Mario Luna - Sex code

Querido lector, felicidades.

Te felicito porque creo que hace falta cierto coraje para invertir dinero en un libro como éste. En un mundo en que los hombres fanfarronean a menudo sobre su capacidad para atraer al sexo opuesto y ocultan avergonzados sus fracasos con las mujeres, no es fácil admitir que uno no disfruta del éxito que quisiera en este terreno tan personal.

Yo mismo conozco a mucha gente con serios problemas para atraer a las personas que les gustan y que son, con todo, incapaces de reconocerlo. A menudo, ni siquiera se lo reconocen a ellos mismos. Por ello, no me importa el nivel de éxito de que goces ahora mismo con las mujeres. Puede que ya te vaya bien y solo quieras mejorar o profundizar en tu conocimiento. O puede que, como yo en otro tiempo, te consideres un auténtico «caso desesperado». En cualquiera de los casos, mereces todo mi respeto.

Sea como fuere, creo que has dado ya un paso importante. Pues, si no me equivoco, acabas de plantearte algo que la mayoría de la gente rara vez se plantea. Acabas de plantearte mejorar. Algo, querido amigo, que siempre ha sido y será digno de admiración.

Ahora, mi objetivo no es otro que el de acompañarte en este camino de mejora constante que acabas de emprender. Espero que el manual que tienes entre manos te ayude a recorrerlo. Si con él logro contribuir a que tu vida resulte más excitante y divertida, me daré por satisfecho. Si, además, sirve para que muchas mujeres se den a sí mismas la oportunidad de conocer a alguien tan especial como tú y de pasar momentos inolvidables junto a ti, me consideraré realmente afortunado.

Paso, sin más dilación, a ofrecerte mi Sex Code. El libro que —espero— te permitirá decodificar la clave de esa felicidad que durante tanto tiempo, en mayor o menor medida, se te ha estado resistiendo.

[501] Estos procedimientos pueden consultarse más adelante en EL MÉTODO DEL AVEN.

[502] El célebre perro del hortelano que ni come, ni deja comer.

[503] Dile cosas como: «¿Sabes? Siento más confianza contigo que con nadie más». O «¿Sabes que contigo puedo ser yo mismo?». Y, delante de su grupo, gana valor ante todas ellas. Una vez logrado esto, solamiguéala en público. Deja caer comentarios del tipo: «Eres tan guay, me caes tan bien tan bien tan bien… Nuestra amistad mola tanto tanto tanto que nunca te podría ver como nada más. Eres como mi hermana, tía… Qué digo, mejor, eres como ese amigo con chocho que siempre quise tener…». Con esto último todo el Set suele reírse. Al hacer esto, todo el mundo capta el mensaje y además nadie te puede recriminar por ello, pues te has ganado la simpatía del grupo.

[504] Habla, por ejemplo, de los problemas que este tiene con su novia, de cómo discuten y se pelean porque aunque ella está muy bien físicamente no lo comprende y no sabe darle lo que él quiere, etc. En otras palabras, por un lado logra que no sospeche que se lo quieres «endosar». Por otro, consigue que lo vea como un reto posible y alcanzable por el que puede competir.

[505] Si tu personalidad destilase juego por todos sus poros, podrías sobrejugar y desbancar rivales a los que, al menos en un primer momento, la situación les permitiese iniciar la partida con una cierta ventaja. Dicho sea de paso, esto te ocurrirá. Sí, como Aven podrás hacerlo más de una vez. Sin embargo, en el mundo real las cosas no son siempre blancas o negras y, ni tú vas a jugar en todo momento a la perfección, ni tus rivales van a ser siempre pésimos jugadores. En el mundo real hay lo que se conoce por naturales, la mayoría de los cuales va a jugar mejor que tú, al menos en un principio.

Además, hay terrenos de juegos tan adversos que hacen que no merezca la pena intentar ganar en ellos. De hecho, la mayoría de la gente tiene cuenta con nociones intuitivas —aun cuando éstas se den a nivel poco consciente y se manifiesten en forma de retortijones de estómago o presentimientos— del juego. Intuitivamente, la mayoría de la gente sabe que cosas como el Estatus, la conexión o jugar en una atmósfera propicia favorable son importantes. Por ello, van a intentar arrastrarte a su terreno.

