Benjamin Fléron - Saca partido del test Myers-Briggs

Benjamin Fléron, 2017

Traducción: Laura Bernal Martín

Editor digital: Titivillus

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• ¿Problemática? ¿Cómo sentirte realizado en el ámbito profesional identificando tus rasgos de personalidad gracias al test Myers-Briggs?
• ¿Utilidad? El test Myers-Briggs (o MBTI, por sus siglas en inglés) puede ayudarte a orientar correctamente tu carrera, a rodearte de los trabajadores adecuados y a mejorar tu comunicación y tus relaciones laborales.
• ¿Contexto profesional? Relaciones profesionales, recursos humanos, gestión de carrera, desarrollo personal, cultura de empresa, trabajo en grupo.
• ¿Preguntas frecuentes?
  • No me siento realizado profesionalmente. ¿El MBTI puede ayudarme?
  • Mi estilo de gestión no funciona con todos mis empleados. ¿Cómo puedo beneficiarme del MBTI para adaptar mi liderazgo?
  • No me reconozco en el perfil psicológico que me ha atribuido el MBTI, ¿tengo que preocuparme?
  • Soy reclutador y no logro escoger entre dos candidatos. ¿Puedo contar con el MBTI para resolver el problema?
  • ¿El resultado obtenido es definitivo o puede evolucionar con el tiempo?
  • Me gusta mi trabajo, pero mi perfil psicológico indica que no es el que me corresponde. ¿Tengo que cambiar de puesto?

En un mundo profesional cada vez más competitivo en el que los solicitantes de empleo superan en número los puestos que hay que cubrir y en el que la presión para obtener resultados nunca ha sido tan fuerte, ya no está permitido equivocarse. En efecto, tanto para los empleadores que quieren encontrar el candidato perfecto como para los trabajadores que buscan su puesto ideal, equivocarse en la elección durante el proceso de contratación o en la manera en que se orienta la carrera puede resultar desastroso. ¿Y si el MBTI pudiese contribuir a reducir este riesgo?

El MBTI cuenta con cerca de dos millones de usuarios anuales y, de esta manera, lidera el ranking de los test psicológicos más populares del mundo. El objetivo del test Myers-Briggs, que se presenta bajo la forma de un simple cuestionario de 88 preguntas, es identificar los modos de funcionamiento preferentes de las personas. Una vez completado el formulario, a cada participante se le atribuye un perfil psicológico de entre los 16 que reconoce el MBTI, cada uno de los cuales corresponde a una forma distinta de percibir el mundo y de enfrentarse a los acontecimientos del día a día.

Son muchas las personas que realizan este test llevadas por la simple curiosidad, ya sea porque quieren comprobar la exactitud del juicio emitido o, sencillamente, para aprender a conocerse mejor. No obstante, el MBTI está lejos de limitarse a la esfera privada, puesto que también se utiliza regularmente en el medio laboral: un reclutador incapaz de decidirse entre dos candidatos; un jefe que se pregunta cómo mejorar su liderazgo; un trabajador que se encuentra en una encrucijada y que no está seguro de comenzar a trabajar como autónomo; incluso un futuro estudiante al que la idea de elegir la carrera equivocada le quita el sueño. Un gran número de personas distintas que, sin embargo, coinciden en un punto: todos son usuarios potenciales del MBTI. Pero ¿qué es eso tan especial que nos ofrece el test? Este libro te permitirá descubrir todos los secretos de este test mundialmente conocido.

Del aporte de Jung…

Todo comienza a principios de los años veinte, cuando el psiquiatra suizo Carl Gustav Jung (1875-1961) conceptualiza su teoría de los tipos psicológicos en su obra de referencia, Tipos psicológicos (1921). En ella, adelanta la idea de que el comportamiento de todo ser humano depende de la forma en que interpreta los acontecimientos que ocurren en su vida y las situaciones que se le presentan. Esta tabla de lectura se organiza en torno a tres ejes divididos en dos polos opuestos:

• el origen de nuestra fuente de energía y nuestro dinamismo entre la Extraversión (E) y la Introversión (I);
• nuestra manera de procesar información entre nuestra iNtuición (N) y la Sensación (S);
• nuestra forma de tomar decisiones entre el Pensamiento (T, del inglés Thinking) y el Sentimiento (F, del inglés Feeling).

… a la creación del MBTI

Más adelante, en 1943 e inspirándose en el concepto establecido por Jung, las estadounidenses Katherine Cook Briggs (1875-1968) e Isabel Briggs Myers (1897-1980), madre e hija respectivamente, ultiman la primera versión del Myers-Briggs Type Indicator, más conocido por sus siglas MBTI. Retoman las preferencias de Jung e identifican un cuarto eje, el Juicio (J) frente a la Percepción (P), que define nuestra forma de actuar. De este modo, nuestra personalidad y nuestro funcionamiento dependerían de nuestra preferencia (hablamos de tendencia natural y no de elección consciente) por una de las dos respuestas posibles a estas preguntas fundamentales.

Al conocer tus cuatro preferencias obtendrás tu perfil psicológico. El MBTI combina esas preferencias dando lugar a dieciséis perfiles diferentes.

Cuando conozcas tu tipo de personalidad, te verás atribuidos cualidades y defectos, puntos fuertes y puntos débiles (llamados respectivamente «zonas de confort» y «zonas de esfuerzo»), estilos de funcionamiento preferenciales y rasgos de carácter primarios o secundarios relacionados con tu perfil. Por último, se te aconsejarán ciertos sectores de actividad que se corresponden con tus capacidades y con tus tendencias naturales.

Para ofrecerte un anticipo de las distintas características que se le atribuyen a cada uno de los dieciséis perfiles, te proponemos a continuación unas breves descripciones que no pretenden ser exhaustivas y que solo presentamos a título informativo. En efecto, el análisis de los perfiles es, en realidad, mucho más complejo. Además, la sola lectura de estas descripciones no basta para identificar tu perfil: solo el test puede lograrlo.

• El ISTJ se toma sus responsabilidades y sus deberes muy en serio. Está a la escucha de los demás, acepta bien las críticas constructivas y puede gestionar situaciones de conflicto. Sin embargo, tiene tendencia a creer que siempre tiene razón, le cuesta mostrar empatía o afecto y, por ello, puede parecer rígido.
• El ISTP es poco sentimental, pero tiene un don para analizar situaciones, se interesa por el funcionamiento de las cosas, le gusta aprender a utilizar nuevas herramientas técnicas o tecnológicas y está más orientado a los resultados que a la teoría. Se aburre con facilidad y necesita acción.
• El ISFJ es amable y amistoso. Le gusta ayudar y complacer a los demás, y por ello corre el riesgo de no prestar suficiente atención a sus propias necesidades. También posee excelentes capacidades organizativas. En cambio, acepta mal las críticas, huye de los conflictos y le cuesta decir «no».
• Sensible a lo que le rodea, el ISFP demuestra generalmente una gran empatía, que expresa a través de actos concretos. Para él, sus valores personales son importantes: respeta aquello con lo que se compromete y busca construir relaciones duraderas con los demás. Aunque parece optimista y tranquilo, a veces le falta confianza en sí mismo y no le gusta demasiado expresarse en público. Tiende a vivir en el presente más que a proyectarse en el futuro.