Thomas J. Stanley - El millonario de la puerta de al lado
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- Libro:El millonario de la puerta de al lado
- Autor:
- Editor:ePubLibre
- Genre:
- Año:1996
- Índice:4 / 5
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El millonario de la puerta de al lado: resumen, descripción y anotación
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¡Pero ésos no pueden ser millonarios! No parecen millonarios, no se visten como millonarios, no comen como millonarios, no actúan como millonarios y ni siquiera tienen nombre de millonarios. ¿Dónde están los millonarios con aspecto de millonarios?
La persona que dijo eso era el vicepresidente de una compañía financiera. Hizo esos comentarios cuando le presentamos a un grupo de diez millonarios de primera generación, a quienes entrevistamos y con los que luego comimos. La idea que él tenía de los millonarios la comparten la mayoría de las personas que no son ricas. Creen que los millonarios visten ropa carísima, lucen relojes de lujo y otros artículos propios de un alto estatus social. Hemos comprobado que eso no es así.
De hecho, nuestro amigo empleado de la banca gasta muchísimo más en trajes que el típico millonario norteamericano. Además, usa un reloj de 5000 dólares y conduce un coche de lujo, de importación. El coche de la mayoría de los millonarios no es un último modelo, y sólo una minoría conduce un coche de importación. Nuestro empleado de banca tiene el coche con un contrato de leasing, algo que apenas hace una minoría de los millonarios.
Pero pregúntale a un estadounidense: ¿quién tiene más pinta de millonario? ¿Sería nuestro amigo el empleado de banca o una de las personas que participó en nuestra entrevista? Apostaríamos a que la mayoría de la gente elegiría con un amplio margen al empleado de banca. Pero las apariencias engañan.
Este concepto lo expresan muy bien los acaudalados y acertados texanos cuando refiriéndose a nuestro empleado de banca dicen: Big hat no cattle.
La primera vez que escuchamos esa expresión fue en boca de un texano de 35 años de edad. Era el propietario de un próspero negocio que reconstruía grandes motores diésel, pero él conducía un coche de unos 10 años de antigüedad y vestía tejanos y camisa de franela. Vivía en una casa modesta en un barrio de clase media. Sus vecinos eran empleados de correos, bomberos y mecánicos.
Después de confirmarnos con números reales sus grandes éxitos financieros, nos contó lo siguiente:
«Mi negocio no tenía un aspecto muy bueno. Yo no daba la talla…, no actuaba como se esperaba… La primera vez que mis socios ingleses vinieron a conocerme, me confundieron con uno de nuestros camioneros… Buscaron por toda la oficina, miraron a todo el mundo menos a mí. Después el mayor del grupo dijo: “¡Ay, olvidamos que estábamos en Texas!”. Yo no tengo un sombrero grande, pero sí mucho ganado».
RETRATO DE UN MILLONARIO
¿Cómo es el prototipo del millonario norteamericano? ¿Cómo se describiría a sí mismo?
- Tengo 57 años de edad, estoy casado y tengo 3 hijos. Cerca de un 70 % de nosotros gana un 80 % o más de nuestra renta familiar.
- 1 de cada 5 de nosotros está jubilado. Alrededor de dos terceras partes de los que trabajamos somos autónomos. Cabe destacar que los autónomos representamos menos de un 20 % de los trabajadores norteamericanos, pero representamos dos terceras partes de los millonarios. Además, 3 de cada 4 autónomos se consideran a sí mismos emprendedores, el resto son profesionales de la medicina o de la abogacía.
- Muchos de los negocios que regentamos podrían considerarse anodinos y aburridos. Somos fabricantes de soldaduras, subastadores, granjeros, propietarios de párquines de caravanas, controladores de pesticidas, compradores de sellos y monedas y contratistas de pavimentaciones.
- La mitad de nuestras esposas no trabajan fuera de casa. La profesión más común entre las que trabajan es la de maestra.
- La renta total anual realizada (sujeta a tributación) de nuestros hogares es de 131.000 dólares (percentil 50), mientras que nuestra renta media asciende a 247.000 dólares. Hay que señalar que aquellos de nosotros que tienen ingresos de 500.000 a 999.999 dólares (8 %) y los que superan el millón o más (5 %) hacen que el promedio suba bastante.
