¡Aléjate de lo ordinario y vive la vida extraordinaria que Dios diseñó para ti! Con la guía del autorbestsellery pastor de la Iglesia Lakewood, Joel Osteen, tu mente se enfocará en la abundancia.
Todos poseemos una visión de nuestra vida y de nuestra persona. ¿Cómo luce tu foto? ¿Te ves elevándote más alto, superando obstáculos y viviendo una vida en abundancia? ¿O tienes una imagen de derrota de ti mismo, luchando, adicto, con sobrepeso y sin poder disfrutar jamás de un buen descanso? Las imágenes que dejes entrar en tu mente determinan el tipo de vida que llevas.
El sueño de Dios para tu vida es que seas bendecido de tal manera que puedas ser una bendición para los demás. Atrévete a tener la gran visión de una vida en abundancia y confía en que Dios te ayudará a cumplirlo. A través de El éxito comienza aquí, Joel te ayudará a cambiar tu mentalidad conformista para que pronto, de solamente tener un sueño, lo estés viviendo. Tu visión se hará realidad.
Título original: The Abundance Mind-Set: Success Starts Here
Primera edición: julio de 2021
Esta edición es publicada bajo acuerdo con Hachette FaithWords, New York, New York, USA. Todos los derechos reservados.
© 2020, Joel Osteen
© 2021, Penguin Random House Grupo Editorial USA, LLC
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Miami, FL 33156
Traducción: Daniel Esparza
Diseño de cubierta: www.produccioneditorial.com
Foto de cubierta: Pexels
A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas fueron tomadas de la RVR 1960, Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso. Reina-Valera 1960™ es una marca registrada de la American Bible Society
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ISBN 978-1-64473-333-2
Conversión a formato digital: Libresque
CAPÍTULO 1
T EN UNA MENTALIDAD DE ABUNDANCIA
El sueño de Dios para tu vida es que seas bendecido de tal manera que te conviertas en bendición para los demás. David dijo: “Mi copa rebosa” (Salmo 25:3, BLP). Dios es Dios de abundancia, pero la clave es no enfocarte en la escasez, en la falta de recursos o en las dificultades sino esperar la abundancia. Si has estado bajo presión durante mucho tiempo y tienes dificultades para llegar a fin de mes, es de suponer que hayas desarrollado una mentalidad limitada: “Nunca saldré de este vecindario” o “nunca tendré suficiente para enviar a mis hijos a la universidad”. Puede que sea allí donde estés ahora, pero no es allí donde debes quedarte.
Dios se llama El Shaddai, el Dios de Más-Que-Suficiente. No es el Dios de Apenas-Lo-Necesario o el Dios de Ayúdame-A-Salir-Adelante. Él es Dios desbordante. El Dios de la abundancia.
El Salmo 35 dice: “Exaltado sea el Señor, quien se deleita en el bienestar de su siervo” (Salmo 35:27, NVI). Entonces, se supone que sus hijos deberían decir siempre: “Dios se complace en hacerme prosperar”. Este salmo quiere ayudarnos a desarrollar nuestro pensamiento de abundancia, porque nuestra vida se mueve hacia aquello en lo que siempre tenemos en mente. Si siempre tienes pensamientos de escasez, de insuficiencia y de dificultades, estás moviéndote hacia las cosas equivocadas. Durante todo el día, medita en estos pensamientos: desborde, abundancia, y en que Dios se complace en prosperarte.
A PENAS SUFICIENTE, SUFICIENTE Y MÁS QUE SUFICIENTE
En las Escrituras leemos que los israelitas habían vivido en esclavitud durante muchos años. Esa era la tierra de Apenas Suficiente. Solo podían aguantar, sobrevivir, apenas mantenerse a flote. Un día, Dios los sacó de la esclavitud y los llevó al desierto. Esa era la tierra de Suficiente. Sus necesidades fueron satisfechas, pero sin nada adicional. Las Escrituras dicen que su ropa no se desgastó durante cuarenta años. Estoy seguro de que estaban agradecidos. No sé ustedes, pero yo no quiero usar la misma ropa durante los próximos cuarenta años. Si tengo que hacerlo, no me quejaré, pero esa no es mi idea de abundancia. Tampoco era ni es la de Dios, quien finalmente los llevó a la Tierra Prometida, la tierra de Más Que Suficiente, donde la comida y los suministros eran abundantes. Los racimos de uvas eran tan grandes que dos hombres adultos tuvieron que cargarlos. La llaman “la tierra donde fluye leche y miel”. Ese fluir significa que nunca se acabó, que continuó abundante. Hacia allá es a donde Dios te está llevando.
Puede que ahora estés en la tierra de Apenas Suficiente. Tal vez no sabes cómo saldrás adelante la semana que viene. No te preocupes. Dios no te ha olvidado. Dios viste a los lirios del campo, alimenta a los pájaros del aire, así que Él cuidará de ti.
Puede que estés en la tierra de Suficiente. Tus necesidades están cubiertas. Estás agradecido, pero no hay nada más, nada que te ayude a perseguir y cumplir tus sueños. Dios está diciendo: “No soplé mi vida en ti para que vivas en la tierra de Apenas Suficiente. No te creé para vivir en la tierra de Suficiente”. Esas son solo estaciones. Son pruebas, pero no son permanentes. No bajes tus expectativas. Estás allí de paso. Es solo temporal. Dios tiene una tierra prometida para ti. Él tiene un lugar de abundancia, la tierra del Más Que Suficiente, donde todo lo que necesitas fluye, no solo una vez, sino constantemente y cada vez más. Tendrás, y tendrás en abundancia.
Si estás en la tierra de Apenas Suficiente, no te atrevas a establecerte allí. Ahí es donde estás ahora, pero no es lo que eres. Esa es tu ubicación; no es tu identidad. Eres un hijo del Dios Altísimo. No importa cómo se vea el panorama, mantén una mentalidad de abundancia. Recuérdate siempre: “Dios se complace en prosperarme. Soy cabeza, no cola”.
Las Escrituras dicen que Dios suplirá nuestras necesidades “conforme a sus riquezas” (Filipenses 4:19, RVR1960). Muy a menudo vemos nuestra situación y pensamos: “Nunca saldré adelante. El negocio va lento, vivo en una casa alquilada o con ayuda social. Nunca saldré de aquí”. Pero Dios no te suplirá de acuerdo con lo que tú tienes, sino de acuerdo con lo que Él tiene. La buena noticia es que Él es dueño de todo. Un toque de su favor puede sacarte de Apenas Suficiente y ponerte en Más Que Suficiente. Dios tiene formas de hacerte crecer más allá de tus ingresos normales, más allá de tu salario, más allá de lo predecible. Deja de decirte: “Esto es todo lo que tendré. El abuelo estaba arruinado. Mamá y papá no tenían nada. Mi perro recibe asistencia social. Mi gato no tiene hogar”. Olvida todo eso y reenfócate con una mentalidad de abundancia: “Este no es mi lugar, aquí no es donde me quedaré. Estoy bendecido. Soy próspero. Mis recursos desbordarán en la tierra de Más Que Suficiente”.