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FINANZAS BÍBLICAS
Publicado por Editorial Vida – 2020
Nashville, Tennessee
© 2020 Héctor Salcedo
Este título también está disponible en formato electrónico.
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A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas han sido tomadas de La Santa Biblia, «nbla» Nueva Biblia de las Américas © 2005 por The Lockman Foundation. Usada con permiso, www.NuevaBiblia.com.
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Editora en Jefe: Graciela Lelli
Edición: Sofía Martínez
Diseño interior: Grupo Nivel Uno, Inc.
ISBN: 978-0-82974-311-1
ISBN Ebook: 978-0-82974-800-0
Edición Epub Junio 2020 9780829748000
CATEGORÍA: Negocios y Economía / Finanzas / General
IMPRESO EN ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA
PRINTED IN THE UNITED STATES OF AMERICA
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CONTENIDO
Guide
C uando de niño tenía que compartir con alguien alguna historia que incluía una referencia numérica, usualmente lo hacía con precisión. Un familiar llegó a designarme como «el hombre de los números exactos». Esa preferencia por la precisión, los datos y la información se fue acrecentando mientras crecía. Me atraía la investigación y el análisis de las cosas. Fue por esas razones que, al momento de escoger una profesión, me decidí por la economía.
La economía me atrajo por su capacidad de responder preguntas acerca del funcionamiento del mundo en el que vivimos. La economía le «pone números» al comportamiento de los agentes económicos ante sus distintas circunstancias, con el fin de dar precisión a sus aspectos imprecisos. Para mí fue como un «anillo al dedo».
Primero me formé como licenciado en mi país (República Dominicana), y luego me especialicé en Macroeconomía Aplicada en el exterior por casi tres años (Chile). Al regresar a mi país participé en el desarrollo de distintas iniciativas del sector privado, y en varias ocasiones trabajé como consultor para proyectos de organismos internacionales que prestaban apoyo al sector público de mi país. Posteriormente, decidí iniciar una empresa propia que, por la gracia de Dios, aún se mantiene operando y ofrece distintos servicios en el ámbito de la economía y las finanzas.
Junto con mi ejercicio profesional, también mi compromiso con el ministerio cristiano fue creciendo gradualmente. Tuve la oportunidad de involucrarme en una iglesia que recién iniciaba sus actividades casi desde que regresé a mi país y de una manera que yo no planifiqué, pero Dios sí, mi pasión por el estudio de la Palabra de Dios fue cautivando mi corazón al punto de que comencé a leer más la Biblia que textos de economía.
Con el paso del tiempo el servicio ministerial fue creciendo, hasta que fui ordenado como uno de los pastores de mi iglesia local, la Iglesia Bautista Internacional, el 2006. A pesar de ello, aún estaba al frente de mi empresa, pero dividía mi tiempo entre estas dos vocaciones, la economía y el pastorado. En realidad, mi formación profesional siempre ha sido un complemento de mi labor pastoral y he visto cómo Dios ha utilizado dicha formación para el beneficio de su pueblo.
De hecho, este libro de finanzas bíblicas es el resultado de esa combinación de vocaciones. El libro es una síntesis de la perspectiva bíblica con respecto de las posesiones materiales y, a partir de ello, una guía para administrar los recursos económicos de una manera que honre a Dios. He tratado de ofrecer un material útil y saturado de enseñanza bíblica. Un material que sea práctico, pero bíblicamente fiel.
Por razones obvias, a través de mis años de labor pastoral, muchos han buscado mi consejo cuando se encuentran en una situación financiera difícil. Por la gracia de Dios, he podido ayudar a muchos a salir de su complicada situación. Mi estudio bíblico, combinado con estar en «primera fila» viendo los problemas de mucha gente e incluso de mi propia vida, me ha permitido entender las principales raíces de estos asuntos y llegar a soluciones que produzcan frutos buenos y duraderos. En este sentido, este libro también es el resultado de esa combinación de estudio bíblico, experiencia pastoral y trasfondo profesional.
Para claridad del lector, quisiera ser preciso con mis objetivos desde esta introducción. No habré hecho bien mi labor si, luego de leer el libro, el lector no puede reconocer con precisión lo que recibió. A continuación, entonces, lo que me propongo es:
Mostrar que las dificultades financieras tienen, en su mayoría, un origen que responde a un desvío del carácter.
Exponer nuestra sutil pero fuerte inclinación a la avaricia; es decir, a acumular posesiones materiales.
Desenmascarar la razón de dicha avaricia, que no es más que nuestra equivocada idea de que la abundancia de bienes produce plenitud de vida.
Demostrar que la generosidad, lejos de «restarnos», nos suma, si creemos de corazón la significativa frase de nuestro Señor Jesús: «Más bienaventurado es dar que recibir» (Hch 20:35).
Mostrar cómo manejar las finanzas de forma tal que honremos a Dios. Ese es mi objetivo más amplio.
De manera intencional, en esta introducción, no daré más detalles de estos objetivos. Si los doy, quizás algunos optarían por no leer el resto de libro y es obvio que no quiero que eso ocurra.
Estoy convencido de que, si los objetivos mencionados anteriormente se alcanzan en las vidas de los lectores, los resultados de su manejo financiero cambiarán para bien. Tal y como mencioné en el quinto objetivo, pero quisiera enfatizarlo de nuevo, mi deseo (y debería ser el deseo de todo cristiano) es que nuestro manejo financiero no solo mejore para nuestro beneficio y tranquilidad, sino que también honre y complazca a nuestro Dios: «Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas. A Él sea la gloria para siempre. Amén» (Ro 11:36).
T odos requerimos criterios para el adecuado manejo del dinero y las posesiones materiales que Dios nos ha dado para administrar. Sea cual sea nuestra condición, si estamos solteros o casados, seamos pobres o ricos, educados o no, sin importar nuestra nacionalidad o incluso nuestra condición espiritual, este tema es ineludible.
Son múltiples los problemas que se enfrentan como fruto de un manejo financiero inadecuado o, mejor dicho, no bíblico. Matrimonios en conflicto, tensiones entre hermanos, socios que se separan e, incluso, divisiones en iglesias son algunas de las situaciones que trae consigo un mal manejo financiero. A nivel personal, cuando la perspectiva de lo material no es bíblica, es común experimentar altos niveles de ansiedad, envidia, inseguridad, descontento, entre otras emociones, que conducen a la gente a no sentirse plena.