[506] Aquello a lo que yo te enseño es —como hacen los expertos en Jiu-Jitsu— a darle la vuelta a la situación y sacar ventajas de donde aparentemente no las había. Te enseño, también, a aprovechar al máximo todas las ventajas con las que ya cuentes. Pero no te enseño a complicarte la vida tú solito.

[507] Cualquier elemento que incide negativamente sobre tu juego.

[508] También conviene cobrar conciencia del entorno en que te mueves, para hacerte preguntas del tipo:

Teniendo en cuenta las circunstancias, ¿cuál es la mejor forma de abrir y con quién? ¿Es viable aislar al Objetivo en este entorno? ¿Hay posibilidades de finalizar o va a resultar más interesante concluir con un cierre?

[509] Ver EL FACTOR FULANA y VELA POR SU NECESIDAD DE EXCUSARSE.

[510] Y no importa cuántos IDIs te haya dado ni cuán dispuesta parezca estar a acostarse contigo. Planea y prepara las situaciones de tal forma que, cuando vuelva la mirada atrás, pueda decirse a sí misma: «no queríamos hacerlo, pero… ocurrió». En otras palabras, planea las casualidades que sirvan de justificación a posteriori. Nada en tu juego debe dejarse en manos de la casualidad (ni los entornos a los que la llevas, su disposición, ni los percances que tienen lugar, etc.) aunque, irónicamente, eso es precisamente lo que debe parecer.

Pero tenlo claro: hacen falta excusas. Y aquello en lo que éstas se basen debe parecer accidental, fortuito o espontáneo.

Por ejemplo, cambiáis de garito porque hace calor, es aburrido o hay algo mejor en otra parte. Te acompaña a casa, abandonando a sus amigos, porque tu medio de transporte se encuentra en el taller, o porque hay algo que quieres enseñarle relacionado con algo interesante. O pasáis por allí porque hay algo que tienes que recoger antes de continuar la noche. Una vez allí —aun cuando no dejes de pensar en cómo llegar a desnudarla—, estableces una Limitación Temporal diciéndole que solo puede quedarse quince minutos porque al día siguiente tiene que madrugar. Etcétera.

Hay infinitas formas de permitirle que se dé excusas y de lograr que la base de éstas parezca accidental. Aquí es donde tu imaginación y disciplina a la hora de llevar tus ideas a la práctica tienen la última palabra.

Puede que al principio parezca costoso, pero la experiencia te irá mostrando poco a poco qué cosas del entorno actúan como Amplificadores y cuáles como Filtros.

[511] ¿Quieres ganarte la reputación de Aven o prefieres convertirte en uno realmente? Decídelo, amigo. Este es el momento para hacerlo.

[512] Existe una gran diferencia entre dar a entender a las mujeres que se tiene una vida sexual plena (ver VIDA SEXUAL PLENA) y ser un bocazas. El Aven jamás se jacta abiertamente de sus conquistas. Su éxito, por el contrario, se subcomunica. Por un lado, tu lenguaje debe usar ese código que las mujeres entienden. Solo a través de él tu mensaje debe quedar claro: sí, eres alguien que sabe cómo atraer a las mujeres. Por el contrario, tu lenguaje superficial nunca debe dejar nada claro. ¿Me entiendes? Tu éxito debe quedar implícito en tu propio juego, no en el contenido literal de tus palabras.

Pongamos que alguien te tiende una trampa y te pregunta: «¿Con cuántas mujeres te has acostado?». Podrías escapar de eso recurriendo al humor, poniendo cara de extrañado y respondiendo: «¿Cuándo? ¿Esta semana? ¿Anoche?».

Ver EL ROL DEL CHULIFRESCO DIVERTIDO.

[513] Ver LA VIDA DEL AVEN.

[514] Ver ADUÉÑATE DEL PILOTO AUTOMÁTICO y CONTROL.

[515] Los inconvenientes de la improvisación son varios.

En primer lugar, por muy creativo que puedas llegar a ser bajo presión, puede que la respuesta que te ofrezca en tales momentos tu ingenio no sea tan original o acertada como crees y te sitúe a un nivel mucho más próximo al Frusco de lo que te gustaría.