- Tenemos un patrimonio medio neto de unos 3,7 millones de dólares. Y, por supuesto, algunos miembros de nuestro grupo han acumulado mucho más patrimonio. Cerca de un 6 % tienen un patrimonio neto de más de 10 millones de dólares. Una vez más, esas personas hacen que suba el promedio. El patrimonio del millonario medio es de 1,6 millones de dólares (percentil 50).
- En promedio, nuestra renta anual total realizada representa menos de un 7 % de nuestro patrimonio. Dicho de otro modo: vivimos con menos de un 7 % de nuestra fortuna.
- La mayoría de nosotros (un 97 %) tienen su casa en propiedad. Vivimos en casas con un valor medio de 320.000 dólares. Aproximadamente la mitad de nosotros vivimos en la misma casa desde hace 20 años, por lo que podemos decir que el valor de nuestros hogares ha experimentado un aumento significativo.
- La mayoría nunca se ha sentido en desventaja por no recibir ninguna herencia, pues el 80 % somos millonarios de primera generación.
- Vivimos muy por debajo de nuestras posibilidades. Vestimos ropa normal y conducimos coches fabricados en nuestro país. Sólo una minoría adopta la modalidad del leasing para comprarse un coche.
- La mayoría de nuestras mujeres son buenas planificadoras y administradoras. De hecho, sólo un 18 % de nosotros estamos en desacuerdo con el dicho de que «la caridad empieza en casa». La mayoría de nosotros te diríamos que nuestras mujeres son mucho más prudentes en los gastos que nosotros.
- Tenemos «un buen calcetín», en otras palabras: tenemos suficiente dinero ahorrado como para vivir sin trabajar diez años o más. Así que aquellos de nosotros que tienen un patrimonio neto de 1,6 millones de dólares podrían vivir cómodamente durante más de doce años. En realidad, podríamos vivir más años, pues ahorramos al menos un 15 % de lo que ingresamos.
- Nuestro patrimonio es unas 6,5 veces mayor que el de nuestros vecinos no millonarios, pero en nuestro barrio, ellos son tres veces más en número que nosotros. ¿Podría ser que hayan optado por invertir sus ahorros en posesiones materiales de alto standing?
- En general, los miembros de nuestro grupo cuentan con un nivel de educación bastante alto. Sólo 1 de cada 5 no tiene título universitario. Muchos de nosotros tenemos una titulación de posgrado; un 18 % tenemos un máster, un 8 % somos abogados, un 6 % médicos; y un 6 % tenemos un doctorado.
- Tan sólo un 17 % de nosotros o de nuestras esposas han asistido a una escuela privada, pero el 55 % de nuestros hijos están estudiando o han estudiado a escuelas privadas.
- En conjunto, creemos que la educación es extremadamente importante para nosotros, nuestros hijos y nuestros nietos. Gastamos mucho en la educación de nuestros hijos.
- Alrededor de dos tercios de nuestro colectivo trabaja entre 45 y 55 horas a la semana.
- Somos inversores empedernidos. En promedio invertimos cada año cerca de un 20 % de la renta anual realizada de nuestro hogar. La mayoría de nosotros invertimos al menos un 15 %. Un 79 % de nosotros tenemos al menos una cuenta en una sociedad que invierte en bolsa. Pero somos nosotros quienes decidimos dónde invertir.
- Tenemos invertido un 20 % de nuestro patrimonio en valores negociables, como acciones cotizadas en bolsa o fondos de inversión, pero muy raramente vendemos nuestras inversiones financieras. Tenemos un porcentaje aún mayor de nuestro patrimonio invertido en planes de pensiones. En promedio, el 21 % de nuestro patrimonio familiar está invertido en nuestros negocios privados.
- En conjunto, creemos que nuestras hijas están en una posición inferior a la de nuestros hijos, económicamente hablando. Con la misma categoría profesional, los hombres ganan mucho más dinero. Por ello, muchos de nosotros no dudamos en compartir con nuestras hijas parte de nuestro capital. Nuestros hijos, y los hombres en general, juegan las bazas económicas con ventaja, no necesitan que sus padres los subvencionen.
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