Ella persistió
TEMPLE GRANDIN
Cuando las vacas, los caballos y otros animales sufrían, Temple Grandin parecía entenderlos mejor que nadie. Temple es autista, y esto determinó que pensara de una manera diferente al resto de las personas; no inferior, solo diferente. Cuando llegó a la edad adulta, se esforzó por explicar cómo el hecho de ser autista influyó en su trabajo y en su vida, ayudando a las personas sin autismo a comprender mejor a las que lo tenían. Temple se convirtió en una científica de renombre mundial, experta en comportamiento animal, y ha utilizado su forma de ver el mundo para inventar y lograr grandes cosas, siempre ayudando a otros en el camino.
Para Charlie
Ella persistió
TEMPLE GRANDIN
Cuando las vacas, los caballos y otros animales sufrían, Temple Grandin parecía entenderlos mejor que nadie. Temple es autista, y esto determinó que pensara de una manera diferente al resto de las personas; no inferior, solo diferente. Cuando llegó a la edad adulta, se esforzó por explicar cómo el hecho de ser autista influyó en su trabajo y en su vida, ayudando a las personas sin autismo a comprender mejor a las que lo tenían. Temple se convirtió en una científica de renombre mundial, experta en comportamiento animal, y ha utilizado su forma de ver el mundo para inventar y lograr grandes cosas, siempre ayudando a otros en el camino.
Originalmente publicado en inglés bajo el título She Persisted: Temple Grandin por Philomel Books, una división de Penguin Random House LLC, Nueva York, en 2022.
Primera edición: octubre de 2022
Copyright © 2022, Chelsea Clinton, por el texto
Copyright © 2022, Alexandra Boiger, por las ilustraciones
Todos los derechos reservados.
Publicado en los Estados Unidos de América por Vintage Español, una división de Penguin Random House Grupo Editorial USA, LLC.
8950 SW 74th Court, Suite 2010
Miami, FL 33156
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ISBN 978-1-64473-637-1
Conversión a formato digital: Libresque
CAPÍTULO 2
La máquina de los abrazos
E n el internado, Temple vivía en el campus y visitaba a su familia solo durante las fiestas. Su madre se casó con Ben Cutler, un músico de la ciudad de Nueva York, y se mudó allí con los hermanos de Temple.
Eso dio pie a la experiencia que cambiaría la vida de Temple. La hermana de Ben, Ann, y su esposo tenían un rancho en Arizona. Temple pasaba las vacaciones de verano con la tía Ann.
Disfrutaba la vida en el rancho. Le gustaba resolver problemas. Por ejemplo, el ganado de la tía Ann a menudo se metía en la propiedad de otras personas. Temple diseñó una verja que se cerrara sola para mantener el ganado seguro. Estaba contenta por haber logrado su objetivo, pero pronto se dio cuenta de que había creado un nuevo problema, ya que no podía conseguir que la verja abriera lo suficiente como para dejar pasar los autos y camiones. Casi se dio por vencida. Pero después de observar la manera en que los conductos de ventilación abrían y cerraban en la casa de su tía, imitó su diseño usando manivelas y poleas para hacer funcionar la verja.
Las vacas inspiraron a Temple para resolver también sus propios problemas. Las reses entraban en un brete o manga de compresión para su vacunación. Temple observó que las reses se tranquilizaban cuando los paneles laterales del brete las presionaban. Varios días después, ella tuvo un ataque de pánico y le pidió a la tía Ann que la dejara entrar en el brete. Su tía presionó los lados del brete. Más tarde, Temple escribió: “Sentí una onda de relajación… Durante una hora después me sentí muy calmada y serena”.
Si Temple no soportaba que otras personas la abrazaran, ¿por qué le gustó la presión del brete? Ella explicó que era porque podía controlarlo. Cuando otras personas la abrazaban, se asustaba y sentía deseos de gritar y salir corriendo.
Cuando regresó al internado en el otoño, decidió que construiría una máquina compresora que la ayudara a calmarse. Sus compañeras de clase se burlaron. El director llamó a su madre y ambos intentaron disuadirla de construir el aparato. Decían que los demás estudiantes pensarían que ella era extraña y no querrían ser sus amigos.
Temple persistió. Ella sabía lo que le convenía. Su maestro de ciencias, William Carlock, la apoyó. Dijo que este proyecto sería un experimento para su clase. El director y la madre de Temple cedieron. Temple construyó su propia máquina compresora, la máquina de los abrazos, y pudo usarla para mantenerse calmada cuando lo necesitaba. Más tarde, Temple le añadió almohadillas y mejoró las palancas de control para que la máquina de los abrazos fuera más cómoda y fácil de usar.
En el internado también había un establo con caballos que los estudiantes podían montar. A Temple le encantaba pasar tiempo con los caballos. Algunos de ellos también tenían problemas de comportamiento por la manera en que habían sido tratados antes de llegar a la escuela. Temple cuidaba muy bien a los caballos. Limpiaba sus compartimientos, los cepillaba y los acariciaba. Sentía que los caballos y ella tenían mucho en común.
Cuando Temple se metía en problemas con sus compañeros de clases o no entregaba sus tareas, el castigo era que no podía montar ni visitar los caballos. Eso le dio motivos para esforzarse y no pelear con los demás estudiantes. Se graduó del internado con buenas calificaciones y entró en Franklin Pierce College, una pequeña institución universitaria cercana.
Aunque había vivido fuera de su casa, la idea de ir a la universidad la ponía nerviosa. Tenía que dejar a su maestro favorito, el Sr. Carlock. Él le dijo que podía visitarlo cuando quisiera. Le pidió que pensara que ir a un lugar nuevo era como pasar por una puerta.
A Temple le gustó la imagen de una puerta. Ella aprendió a “pensar en imágenes”, cada problema se representaba con una imagen en su mente. Así fue como pudo ver la palanca del conducto de ventilación en el rancho de la tía Ann y crear el mismo tipo de palanca para la verja de cierre automático. En el internado, le gustaba subir por las escaleras hasta la azotea y abrir la trampilla para poder ver todo lo que había debajo a la luz de la luna. Ser capaz de ver las cosas desde lejos la calmaba. “Era como un animal escudriñando la planicie en busca de leones”, explicaba.
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