Este libro tiene como principal objetivo aportar información sobre la técnica de trabajo con los test más utilizados en los diversos campos profesionales, ya que su empleo es muy frecuente.
Los test utilizados en el mundo del trabajo se pueden clasificar en dos grupos: los test de personalidad y los test de aptitud o eficiencia. Los primeros, por su gran complejidad, sólo serán tratados brevemente. Los de aptitud o eficiencia serán expuestos de manera más detallada.
No tenemos la ambición ni la pretensión de responder a estas preguntas con exactitud; en realidad, nuestro objetivo es suscitarlas e intentar plantear una síntesis con los aspectos positivos y negativos, ofreciendo la posibilidad de conocer estas técnicas a través de ejemplos concretos. Tales ejemplos le permitirán, no adiestrarse, sino familiarizarse con estos métodos. La presentación que seguiremos será lo menos técnica posible, con el fin de que resulte clara y fácilmente comprensible.
Este libro se dirige a un público muy amplio: a quien busque empleo, a estudiantes o cualquier persona cuya situación personal actual sea susceptible de ser modificada, y en fin, a todas aquellas personas que algún día deban realizar algún test de los utilizados en el mundo del trabajo.
Los test. Mitos y realidades
■ Desmitificación de los test
Antes de abordar la presentación de los diversos test utilizados en el mundo laboral, es importante, primero, denunciar ciertos prejuicios creados en relación a ellos.
Queremos manifestar muy claramente que no deseamos que el lector adquiera una visión idealizada de los test, sino que los comprenda del modo más objetivo posible, otorgándoles la importancia justa que merecen.
■ Las críticas formuladas contra los test
Confusión entre el método clínico y el método diferencial
¿Por qué el empleo de los test ha sido motivo de reprobación en muchas ocasiones?
En primer lugar porque existe una confusión entre los test que se utilizan con fines clínicos y aquellos utilizados para efectuar un proceso de selección.
Si algún test clínico se utiliza también para realizar un proceso de selección, se debe a que previamente ha sido estudiado y homologado para este fin.
Los test más criticados suelen ser los de personalidad, sobre todo los métodos proyectivos, como el Rorschach o test de las manchas de tinta.
Hay quienes consideran inconcebible que las pruebas proyectivas, usadas habitualmente para diagnosticar algún trastorno psicopatológico, se utilicen en el proceso de selección de personal, y argumentan que se trata de una violación de la personalidad o un atentado contra la libertad. En realidad nada de eso es cierto si el psicólogo responsable de pasar el test se limita a referir los resultados única y exclusivamente en relación con la capacidad laboral y se abstiene de hacer interpretaciones clínicas, pues este no es el objetivo que se persigue en un proceso de selección. Por otro lado, también hay quienes argumentan que un test proyectivo pretende demostrar algo que no puede justificarse empíricamente, como es la actividad del inconsciente, y que por tanto su valor es dudoso.
Por todo ello no se extrañará el lector si afirmamos, en tanto que psicólogos, que existe un estrecho vínculo entre la personalidad del hombre y la forma en que este transmite sus sentimientos y sus pensamientos, lo que conforma sus vivencias.
La clasificación de las personas
A muchas personas les atemoriza el aspecto selectivo de estos test.
A nadie le gusta verse clasificado, incluido en una categoría y, por tanto, comparado a unos y diferenciado de otros. A su vez la selección es también un proceso en el que se cuestionan las capacidades del candidato, lo que puede atentar contra el propio orgullo.
Sin embargo, es necesario reconocer que actualmente la selección se ha convertido en una necesidad en muchos procesos de contratación laboral, puesto que ante una convocatoria de empleo se presentan muchos candidatos.
La utilización de los test, que no es más que una parte del proceso de selección, permite evitar errores que podrían cometerse en el caso de dejarse llevar sólo por la impresión que despierta el candidato.
En realidad es un error creer que los test pretenden clasificar a los individuos con etiquetas tales como bueno o malo, puesto que su objetivo es encontrar aquella o aquellas personas cuyas capacidades evaluadas se correspondan con las exigencias requeridas para el puesto de trabajo.
Las consecuencias de la divulgación de estos métodos
Con frecuencia se formulan críticas contra la utilización de los test por no tener —dicen quienes los critican— una base científica y por no ser lo suficientemente aptos para realizar un análisis de las características de la persona. ¿Qué hay de cierto en ello?
La psicometría, es decir, la disciplina que se encarga de la elaboración de los test, no puede recibir el apelativo de ciencia exacta como la física o la matemática. No es una ciencia en el sentido de que no pretende descubrir leyes objetivas sobre ciertos fenómenos. La psicometría es una disciplina que intenta averiguar mediante técnicas que poseen validez científica y estandarizadas, los rasgos psicológicos que son difíciles de apreciar a simple vista.
La inteligencia y la personalidad son dos aspectos muy difíciles de definir y de estudiar; por ello, las técnicas desarrolladas no consiguen explorar más que una ínfima parte de aquellas. Esta limitación queda, por otra parte, bien clara en el conocimiento de los profesionales.
Nuestra sociedad evoluciona hacia un mayor conocimiento del ser humano, que queda patente en los avances de la medicina. Pero también preocupa lo que se desconoce del psiquismo. Hay quienes buscan respuesta en la astrología, acudiendo a videntes o simplemente consultando el horóscopo.
Otro recurso es utilizar los test que se publican en algunas revistas. Pero tales métodos carecen de fiabilidad, ya que no suelen estar construidos por psicometristas y por ello no se consigue otra cosa que descargar una angustia momentáneamente, cuando no acrecentarla.