Esther Hicks - El Asombroso Poder de las Emociones

ste es un gran libro!... Para cualquiera que desee mejorar su vida: ¡este es un gran libro!”

Esa fue la exclamación de Esther hace unos momentos mientras evaluaba los toques finales de éste, nuestro último libro de Abraham: El asombroso poder de las emociones. Esther y yo hemos escrito y publicado libros en equipo, como esposos por dos décadas, y ésta es la primera vez que ella me ha dicho: “¡Este es un gran libro!”, en vez de preguntarme: “¿Qué te parece el libro?”.

En mi opinión, éste es el más innovador y poderoso de los libros de la serie de Abraham publicado hasta la fecha. Por esa razón, es posible que algunos lectores lo consideren demasiado complicado, o demasiado en la Percepción Avanzada, para llegar a captarlo por completo. Pero, por otro lado, quizá habrá algunos que sentirán que esta información es demasiado simple o incluso inapropiada.

Escribí este Prefacio con la intención de guiarlos desde posibles sentimientos como: Es demasiado complicado o es demasiado simple, hacia la percepción de que ustedes pueden usar de inmediato estainformación práctica, y en la Percepción Avanzada, para crear más ymás de lo que desean, o para ser de mayor valor para los demás.

Ahora bien, ¿qué tal que alguien les dijera que ustedes tienen un propósito en la vida y que su propósito es permitir más alegría? Y, ¿qué tal que alguien les dijera que la verdadera medida del éxito en su vida es la cantidad de alegría que hay en ella?

¿Qué tal que le dijeran que no solamente la base inherente de su vida es la libertad, y que nacieron libres, sino que además, puesto que tienen la libertad de elegir sus propios pensamientos, siempre son libres?

¿Qué tal que les explicaran que cada vez que buscan un pensamiento que los hace sentir mejor, están, en ese momento, logrando su propósito? Están añadiendo al progreso, a la evolución del Bienestar de Todo lo que es.

¿Qué tal si les hubieran informado que sus creencias, en apariencia sólidas, son apenas una serie de pensamientos individuales coagulados que tuvieron en una ocasión, y luego siguieron pensando? ¿Qué tal si les dijeran que desde el momento de su nacimiento (e incluso antes), sus pensamientos y, por lo tanto, la formación de sus creencias, fueron influenciados en gran parte por aquellos que vinieron antes de ustedes?

Y, ¿qué tal que les dijeran que las experiencias de sus vidas son, en esencia, el resultado de sus pensamientos dominantes; y que la esencia de esos pensamientos en que enfocan su atención el tiempo suficiente, se manifiesta luego en su realidad? Es decir: “Me ha ocurrido lo que más temía”; “Lo que crees que te va a pasar, te pasa”; “Piense y hágase rico”; “Dios los crea y ellos se juntan”;“Cosechas lo que siembras...”.

Ahora, consideren lo siguiente: si de alguna manera hubieran estado conscientes de los conceptos anteriores, ¿no desearían ahora comprobar personalmente su validez? ¿No habría algunos puntos que desearían aclarar para sí mismos? ¿No se sentirían quizá inspirados a tomar algún tipo de acción práctica?