Dan Desmarques - Audacia: Cómo Tomar Decisiones Rápidas Y Eficientes En Cualquier Situación

A udacia: Cómo Tomar Decisiones Rápidas Y Eficientes En Cualquier Situación

Escrito por Dan Desmarques

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Ninguna parte de este libro puede ser reproducida de ninguna manera sin el permiso escrito del editor o del autor, excepto en los casos permitidos por la ley de derechos de autor de los Estados Unidos.

M uchos de nuestros problemas en la vida surgen de tener dificultades para decidir o tener miedo de tomar una decisión equivocada. A pesar de eso, la experiencia de cometer errores y el miedo constante a cometer errores no nos permiten mejorar en nuestra capacidad para tomar buenas decisiones.

La decisión correcta, y tomada con confianza, parte siempre de un conocimiento interior sólido y basado en la sabiduría. Es posible que una persona nunca tenga control sobre la realidad futura y, sin embargo, pueda tomar decisiones que aumenten el potencial de éxito.

Los grandes líderes de la historia humana, así como los empresarios exitosos, siempre han sido capaces de tomar las decisiones correctas más a menudo que la mayoría, porque reconocen elementos en la realidad que otras personas no pueden ver.

En este libro, descubrirá cuáles son estos elementos y aprenderá a pensar de manera efectiva para maximizar sus resultados en cada situación de la vida.

A lo largo de nuestra existencia nos enfrentamos a problemas que necesitan ser resueltos, dilemas que nos dejan reflexionar sobre la mejor actitud a tomar en una situación dada.

Al final, es el resultado de nuestras elecciones lo que nos permite tomar conciencia del significado de cada una de ellas.

Nunca podremos volver atrás, y si pudiéramos, no nos equivocaríamos tanto. Pero también, sin estos errores, no podríamos haber aprendido.

Corremos siempre tras la verdad, sin alcanzarla nunca, porque la verdad que buscamos también nos transforma. Y ante estas transformaciones, perdemos a muchas de las personas que amamos y que respetamos, porque estas personas están inmersas en otro plano de la realidad, con otros desafíos, muy diferentes a los nuestros.

Cuanto más rápido aprendamos y nos transformemos, más rápido será el proceso que acabo de describir. Pero eso no significa que nuestros resultados sean más visibles.

Las transformaciones internas rara vez se pueden ver desde el exterior. Solo nosotros sabemos el significado de nuestra tristeza, nuestra depresión y nuestros miedos. Otros no podrán comprender las mismas emociones de la misma manera, porque su alma ha pasado por un proceso diferente, entre otras vidas, en otros lugares.

Nos encontramos con muchas almas en el transcurso de nuestras vidas, y todos buscamos lo mismo, la misma felicidad, paz y realización espiritual, pero todos la buscamos de manera diferente a lo largo de la vida y entre vidas. Si no fuera así, si la verdad ya estuviera en nosotros, todos los dilemas serían meras ilusiones.

En cierto modo, esto es cierto, si miramos los problemas como ilusiones de diferentes niveles:

• En el primer nivel, nos enfrentamos a la fuerza de la desigualdad y la desgracia;
• En el segundo nivel, nos enfrentamos a la polaridad de decisión y oportunidad;
• En el tercer nivel, nos enfrentamos a nuestra propia responsabilidad al diseñar nuestros problemas.

Es en el tercer nivel que las personas se dan cuenta de cómo crearon sus problemas.

En este nivel, la persona ya no dice “Me engañó”, sino que dice “Elegí a la persona equivocada”; y ya no dice “Me quedé sin trabajo porque me despidieron”, sino “Elegí la profesión y el camino equivocado en la vida”; y ya no dice “soy infeliz”, sino “debo asumir la responsabilidad de mi propia felicidad”.

La mayoría de las personas se encuentran entre la primera y la segunda etapa, ya sea porque aún optan por ser esclavos del dinero, por la necesidad de pertenecer a un sistema que los ubica en un cierto nivel social, o porque se sienten dependientes de estructuras emocionales para sobrevivir.

A la gran mayoría de las personas les aterroriza el miedo a la soledad, y esto es lo que les impide arriesgarse por nuevos caminos en la vida.

Este terror viene de muchas maneras: desaprobación de los demás, críticas y diferentes formas de pensar que conducen a la segregación social.

He cambiado tanto y tantas veces en mi vida, y he tenido profesiones tan diferentes, en diferentes países también, que toda la gente que he conocido se ha desconectado de mí. Sintieron que quienquiera que conocieron ya no era la misma persona.

Esto es muy normal que suceda, porque la mayoría, aunque tienen ojos para ver, son ciegos, incapaces de ver el alma de otro ser humano y reconocer la inmortalidad de tal alma.

Las personas se aferran a estereotipos y percepciones superficiales de la realidad. Y cuando eso cambia, sienten que este individuo ha muerto, y lo tratan en sus mentes de esa manera, como si hubiera muerto.

Una persona con muchos amigos no tiene nada de qué enorgullecerse. No ha cambiado lo suficiente como para perderlos. Pero todo eso va con la muerte del cuerpo de todos modos.

C uando aprendemos a tomar las decisiones correctas, y no decisiones motivadas por el miedo, todas las ilusiones se desvanecen y se diluyen en el sentimiento de responsabilidad por nuestro futuro.

Cuando llega ese momento, reconocemos que “todos los seres del mundo están en una profunda ignorancia debido a la ilusión de las dualidades” (Bhagavad Gita).

Todas las dualidades a las que nos enfrentamos, y por tanto todas las decisiones que debemos tomar, encajan en una dinámica que no tiene que ver con la decisión que tenemos por delante, sino con el futuro que queremos alcanzar.

Aquí hay algunos ejemplos para explicar esto:

• Cada vez que una persona nos obliga a retrasar el logro de nuestro objetivo de vida para satisfacer el suyo, esa persona muestra egoísmo. En cuanto se dé cuenta de este egoísmo, la persona nos castigará por haberla ayudado. Suena ridículo, pero las personas egoístas en realidad castigan a quienes las ayudan, como si estuvieran motivadas por una fuerza superior a ellas para hacerlo. Por lo tanto, la decisión de ayudar a alguien egoísta nunca existe. La decisión, en este caso, no tiene que ver con la ayuda que se solicita, sino con el estado mental de quien la solicita;
• En otro caso, recuerdo tres ofertas de trabajo que recibí. Uno surgió en Europa y el otro en Asia. El tercero vino después de que ya había aceptado la oferta de trabajo en Asia. Las dos ofertas de Europa fueron más beneficiosas financieramente. Pero no fui a Asia para ganar más dinero, sino para conocer otras culturas. Así que no importaba cuánto obtuviera de las otras propuestas. Y por cierto, recibí decenas de ofertas de trabajo de Europa durante este período, todas con salarios más altos. Y siempre negué, lo que para otras personas es difícil de entender.

La mayoría de las personas no son más que meros animales. Si no es la comida y el sexo lo que los impulsa, es el dinero. Toman todas sus decisiones de esa manera, y luego se sorprenden de la cantidad de problemas que acumulan, y piensan que la gente como yo tiene mucha suerte.

Estas personas no entienden el valor de la autoconciencia y no pueden pensar más allá de sus instintos animales. Nunca toman decisiones basadas en la curiosidad, la necesidad de aprender y conocer o amar. Solo piensan en lo inmediato: la gratificación inmediata y la supervivencia.