Dan Desmarques - Alineación: El Proceso de Transmutación En La Mecánica De La Vida

A lineación: El Proceso de Transmutación En La Mecánica De La Vida

Escrito por Dan Desmarques

Copyright © Dan Desmarques, 2019 (Primera edición). Todos los derechos reservados.

Copyright © Dan Desmarques, 2022 (Segunda edición). Todos los derechos reservados.

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L a dirección a la que vamos, quién eres como persona, lo que el sentido común le dice que debes hacer y lo que dice tu mente no es ni tiene por qué ser lo mismo.

Necesitamos diferenciar estas dinámicas si queremos tomar las decisiones correctas en la vida, porque al final las leyes del universo importan solo en lo que se refiere a nuestras propias decisiones.

Ahora, para la persona promedio, tales decisiones realmente no existen. Están condicionados en los primeros años de vida y continúan manifestando ramificaciones de las mismas experiencias tempranas.

Su condicionamiento mental generalmente está formado por su familia, escuela, cultura, etc., y continúa fortaleciéndose por el resto de su existencia porque, en muchos casos, permanece atrapado por estas influencias.

Las masas no son mucho más que su cultura y su propio país de nacimiento. El resto no son mas que circunstancias que surgen como resultado del simple existir.

Entonces no tiene mucho sentido hablar de un rumbo en la vida cuando ese rumbo está condicionado por la identidad y ni siquiera sabemos quiénes somos, ni cómo se forma nuestra identidad, ni por qué hay que cambiarla.

Según varias leyes espirituales, todos vamos en la misma dirección, nuestro propósito es literalmente él mismo.

Este propósito se encuentra cuando estás alineado con la verdad. Sin embargo, la capacidad de alinearse espiritualmente es una habilidad que requiere conocimiento, discernimiento y experiencia.

Podrás adquirir estas virtudes con la información aquí facilitada.

N o importa dónde comencemos en la vida, qué tipo de traumas tengamos o cuáles hayan sido nuestras reencarnaciones pasadas, ya que todos vamos en la misma dirección, y eso es la conciencia.

Una conciencia superior nos acerca a esta conciencia de uno, lo que significa la comprensión de que todos somos una familia en el universo y no solo en nuestro planeta.

Lo que hacemos en la vida, nuestros cuerpos, nuestras experiencias, no determinan nuestra identidad espiritual. Esta identidad espiritual sólo está determinada por el nivel de conciencia que adquirimos.

En mayor o menor medida, muchos libros espirituales hablan de estas enseñanzas al elogiar a aquellos que son devotos de Dios, la Identidad Superior a la que atribuimos significados que no podemos procesar en nosotros mismos: el Omnisciente, el que Todo lo Ve y el que Todo lo Es.

Hasta que lleguemos a la conclusión de que no es Dios sino nuestro destino lo que buscamos, y luego obtengamos una definición renovada de qué o quién es Dios, necesitamos pasar por muchos estados mentales, y los llamamos reencarnaciones porque ocurren. más comúnmente entre vidas.

Para la mayoría de las personas, el cambio real ocurre cuando se ven forzadas a adoptar un nuevo cuerpo y necesitan renacer en una nueva cultura.

Sin embargo, como muchas son tercas y lentas para aprender las lecciones necesarias, una reencarnación no siempre es suficiente.

Entonces se encuentran teniendo que repetir las mismas tendencias a lo largo de muchas vidas en muchos cuerpos.

Cuando las personas me preguntan cómo puedo contarles sus reencarnaciones, están esperando escuchar un hermoso cuento de hadas, no lo que les muestro, que si son alcohólicos en esta vida, es posible que también lo hayan sido en una vida anterior; si tienen miedo de viajar en esta vida, es posible que también hayan pasado una vida anterior sin ir a ninguna parte; y si están solos, es probable que en una vida anterior fueron perseguidos y asesinados por aquellos en quienes confiaban.

No son cosas agradables de recordar, sino parte de nuestra historia como civilización.

La gente de este planeta es cruel, bárbara, primitiva e increíblemente estúpida. Y hasta que miremos el pasado como realmente fue y no como nos gustaría que fuera, no aprenderemos de la historia.

Muchos estudios de psicología, como el experimento de Milgram realizado por la Universidad de Yale, nos muestran que la mayoría de las personas están dispuestas a matar a otro ser humano si se lo ordena una figura de autoridad, y que nuestras decisiones en la vida están impulsadas principalmente por el deseo de seguridad, sexo y bienestar, alimento, es decir, deseos egoístas de la naturaleza más baja posible.

Ahora, si ese es el caso en el siglo XXI, ¿qué tan diferente crees que fue en el siglo XVIII, el primer siglo o mucho antes?

Obviamente, la situación no era tan diferente a menos que inventáramos escalas más bajas de comprensión de nuestro comportamiento para describir lo que hacemos y hemos hecho.

Nuestras experiencias en el pasado, debido a una menor organización en la sociedad, tecnología subdesarrollada y leyes simples o inexistentes para proteger a los inocentes de los más crueles, fueron de una naturaleza más pesada.

Ahora puede sentirse deprimido por ser calumniado y acosado, pero no hace mucho tiempo podría haber estado colgando de la copa de un árbol simplemente porque a la gente no le agradaba o no le gustaba su apariencia o el color de su piel..

Esto lo saben bien las víctimas del racismo en Norteamérica, las víctimas del nazismo, las víctimas de los israelíes, entre muchos otros.

Estos son actos crueles que los humanos se hicieron unos a otros, en algunos casos, hace solo unas décadas, y que a menudo son elogiados y justificados como moralmente aceptables.

Imagina lo que eran capaces de hacer antes.

L a apariencia de una sociedad civilizada es sólo la superficie. Una vez que eliminas las figuras de autoridad, el miedo al castigo y las consecuencias, aún puedes ver a los humanos comportándose como animales salvajes y matándose unos a otros sin ninguna razón significativa que no sea su visión demente de la realidad.

De hecho, el racismo sigue muy vivo hoy en día. La única diferencia es que las personas te mirarán fijamente durante largos períodos de tiempo y te provocarán a pelear para tener una razón para atacarte porque te odian, en lugar de reunir a un grupo de personas para que lo haga por ellos.

Esto ocurre en ciertas naciones como Polonia, Alemania y Ucrania, pero no es tan común como solía ser.

Llamamos a estos grupos neonazis para racionalizar la idea de que la mayoría de las personas no son como ellos. Sin embargo, cuando una persona de piel negra va a una comisaría porque está siendo perseguido por neonazis, la policía no hace nada, en Polonia, Lituania y Ucrania.

Cuando las instituciones que se supone que protegen a las personas de la injusticia son injustas, tienes derecho a matar en tu propia defensa a menos que tu defensa sea utilizada en tu contra, y eso es una perversión del sistema de justicia, que también presenciamos hoy y exactamente por las mismas razones.

En muchos tribunales, es más probable que arresten y condenen a un hombre negro por un delito que no cometió que a un hombre blanco. También es más probable que lo arresten en cualquier parte del mundo donde los blancos sean mayoría.

La gente no quiere ser etiquetada como racista, pero lo son y deberían reconocer lo que son porque es muy obvio.