Cestería
proyecto y realización de
Parramón Paidotribo
dirección editorial
Ma Fernanda Canal
ayudante editorial y archivo iconográfico
Ma Carmen Ramos
coordinación y textos
Caterina Hernàndez y Eva Pascual
realización de los ejercicios
Caterina Hernàndez, Roger Chinaud,
Joan Farré, Mònica Guilera, Guillem Manetes,
Raquel Serres y Rosario Vidiella
diseño de la colección
Josep Guasch
maquetación y compaginación
Estudi Guasch, S.L.
fotografías
Nos & Soto
Tercera edición
© 2016, ParramónPaidotribo
www.parramon.com
E-mail:
ISBN: 978-84-342-2889-4
ISBN EPUB: 978-84-342-9979-5
Derechos exclusivos de edición para todo el mundo
Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra mediante cualquier medio o procedimiento, comprendidos la impresión, la reprografía, el microfilm, el tratamiento informático o cualquier otro sistema, sin permiso escrito de la editorial.
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Sumario
presentación
L a cestería está despertando en la actualidad de un sueño que se inició con los orígenes de la humanidad y que la mantenía en el lugar más que digno pero siempre sombrío de los objetos utilitarios. Los siglos y el trabajo anónimo de todos los cesteros y cesteras de la historia han ido aportando granitos de arena a este arte, de forma que hoy en día una sola pieza es el compendio de todas sus experiencias: el mejor material vegetal posible entre los que ofrece una tierra, la técnica más apropiada para tejerlo y la forma perfecta para servirnos en cada una de nuestras actividades.
Todo ello, sin embargo, se ve cuestionado y amenazado por los sistemas de vida actuales, por el nuevo valor del tiempo y por mercadeos insensatos. Un mejor conocimiento y una nueva mirada sobre la cestería pueden redescubrir estos objetos utilitarios y hacer que se aprecie su auténtico valor estético y económico, histórico y ambiental, intelectual y humano: una pieza de cestería es un objeto caliente. En el apartado de herramientas y materiales, se relaciona la cestería con la naturaleza que proporciona la materia prima, en este caso con la vegetación propia del país de origen de las autoras, y se explica de manera práctica cómo se encuentran y preparan los distintos materiales. Asimismo, se ofrece una descripción detallada de algunas de las técnicas de elaboración de piezas de cestería. En los paso a paso se presenta a varios cesteros realizando objetos variados, con la finalidad de que sirvan de guía a quien desee reproducirlos o comprenderlos. Y desde la galería de imágenes de las últimas páginas se muestra brevemente cómo trabajan los materiales y aplican las técnicas los artistas y artesanos cesteros actuales.
Mate riales y herramientas
L os materiales que se pueden entrelazar para realizar objetos de cestería son muchísimos. Aquí se ha hecho una selección territorial, representativa de las principales plantas útiles, que cada lector puede adaptar a su entorno vegetal a la luz de su tradición cestera. En cuanto a las herramientas necesarias para trabajar, lo indispensable es contar con un cuchillo, si bien algunos de los utensilios aquí presentados pueden facilitar la tarea y mejorar el resultado.
MATERIALES
El mimbre y la sarga
De algunos árboles y arbustos, especialmente si han sido podados, brotan cada año unas varas de longitud y grosor variables, leñosas pero lo bastante flexibles para tejer con ellas. En un paseo invernal cualquiera puede recoger varas de especies distintas: de avellano, rosal silvestre, olivo, olmo, abedul o fresno, entre otras. Cualquier ramita sin subdivisiones que, en verde, nos dé un par de vueltas alrededor de la mano (entre los nudillos y el pulgar), sin romperse, nos sirve. La cestería de varas es rígida y resistente, puede ser de tacto áspero o suave y el tallo puede trabajarse con piel o pelado. Entre estos vegetales, los mejores son algunas salicáceas llamadas comúnmente mimbre y sarga. Por su flexibilidad tras remojarlas y su rigidez una vez tejidas; por la longitud y fineza de las varas; por sus variados colores, variedades y tamaños; por su tradición de uso y el gran conocimiento que se tiene de ellas, constituyen un material central en cestería. Existen más de 300 variedades de Salix o sauce (Salix viminalis, Salix alba, Salix purpurea, Salix caprea…), de características similares pero no idénticas en cuanto a flexibilidad, color, textura, preferencias climáticas, etc. Crecen cerca de los ríos y lugares con agua, que es su única exigencia inexcusable. Reciben el nombre de sarga las variedades silvestres y arbustivas (Salix purpurea y Salix caprea, entre otras) que se encuentran en los cursos fluviales. El mimbre se obtiene de la mimbrera, que se cultiva para este fin (Salix albay Salix viminalis, principalmente, pero también de otras variedades). Es un árbol o arbusto de hoja caduca, lanceolada, que se suele podar radicalmente a pocos centímetros del suelo para obtener el mayor número posible de varas largas.
Mimbrera en verano.
Mimbrera en invierno.
Haces de mimbre y sarga.
Pieza tejida con mimbre y sarga de tres colores.
MIMBRE NEGRO
Es el mimbre cuando se utiliza tal cual, con la piel, sea ésta verdosa, grisácea, negruzca, marrón, rojiza o amarillenta. Se corta en invierno y se puede utilizar de inmediato; sin embargo, si se hace así, y dado que al secarse el mimbre se contrae, la pieza tejida queda poco firme. Es mejor dejarlo secar y remojarlo antes de usarlo. Para remojarlo se sumerge un haz de mimbre en un depósito de agua (sirve para tal fin una bañera que no se use o un pilón grande). El tiempo de remojo varía: una semana en verano y dos en invierno, aunque puede reducirse si se utiliza agua caliente. Excederse en el tiempo de remojo no es conveniente, pues la piel se desprende de forma irregular y el mimbre se vuelve quebradizo. Una vez remojado, se saca el haz del agua y se reserva envuelto en un plástico o una tela. El mimbre negro remojado mantiene la humedad y se puede trabajar durante una semana, si el clima no es muy seco, pero no es posible volver a utilizarlo una vez se ha secado, ya que un segundo remojo provoca el desprendimiento de la piel.
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