Lic. Cecilia Ce - Vinculear

Al vinculeo.

Solemos creer que el sexo solo surge casual y espontáneamente. Y si bien muchas veces es así, no es la única manera. El sexo espontáneo es el que mejor prensa tiene, el que vemos en las películas y quizá la forma en que nos exigimos llegar al encuentro sexual: sin planificación ni preparación. Pero esto no es tan real. La mayoría de las actividades que realizamos requieren de un mínimo de organización, desde cenar hasta ir al gimnasio. Necesitan de un tiempo en nuestra agenda, de un espacio físico; incluso nos ponemos determinada ropa según la actividad que vamos a realizar.

Al inicio de una relación quizá nos sea más fácil reconocer cómo nos preparamos para los encuentros sexuales. Esa energía, ese tiempo que les destinamos hacen que la pasión y el deseo crezcan. Cuanta más energía le pongamos, más vivo se mantendrá el deseo a lo largo del tiempo. La actividad sexual es un área de nuestra vida que nos exige dedicación y nos devuelve satisfacción. De las mejores inversiones que podemos hacer.

Planificar el momento del encuentro, disponer el espacio físico y preparar nuestro cuerpo nos predispone física y mentalmente para el sexo. Nos ayuda a darle un encuadre, un marco en donde concentrarnos y dejar dentro solo aquello que es sexualmente relevante, y dejar fuera todos los distractores. Nos vamos a entregar a la actividad sexual y todo lo demás puede esperar.

Ahora veremos cómo preparar el ambiente, los elementos y los cuerpos.

El ambiente

El ambiente incluye el espacio físico pero también las condiciones para propiciar el momento:

• Intimidad: para olvidarnos del resto del mundo no tiene que haber interrupciones, por eso vamos a buscar que el espacio sea íntimo y seguro. Por ejemplo, tener las puertas cerradas con llave si corremos el riesgo de que entren terceros que no fueron invitados a la fiesta. Lo mismo si tenés una ventana y lo tuyo no es el exhibicionismo. Otra variable que influye en esto es el momento del día y el día de la semana, según la realidad de cada persona; si tenés hijos o vivís con tu familia de origen, por ejemplo. Esta organización requiere de un diálogo que quizá muchas parejas que conviven no tienen en cuenta o sienten vergüenza de tener, y luego al momento del sexo se mantiene la alerta por miedo a ser escuchados o interrumpidos y esto no permite que se puedan entregar al placer. Entonces, mejor organizar, comunicar y anticiparnos.
• Sin teléfonos: apagado, muteado o fuera del espacio. Así no corta el momento una llamada de tu tía. Aplica a cualquier dispositivo que nos pueda distraer, como la televisión o la computadora.
• Un espacio ordenado y limpio: el orden exterior ayuda al orden interior.
• Temperatura: chequear que el espacio tenga una temperatura cálida donde nos den ganas de sacarnos la ropa. Si sentimos frío puede generarnos distracción. Si hace mucho calor, tengamos en cuenta que el aire acondicionado y/o el ventilador pueden secar los genitales si pega muy directo. También chequear la temperatura de los objetos, por ejemplo, si usás juguetes de vidrio o lubricantes, y también la temperatura de tu cuerpo y de tus manos (podés calentarte frotándote antes de tocar el otro cuerpo).
• ¡Las luces! Está comprobado que las luces tenues y cálidas favorecen la respuesta sexual de excitación. ¿Quién no ha puesto un pedazo de tela sobre la luz para atenuarla un poco? Es importante preguntarle a tu pareja sexual cómo se siente más cómoda, ya que muchas personas se inhiben con la luz prendida mientras que otras se ven altamente estimuladas con mejor visual.
• Luces amarillas, luces de colores: rojo, azul, naranja, verde claro. Es un pequeño cambio que te ayuda mucho a ponerte en frecuencia. Podés poner un dimmer para ayudar a crear el ambiente según tus ganas (si explícito o sutil, ja).
• Otro gran recurso es iluminar con velas, que, además, pueden distribuirse por el espacio. Hasta podés hacer un caminito de velas para guiar a la persona hacia el destino.
• Tener en cuenta los colores, ya sea de las paredes, los muebles o la ropa de cama. El morado, el rojo, el negro y el rosa están más asociados a la sensualidad.
• Sábanas limpias, con buen aroma, suaves, frescas y transpirables; preferentemente evitar los materiales sintéticos. Tené en cuenta que si sos de empapar la cama o de usar muchos lubricantes y aceites, existen sábanas amplias e impermeables de vinilo, o PVC, que son resistentes al agua y a los aceites. Las podés colocar en la cama, en el auto, en los sillones, etc. y se lavan fácilmente.
• Aromas: vamos a pensar en el ambiente en función de las diferentes formas de estimular cada sentido. Si el olfato es un gran estimulador en vos o en tu pareja sexual, podés colocar velas aromáticas, flores, perfumes, fragancias de ambiente, etc. Los aromas más recomendables son: jazmín, rosa, lavanda, naranja, canela, jengibre, bergamota, sándalo o salvia.
• Espejos: para muchas personas la imagen visual propia y ajena funciona como un gran excitador. Para otras personas puede disparar pensamientos negativos y ansiedades, así que siempre chequear y estar atentos a las reacciones. ¿Qué tal incorporar un espejo con ruedas para moverlo fácilmente y apuntarlo adonde más te guste? Además te permite sacarlo del dormitorio si no te gusta dormir con el reflejo.
• Música: claro que el estímulo auditivo no puede faltar. A algunas personas las sube la música electrónica, a otras el reggaetón; otras prefieren instrumental porque las letras los distraen. Lo mismo sucede con el diálogo en la cama: que nos digan cosas puede funcionar como estimulante o como distractor así que, una vez más, preguntar antes de suponer.