Conoces lo que conoces y sabes lo que sabes. Por eso te invito a que te adentres en aquello que desconoces, en lo que no sabes que no sabes y en lo que tampoco sabes que sabes.
Permite que tu conciencia, que está atrapada en lo conocido, vaya más allá de eso que ahora te parece tan lógico y razonable.
En el momento en el que superes los límites tan estrechos que marca tu mente, entrarás en el espacio sin límite de tu corazón. Es entonces cuando descubrirás que hay algo más allá de eso a lo que llamamos mundo, y que cuando la mente se amplía, ya nunca vuelve a sus dimensiones originales.
Esta es una experiencia que supera todo entendimiento. ¿Tienes la paciencia para esperar a que el barro se deposite y el agua se vuelva clara?
L IBERAR LA MENTE
Escribir un libro riguroso sobre el mindfulness no me parece tarea fácil, o desde luego para mí no lo ha sido. El mindfulness es algo tan contraintuitivo, que, si no se conocen las bases sobre las que opera o si no se tiene una mente lo suficientemente abierta como para probar algo diferente, resulta muy difícil mantener su práctica y tener una experiencia vital realmente transformadora.
Conozco el mindfulness desde hace muchos años y, sin duda, he tenido grandes maestros que me han enseñado a practicarlo. Sin embargo, dentro de mí sentía una curiosa resistencia que hacía que lo trabajara más como una obligación que como una apasionante exploración. Si a esto le añadimos la cantidad de veces que me quedaba dormido en la silla, se entenderá por qué la práctica del mindfulness no ha sido para mí «coser y cantar».
Dada mi pasión por la ciencia y, sobre todo, por los avances de la medicina y los descubrimientos en el campo de las neurociencias, he viajado a muchos lugares para saber qué se estaba investigando en relación con las prácticas contemplativas. A medida que fui entendiendo mejor cómo operaba el mindfulness tanto en el cerebro como en el cuerpo, esa resistencia que yo ofrecía a su práctica empezó a desvanecerse.
Por otra parte, también me fui dando cuenta a lo largo de los años de que en algunos libros que hablaban sobre el mindfulness hacían referencia a una dimensión muy sutil de la realidad, a una dimensión frecuentemente denominada espiritual y que escapa a la lógica habitual que muchas personas manejan en su día a día.
Para mí, la dimensión espiritual de la existencia siempre ha tenido una gran relevancia, entre otras cosas porque fui educado en la tradición cristiana. Sin embargo, el mindfulness procedía de la tradición budista.
Llevado por una curiosidad natural y deseando entender mejor los pilares sobre los que se sostenía dicha práctica meditativa, busqué a tres grandes maestros para que me introdujeran en la filosofía budista y en la filosofía zen. El zen es una integración entre el budismo procedente de la India y el taoísmo originario de China.
Acudí a conocer a estos maestros y a formarme con ellos no sin cierta inquietud. Temía que pudieran introducir en mi mente alguna «idea rara» que entrara en colisión con las creencias que yo había mantenido hasta entonces. Pronto descubrí que entre el auténtico cristianismo, el budismo y el taoísmo no hay nada más que puntos en común. En lo esencial, no veo ninguna diferencia significativa. No obstante, dado que me parecen igual de respetables las personas que creen que existe una realidad más allá de la materia como aquellas que no creen para nada en ella, debía describir las distintas dimensiones del mindfulness sin que nadie tuviera la sensación de que tenía que «definirse» de alguna manera como creyente o como ateo. De hecho, y esto es conveniente resaltarlo, el mindfulness no es una «religión disfrazada» en competición con otras religiones institucionalizadas, sino una exploración de la mente para descubrir qué es lo que la enferma y también qué es lo que la sana. Por eso, gran parte de lo que relato en este libro tiene una sólida base científica que comentaré en detalle y que nos interpela a todos por igual, creamos o no en una dimensión más allá de la materia.
Por otro lado, no me ha parecido coherente eludir las referencias a este plano más sutil de la Vida por miedo a que algunas personas que no crean en él se puedan sentir de alguna manera «ofendidas». El libro habla de posibilidades, de oportunidades y de propuestas, no de creencias o dogmas. A lo que invita es sencillamente a explorar la realidad de una forma directa y con una mirada curiosa.
Considero que cuando no hay nadie que intenta imponer a los demás sus ideas, creencias o formas de ver la realidad, todos podemos llegar a entendernos, crear espacios de colaboración y descubrir algo que es común y valioso para todos.
Solo cuando he llegado a tener una experiencia directa de lo que es el mindfulness y de los cambios que ha operado y está operando en mí, me he decidido a publicar lo que he aprendido y aquello de lo que me dado cuenta a lo largo de todos estos años.
No hemos de olvidar que la palabra mindfulness es la traducción al inglés de sati, que en pali —la lengua que hablaba Buda hace dos mil quinientos años— significa ‘prestar atención para ver las cosas tal como son’. De alguna manera, la práctica del mindfulness nos hace darnos cuenta de hasta qué punto nuestras proyecciones mentales están alterando nuestra percepción de lo que es real.
El libro está dividido en tres partes, que es recomendable leer por orden, ya que de lo contrario es muy fácil perderse entre «las hojas del árbol» y no llegar a «las raíces».
No es lo mismo conocer que comprender. Conocer nos faculta para saber, mientras que comprender nos abre un camino para saber hacer.
En la primera parte hablo de la naturaleza del mindfulness, de su dimensión sutil y de la relación tan estrecha y profunda que existe entre la práctica contemplativa, nuestro organismo físico y el proceso de transformación vital que puede experimentar todo ser humano. En la segunda planteo un mapa que sirve de referencia para no perderse en ese «bosque» que es nuestra mente humana condicionada. El funcionamiento de dicha mente no hace para nada fácil que podamos descubrir lo que hay más allá de ella, un mundo de grandes posibilidades y enormes oportunidades. Y en la tercera propongo algunas de las prácticas más relevantes del mindfulness y que, en realidad, poco o nada han cambiado desde sus orígenes, hace ya muchos siglos. Dichas prácticas aparecen escritas y también están grabadas en audio para que puedas seguirlas a tu conveniencia.
Para finalizar, un epílogo, el «Cuaderno de bitácora», un resumen de todo lo visto y unas propuestas para mantener la práctica a lo largo de los años.
Tengo la ilusión de que a través de las páginas de ¡ Tómate un respiro ! te abras a explorar esta dimensión sorprendente de tu vida. Es ahí donde vas a descubrir los mayores recursos y donde vas a reconocer tu auténtica grandeza.
E L PUENTE ENTRE LA TRADICIÓN Y LA CIENCIA
Descubrirse a sí mismo no tiene fin
y requiere constante investigación,
percepción total, darse cuenta sin elección alguna.
En realidad, este viaje consiste
en abrir una puerta al individuo
en su relación con el mundo.
J IDDU K RISHNAMURTI
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C IENCIA Y CONCIENCIA
El pez no sabe que está dentro del agua
hasta que le sacan de ella.
A DAM S MITH
Hoy en día nadie se pone de acuerdo a la hora de explicar qué es en realidad la conciencia. Hay científicos que sostienen que es algo que depende exclusivamente del funcionamiento del cerebro. Para estos investigadores, la propia actividad de las neuronas, cuando esta se sincroniza de cierta manera, produciría eso que llamamos conciencia.
La conciencia es la capacidad que nos permite darnos cuenta de las cosas e, incluso, observarnos a nosotros mismos y tener así lo que se denomina un sentido de identidad, un poder reconocer quiénes somos.