Published in 2018 by The Rosen Publishing Group, Inc.
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Names: Furgang, Kathy, author.
Title: Netiqueta : guía de la etiqueta digital para el estudiante / Kathy Furgang, translated by Alberto Jiménez.
Description: New York : Rosen Central, 2018. | Series: Cultura digital y de la información | Includes bibliographical references and ÍNDICE. | Audience: Grades 5–8.
Identifiers: ISBN 9781499439649 (library bound) | ISBN 9781499439793 (pbk.) | ISBN 9781499439854 (6 pack)
Subjects: LCSH: Online etiquette—Juvenile literature.
INTRODUCCIÓN
Los adolescentes y los jóvenes de hoy se mueven en un mundo muy diferente al de hace veinte o treinta años. Como si no fuera difícil hacer vida social tratando con sus contemporáneos, adultos, figuras de autoridad y la sociedad en general, en la actualidad tienen que desenvolverse tanto en la vida real (IRL, por sus siglas en inglés) como en línea, y la amalgma de una esfera con la otra complica todavía más el hecho de hacerse mayor.
Si pensamos en la forma adecuada de comportarnos en sociedad,recordamos la palabra etiqueta. La etiqueta comprende las reglas, en su mayoría no escritas, para interactuar con otros. Nos ayuda a llevarnos bien, y su correcta ejecución prepara a los adolescentes para entrar en una sociedad adulta y respetuosa.
Hay distintas formas de etiqueta, de acuerdo a las situaciones. La escuela tiene sus propios rituales y normas, así como una dinámica particular entre alumnos, maestros y administradores. Para una reunión de trabajo o una celebración eclesiástica, las reglas son totalmente distintas. Por otra parte, como la etiqueta en el hogar suele ser más relajada, en algunas familias se valora más que en otras.
La etiqueta en línea —llamada netiqueta o etiqueta net— se basa a veces en la etiqueta del mundo real y otras diverge totalmente. Pese a eso, su objetivo coincide plenamente con el de la tradicional: establecer un marco civilizado, agradable y seguro para interactuar; en este caso, para desenvolverse y disfrutar en los variadísimos ambientes de Internet.
Hacer vida social en línea es automático para muchos jóvenes de hoy. La etiqueta en Internet, netiqueta, los ayuda a navegar por las a veces inciertas reglas de comportamiento que exige la vida digital.
Por tanto, muchas actividades que se censuran en la vida real (IRL) también se rechazan en línea. Entre ellas robar, empezar discusiones o peleas, comportarse de forma intimidatoria o agresiva, difundir rumores y/o limitarse a decir chismes, o suplantar a alguien con la intención de perjudicarlo.
Puede decirse que Internet es una comunidad inmensa que engloba muchas comunidades pequeñas. Conservarla como un destino al que muchos deseen volver requiere un esfuerzo de equipo y, si cuidamos nuestros modales, animaremos a otros a imitarnos.
Por supuesto, en línea hay mucha negatividad. Los acosadores en serie, los depredadores, los trolls anónimos que pretenden sacarnos de quicio o los usurpadores de identidad hacen que las comunidades digitales no sean tan positivas como desearíamos.
Pero la netiqueta es mucho más que relacionarse con educación, porque también establece los protocolos correctos para utilizar en línea las computadoras y otros dispositivos, así como la forma de acceder a Internet en un lugar público, sea una cafetería, un centro escolar o una biblioteca.
Además, se ocupa de las búsquedas responsables en línea, lo que incluye evitar el plagio y citar (mencionar) correctamente las fuentes que utilicemos en un trabajo o un ensayo. ¿Cómo lo aplicamos a los grupos de alumnos que hacen trabajos escolares y deben compartir computadoras y otros recursos? ¿Qué pasa con las reglas de urbanidad cuando envías mensajes o chateas con tus amigos en una computadora o un smartphone en tu tiempo libre? Lo mismo. A todo lo anterior debe aplicarse la netiqueta, porque esta hace que el mundo en línea siga girando.
Capítulo 1
Internet en público
unque muchas personas son propietarias de computadoras y otros dispositivos, como smartphones y tablets, no todas tienen su propia conexión a Internet. O, pese a disponer de ambas cosas, deben utilizar las computadoras de la escuela u otros lugares públicos en ciertos momentos; por ejemplo, para los trabajos que se hacen para las clases o en una sala de computación. En cualquier caso, todos debemos ser conscientes de las normas que rigen el equipo que ha de ser compartido.
Computadoras públicas
Al utilizar las terminales públicas de una computadora, el tiempo que se permite ocupar el puesto de trabajo suele estar limitado. Busca los carteles que lo indiquen. A menudo te encontrarás con que tienes que enseñar tu identificación personal y escribir tu nombre en un formulario. Esto permite a la biblioteca o al aula de computación,propietarias de las computadoras,identificar a los usuarios de la terminal y a los posibles responsables de cualquier problema que se presente a lo largo del día.
En algunas aulas de computación encontraremos auriculares como parte del equipo, pero a otras tendremos que llevar los nuestros.
Una vez que estés en tu puesto, inicia la sesión introduciendo tu información personal: nombre, número de identificación y/o contraseña. No des más información que la precisa. Para usar una computadora pública, no son necesarios ni el número de la Seguridad Social ni el de la tarjeta de crédito. Los datos que aparecen en registros públicos, como la dirección de casa o el número de teléfono, son más que suficientes para identificarte.
Si hay un límite de tiempo para utilizar la terminal de una computadora y gente esperando, dedícate a trabajar. Distraerse es contraproducente y nos obliga a utilizar más tiempo del necesario para concluir una tarea.
Aparte de seguir los trámites habituales que regulan el uso de las computadoras públicas, los usuarios deben acatar los plazos y las normas de la biblioteca o del aula de computación. Muchas bibliotecas ofrecen entre media y una hora diaria; otras permiten inscribirse de nuevo y esperar haciendo cola, si la hay, para iniciar otra sesión.
Si en la escuela, biblioteca o sala de computación disponen de auriculares (o los llevas tú mismo), no dejes de ponértelos si escuchas música o reproduces un archivo de audio o de vÍdeo. Es de mala educación someter a los demás a ruidos que pueden distraerlos mientras trabajan. Antes de devolver los auriculares, límpialos (mejor con una toallita antibacteriana) y déjalos en las mismas condiciones de buen uso en que estaban cuando los recibiste.