JOSEP OTÓN
MISTERIO Y TRANSPARENCIA
Herder
Diseño de portada: Purpleprint creative
Edición digital: José Toribio Barba
© 2017, Josep Otón
© 2017, Herder Editorial, S. L., Barcelona
ISBN DIGITAL: 978-84-254-4000-7
1.ª edición digital, 2017
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ÍNDICE
PRESENTACIÓN
La transparencia forma parte de la nueva generación de valores que la sociedad posmoderna reclama. El ciudadano actual ya no se conforma con las libertades fundamentales ni con la posibilidad de elegir a sus dirigentes, derechos conquistados en los procesos revolucionarios de los siglos XIX y XX . Ahora exige poder supervisar la actuación de los cargos públicos.
El individuo posmoderno se siente en la obligación de vigilar a los políticos y de no limitarse a delegar su responsabilidad ejerciendo periódicamente el derecho al voto. No le faltan motivos para desconfiar. La opacidad de algunos gobernantes hace sospechar que desde las bambalinas del poder se toman decisiones contrarias a los intereses de los electores. Los reiterados casos de corrupción así lo parecen indicar. Por otra parte, el desarrollo tecnológico proporciona nuevas herramientas que facilitan enormemente el acceso a la información favoreciendo un nivel de control insospechado en otras épocas.
En cualquier caso, hoy resultaría incomprensible una propuesta política que no incluyera una rendición de cuentas ante los votantes. Someterse a los pertinentes dispositivos de transparencia es un requisito ineludible para quien desee gestionar los recursos públicos.
Esta defensa de la transparencia como un valor irrenunciable se ha extendido a diversos ámbitos de la sociedad y afecta tanto a las organizaciones como a la vida de los individuos. Evidentemente, la religión no puede quedar al margen de este proceso colectivo, en particular las instituciones vinculadas al cristianismo, en las que sobreviven inercias de modelos sociales de otros tiempos.
No faltan noticias sobre archivos secretos, opacidad de las finanzas, confidencialidad de las reuniones y ocultamiento de escándalos, prácticas habituales que despiertan el rechazo de creyentes y no creyentes. El hermetismo clerical resulta sospechoso en una sociedad transparente. Sin embargo, sería injusto pensar que se trata de un caso único y que otras organizaciones escapan a la tendencia de volverse, con el paso del tiempo, endogámicas, crípticas y autorreferenciales.
Ahora bien, el debate sobre la transparencia plantea otra cuestión fundamental. Pone también en tela de juicio uno de los elementos esenciales de la urdimbre de lo sagrado: la opacidad de la trascendencia. El núcleo constitutivo de la experiencia religiosa concierne a una dimensión de la realidad —el Misterio— que escapa de la percepción humana y, por tanto, se resiste a ser transparente. Esta concepción del Misterio aparece como alternativa a la posibilidad de entender la existencia como un absurdo (Jean Guitton).
Por supuesto, la aplicación de las buenas prácticas de transparencia comportaría la reforma de las instituciones religiosas y actualizaría unas estructuras gestadas en otro contexto cultural. Aun así, seguramente, el ciudadano posmoderno continuaría recelando de lo religioso debido a este aspecto intrínseco constituido por lo misterioso. O tal vez no…
El concepto de «transparencia» proviene de las ciencias de la física y se utiliza en el campo de la política, aunque es una analogía no exenta de limitaciones. La presente obra se propone aplicar este concepto al discurso religioso con la esperanza de generar un diálogo fecundo tanto para la comprensión de la transparencia como de la trascendencia.
Dicho con otras palabras, confrontar Misterio y transparencia es una manera de ahondar en el significado de estos dos términos, explorando sus límites, sus ambivalencias y sus contradicciones. ¿El Misterio puede ser transparente? Y, por otra parte, ¿acaso la transparencia no es un fenómeno misterioso en sí mismo?
En el ámbito de lo religioso esta reflexión genera un sinfín de preguntas: ¿Dios es transparente? ¿Debería serlo? ¿Su ocultamiento encubre motivaciones oscuras? ¿Tendría sentido un mundo completamente transparente? ¿Las mediaciones religiosas ocultan el Misterio? ¿La experiencia de lo sagrado eclipsa la luz de la racionalidad? ¿La religión puede iluminar la existencia y hacerla más transparente?
Estas cuestiones revelan la complejidad de lo transparente y, por tanto, su opacidad. Mientras los discursos públicos tienden a simplificar la transparencia, un análisis en profundidad muestra sus contradicciones. De hecho, es invisible y, por consiguiente, escapa del control de la mirada. Por su parte, el Misterio no es tan opaco como se pudiera pensar, porque, si fuera completamente incognoscible, no podría ser objeto de reflexión.
Para entablar este diálogo recurriremos a la opinión de pensadores que han tratado específicamente esta temática. Es el caso Paul Scheerbart, un autor de principios del siglo XX cuya obra ha tenido un amplio eco en la historia del pensamiento y del arte. Otro autor fundamental es el filósofo coreano afincado en Alemania Byung-Chul Han, cuyo libro, La sociedad de la transparencia , es una lectura de referencia para cualquier estudio sobre esta cuestión.
Contrastaremos las opiniones de los pensadores mencionados con las de otros escritores (Walter Benjamin, María Zambrano, Friedrich Nietzsche, Simone Weil, Ludwig Wittgenstein…), con las aportaciones del mundo del arte y con textos de la tradición cristiana que abordan la transparencia desde una perspectiva religiosa. Conviene tener en cuenta que tanto en las fuentes bíblicas como en la reflexión de teólogos y maestros espirituales es habitual describir la experiencia del Misterio a partir del binomio «transparencia / opacidad».
Renunciando de antemano a una exposición lineal —y, por tanto, transparente—, el libro realiza un recorrido sinuoso que, si bien puede generar cierta confusión, muestra la complejidad del tema y la diversidad de interrelaciones que podemos establecer entre Misterio y transparencia, así como la variedad de rostros que pueden adoptar y la multiplicidad de significados que se les suele atribuir.
Sucesivas aproximaciones a estos conceptos, realizadas desde distintos puntos de vista, nos ayudarán a descubrir matices, contradicciones y ambigüedades. Volver a tratar una misma cuestión no obedece a un propósito reiterativo, sino al deseo de mostrar su ambivalencia y su carácter poliédrico. Análogamente a un cuadro cubista, la transparencia se consigue a base de yuxtaponer perspectivas complementarias y no con la exposición explícita de los contenidos.
De esta manera, el debate sobre lo opaco y lo transparente puede enriquecer el discurso teológico que intenta describir la vinculación entre trascendencia e inmanencia. Por otro lado, las reflexiones en torno a la experiencia del Misterio contribuyen a clarificar el sentido de los términos «transparencia» y «opacidad» y a evitar explicaciones demasiado simplistas.
Así pues, analizaremos los argumentos que justificarían la resistencia de lo sagrado a ser transparente y, a la vez, examinaremos las diversas estrategias con las que el ser humano, disconforme con la opacidad del Misterio, ha procurado conferirle cierta transparencia. Además, veremos cómo la tradición bíblica —sobre todo el Evangelio— apuesta por una religión más transparente frente a cultos opacos y arcaizantes. Asimismo, aboga por la transparencia interior como camino espiritual en contraposición a los excesos del ritualismo externo.
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