esos