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Nogal, Col. Sta. María Ribera
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Int r oducción
R edacta r u n calendari o qu e indiqu e co n suficient e clarida d e l moment o má s apropiad o par a realiza r la s labo re s d e jardinerí a result a difícil , po r n o deci r imposible , en particula r cuand o no s tenemo s qu e referi r a u n paí s como España , caracterizad o n o sól o po r un a gra n varieda d d e ambiente s segú n su s distinta s regiones , sin o tambié n po r una fuert e inestabilida d climátic a e n e l transcurs o d e lo s años.
L a climatologí a d e Españ a est á marcad a po r fuertes contrastes , debid o a l a acció n beneficios a atemperante d e lo s mare s qu e l a rodean , dand o luga r a do s grandes zonas: una la Cantábrica, muy húmeda, y otra la Mediterránea, de clima muy benigno pero cuya pluviosidad está disminuida por la acción de los vientos cálidos procedentes de África. La acción atemperante del clima marítimo queda contrarrestada en grandes zonas del interior de la península por la barrera que representan las altas cordilleras al paso del influjo benéfico de los vientos cálidos, dando lugar a climas continentales. Las mismas cordilleras que limitan los valles de los grandes ríos dan lugar a microclimas de características especiales.
La s zona s climática s españolas , qu e podemo s consi dera r co n respect o a s u influenci a e n lo s cultivos , so n las siguientes:
•Zonaseptentrional. D e influenci a atlántica . Com prend e la s regione s galaica , asturiana , vasco-cántabr a y pirenaica. Es una zona nubosa y lluviosa, con precipita cione s e n la s cuatr o estacione s y abundante s nevada s invernale s e n la s tierra s altas . L a pluviosida d pued e llega r a 1.50 m m anuales . L a temperatur a es , po r l o general, suav e y co n poca s oscilacione s salv o e n comarca s montañosas . Lo s viento s dominante s so n d e component e norte.
•Zonacentral. Comprende las regiones: Norte, Cas tilla-León , Madrid , Extremadur a y Castilla-L a Mancha. Clima de clara influencia continental, de fuertes contrastes con heladas hasta abril y veranos sumamente calurosos. La pluviosidad es baja, de unos mm anuales. La estación más lluviosa es otoño, en el que predominan los vientos templados y húmedos del oeste y sudoeste.
•CuencadelEbro . E s d e clim a continenta l co n in fluencias marinas. Es una de las regiones menos lluviosas de España. Los veranos son largos y de altas temperaturas. El viento dominante es el cierzo, del noroeste; es un viento frío y seco.
•CuencadelGuadalquivir. Es zona de clima suave, la temperatura media es alta y la pluviosidad, bastante alta; las lluvias, relativamente abundantes, se reparten en todas las estaciones, salvo en verano que es muy seco. Las lluvias principales van asociadas a los temporales del sur y sudeste que penetran por el golfo de Cádiz.
•Zonapenibética. Comprende al Mediterráneo anda luz . D e clim a árid o co n marcado s contraste s entr e la zona costera y la montaña; se va de la aridez de las costas de Almería a las nieves perpetuas de Sierra Nevada. Las temperaturas son muy altas y las lluvias escasas en las zonas del litoral. El viento seco del Sahara, llega fácilmente a esta región.
•Zonamediterránea. Comprend e Cataluña , V alencia, Murci a y la s Baleares . Clim a templad o d e influenci a marítim a y e n alguna s zona s d e carácte r subtropical . La s tem peratura s so n suave s si n grande s contraste s anuales . Las lluvia s escasa s y d e carácte r torrencial , especialment e du rante los equinoccios de otoño y primavera. Los vientos qu e acompaña n a la s lluvia s suele n se r est e y sudeste.
•Archipiélagocanario. Situad o e n l a zon a tropical, muy influenciado por los vientos del Sáhara, que hacen que sea una zona muy seca, principalmente en las islas de F uerteventura y Lanzarote. El clima es benigno y suave con fuertes contrastes entre la costa y la montaña.
El calendario del jardinero debe referirse a datos medios típicos de las diversas zonas climáticas.
Lo s confine s d e la s regione s climática s indicado s en lo s mapa s debería n tene r lo s borde s difuminado s dado que, en las zonas marginales, los climas se superponen el uno al otro.
N o sól o po r est a razón , sin o tambié n po r e l hech o d e que a l se r gradua l e l cambi o d e la s estaciones , nuestro s programa s de l me s n o puede n esta r contenido s dentr o d e lí mites precisos : po r ejemplo , l o qu e y a s e pued e hace r a principios d e me s e n e l litora l valencian o deber á espera r a finale s del mism o me s e n e l cas o d e la s comarca s leridanas.
E l jardiner o deberí a hacers e u n calendari o personal donde indicaría, durante algunos años, las temperaturas medias, mínimas y máximas, la frecuencia de lluvias, las nevadas y los acontecimientos meteorológicos extraordinarios, para poder disponer de datos más adaptados a las características de su zona.
D e toda s formas , e l cultivado r deber á tene r siempre un carácter pesimista y prever cambios climáticos imprevistos, que le impidan cumplir el programa que ha de estar acabado totalmente antes del frío intenso, y del que depend e e l renacimient o de l jardí n e n l a primaver a siguiente , o bie n ante s de l calo r excesivo , par a n o tener que aplazar las labores de algunos meses.
E l libr o s e compon e d e do s partes : l a primer a com prende el calendario detallado, donde se recuerdan y ex plica n la s distinta s labore s qu e s e debe n realiza r cada mes; la segunda recoge, para evitar repeticiones inútiles, las normas técnicas importantes para las labores y necesarias más de una vez en diferentes periodos.
Hemos mantenido la división del año en cuatro esta ciones , aunqu e cad a un a comprend e un a seman a más, para poder conservar la subdivisión mensual de las labores: así, por ejemplo, la primavera va desde principios de abril hasta finales de junio.
Empezamo s co n octubre , y a qu e e s e l me s má s indi cad o par a abri r e l nuev o añ o e n e l jardín , y acabamo s con septiembr e que , aunqu e est é mu y marcad o po r e l verano, s e relacion a normalment e co n e l fi n de l cicl o estival.
Diciembre y enero se asemejan, al ser ambos meses de estancamiento, que asisten a la pausa biológica y al descanso del jardinero.
Reiteramo s qu e nuestr o calendari o servir á únicament e d e pist a a lo s qu e s e enfrente n a lo s diferentes problemas que conlleva el jardín. La información, la experiencia, el espíritu de observación, el «sexto sentido» d e quie n trabaj a co n pasió n so n elemento s indispensa bles para obtener buenos resultados.