© Ediciones B, S. A., 2012
Consell de Cent, 425-427 - 08009 Barcelona (España)
Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidas en el ordenamiento jurídico, queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de los titulares del copyright , la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo públicos.
QUERIDO LECTOR
Nuestras emociones están ahí para ser sentidas, pero no para dominar nuestra vida, ni cegar nuestra visión, ni robar nuestro futuro, ni apagar nuestra energía, porque, al momento de hacerlo, se volverán tóxicas.
Sanar nuestras emociones implica prepararnos a nosotros mismos para liberarnos de las emociones negativas y tóxicas que, en definitiva, no nos ayudan a encontrar una solución. La propuesta de este libro es otorgar a cada emoción el verdadero significado que tiene.
Por ejemplo, es normal que:
si te han estafado, sientas rabia, pero no que salgas a romper todo...
si te han traicionado, sientas decepción, pero no que no vuelvas a confiar nunca...
si te han humillado, sientas vergüenza, pero no que dejes de correr riesgos...
si te han mentido, sientas desconfianza, pero no que sientas resentimiento...
si te han intimidado, sientas miedo, pero no que te detengas ahí...
si no te han amado, sientas rechazo, pero no que busques ser rechazado...
si has perdido o te has sentido frustrado en algo, sientas tristeza, pero no que permanezcas alicaído...
Vivir significa conocerse, y ese conocimiento es el que nos permite relacionarnos con el otro y con nosotros mismos. Si escondemos nuestras emociones, las acallamos y las ocultamos pensando que de esta forma van a desaparecer, cometemos un error. Ellas seguirán estando ahí, solo que se hallarán confinadas en una cárcel que a lo único que nos conduce es a la confusión, la apatía y la incredulidad afectiva.
La sabiduría emocional consiste en elegir
cómo nos vamos a sentir.
Las emociones no pueden ser controladas desde fuera, sino que deben serlo desde dentro de nuestra vida. Por eso, debemos cuidarnos para mantenerlas bajo control y que no pasen a ser tóxicas.
• Una persona con emociones tóxicas buscará ser amada a cualquier precio. Sin embargo, estar sano emocionalmente no significa depender de otros para ser feliz, sino del amor que uno se tiene a sí mismo en primer lugar.
• Una persona con emociones tóxicas buscará la aceptación y el reconocimiento de los demás a través de los bienes que posee. Sin embargo, estar sano consiste en saber y reconocer que somos aceptados por nosotros mismos y por los demás independientemente de lo que tengamos.
• Una persona con emociones tóxicas buscará el valor en el exterior. Sin embargo, estar sano es darse valor.
• Una persona con emociones tóxicas da excesivo valor a las opiniones de los demás. Sin embargo, estar sano es construir una imagen de uno mismo afectuosa y positiva a través de palabras de automotivación.
Recuerda que lo más importante en cualquier circunstancia no es lo que pasa a tu alrededor, sino lo que pasa dentro de ti.
Nadie puede salir de una crisis o de un dolor
si permanentemente escucha de sí mismo
palabras de dolor, de angustia y de fracaso.
Asimismo, ten presente que la flexibilidad es una herramienta con la cual necesitamos contar. Tenemos que darnos permiso para equivocarnos, enfadarnos y llorar. También para sentir rabia y enojo, y para perdonarnos, sanarnos, recuperarnos y volver a ser felices.
• Recuerda que somos capaces de transformar una emoción tóxica a través de acciones positivas y debemos ser conscientes de que podemos hacerlo.
• Es necesario que, aunque nos cueste, nos dirijamos decididamente a lo que sabemos que nos hace bien y nos genera bienestar: el cambio.
Tú puedes elegir superar sea cual fuere la situación en la que te encuentres. ¡No permitas que las emociones tóxicas te acompañen para siempre! Hoy puede ser el día para cambiar de rumbo.
Hoy solo tienes que elegir por ti. En la vida tendremos problemas, dificultades, momentos inolvidables y otros que no quisiéramos recordar, pero de todos ellos podemos sobreponernos.
No naciste por casualidad, naciste porque tienes un propósito, un sueño que lleva tu nombre y te está esperando.
Tu destino es la superación, el amor,
la dicha, la plenitud y la vida abundante.
Estás más que capacitado para lograr tu propia transformación interior. Y vas camino de ello. ¡A disfrutar se ha dicho!
B ERNARDO S TAMATEAS
LA ANSIEDAD TÓXICA
Libérate de la ansiedad, piensa que lo que debe ser será, y sucederá naturalmente
F ACUNDO C ABRAL
La ansiedad es la emoción que aparece cuando sientes que se acerca una amenaza, cuando visualizas el futuro de manera negativa y, en consecuencia, intentas prepararte para hacerle frente.
La ansiedad se apoderará primero de nuestra mente y luego de nuestro cuerpo. Por ejemplo, antes de un examen comenzamos a estar inquietos, y luego aparecen los famosos dolores de cabeza, el malestar estomacal, el sudor, etcétera.
La ansiedad como reacción normal nos permite afrontar una presión externa y se presenta acompañada de aquellos temores que todos tenemos y que nos preservan ante una amenaza o peligro. Por ejemplo, si se acerca el examen, la ansiedad nos puede poner en alerta para prepararnos mejor (y estudiar).
Ahora, ¿qué nos sucede cuando pasamos de vivir un momento de ansiedad a vivir ansiosos? Alguien excesivamente ansioso ve cada situación nueva, cada cambio, cada desafío que le toca vivir, como una tortura y experimenta un gran sufrimiento interior.
La ansiedad crónica es tóxica. El problema surge cuando la ansiedad se convierte en un temor excesivo e irracional a situaciones que afrontamos diariamente. Entonces, pasa a ser una emoción tóxica.
Esta emoción puede llevar al desánimo, a la tristeza e incluso a la depresión, o al otro extremo, a vivir completamente acelerado. En cualquiera de los dos casos, la expectativa será que el resto siga ese ritmo, lo cual generará a su vez problemas interpersonales.
¿E N QUÉ ESTOY PENSANDO ?
Realiza la siguiente autoevaluación. Piensa cuántas veces has experimentado miedo, angustia, preocupación frente a una situación de tensión en el trabajo, frente a un viaje, a un examen. ¿Esto te resulta familiar? La ansiedad es un estado emocional tóxico que hace que una persona sienta inquietud o temor.
Cuando se ansía mucho algo, es fácil desanimarse y sentir que nada tiene sentido o vale la pena. Con esta emoción a flor de piel, nos costará mucho más alcanzar las metas que nos propongamos. La ansiedad no solo nos impide experimentar emociones positivas, como la alegría o el amor, sino que no nos permite disfrutar de la vida al máximo.
Si ya te vas identificando con todo esto, vayamos al siguiente paso. Ahora la clave es descubrir dónde comienza esta ansiedad negativa para que, una vez la reconozcamos, podamos superarla y asumir lo que nos toque pasar de la mejor forma posible y de la manera menos tóxica.
En principio, descubriremos que el comienzo se da siempre en la mente. ¿Alguna vez has prestado atención a tus pensamientos? Si no lo has hecho, tómate tu tiempo para ver en qué estás pensando y qué es lo que «te da vueltas en la cabeza» la mayoría de las veces. Ahí está la clave de la ansiedad: en tus pensamientos, en aquellos pensamientos que tu cerebro, de manera equivocada, interpreta como reales. Y aunque tu razón sepa que no son verdaderos, los crees a nivel emocional, es decir, que sientes que son verdad.