CAPITULO I
Un Extraño Suceso
Te dejé mi lector, al final de Misterios Develados, con el Gran Ascendido Maestro Lanto, enviando sus bendiciones para América y la humanidad, desde el Retiro del Royal Teton.
En este libro describiré otro grupo importante de maravillosas experiencias, las cuales tuve el privilegio de tener durante esos meses de contacto con el Amado Maestro Ascendido Saint Germain.
Una mañana recibí Su mensaje, incluyendo una carta de presentación para el Sr. Daniel Rayborn, en el Hotel Palace en Denver. Al día siguiente, tan pronto entré al Hotel para preguntar por él, me encontré a un antiguo amigo, el Sr. Gaylord, a quien conocía hacía muchos años. Él estaba acompañado por un señor mayor a quien presentó al momento, y quien, para mi sorpresa, probó ser el Sr. Rayborn. A él le di la carta de presentación y después de unos momentos de charla acordamos cenar juntos esa noche. El día siguiente nos encontró a todos en ruta para el rancho Diamante K en Wyoming, una de las propiedades de Rayborn, donde comenzaron las experiencias descritas en este libro. De poco me di cuenta ese día, acerca de lo que mi asociación con él significaría y dónde nos llevaría más tarde. Tales experiencias nos hacen comprender qué tan perfecta, sabia y grande es la Inteligencia que nos dirige sin error a personas lugares y condiciones, donde más se necesitan.
La impresión que tuve de Rayborn fue muy agradable, porque toda su actitud era de armonía y amabilidad al mismo tiempo y sentí que era un hombre de un carácter fuerte con inclinación al sentido del honor. Él tenía una cabeza finamente formada, facciones clásicas, cabello canoso, penetrantes ojos azul grisáseo. De porte erguido, 1.85 cms de estatura, tenía un hijo de 18 años y una hija de 16, quienes recién habían regresado de la escuela en el Este.
Llegamos a nuestro destino donde los jóvenes nos alcanzaron en el tren. Después de charlar un momento subimos al carro de Rayborn y fuimos llevados al rancho a 20 millas de distancia. Su hijo Rex era alto, espléndido, bien parecido, con las mismas bellas facciones de su padre con quien tenía un fuerte parecido; era por lo menos de 1.82 cms de alto con abundante y ondulado cabello castaño, penetrantes ojos azul violeta. La hija, Nada, era esplendorosamente hermosa, con una especie de extraña y serena dignidad; tenía aproximadamente 1.68 cms con profundos ojos azules y cabellos castaños como su hermano. Había cierto encanto en los tres Rayborns, el cual podía uno sentir inmediatamente.
El maravilloso lugar y la belleza de la casa y el campo nos encantaron; estaba ubicado en la entrada de un pequeño valle que se extendía hacia el occidente hasta abrazar las grandes Montañas. Al norte elevábase una rosada montaña de 8 mil pies. La casa estaba ubicada hacia el sur; construida de granito gris azul que le recordaba a uno los castillos medievales de Europa y las antiguas construcciones del lejano Oriente. El terreno que rodeaba la casa estaba maravillosamente cuidado; la construcción era grande y rectangular, con una torre en cada esquina. La que estaba al suroeste miraba a las Montañas formando un gran salón circular en el tercer piso. El resto de la estructura era solamente de dos pisos y había sido construida hacía muchísimos años. A los 20 años, Daniel Rayborn había heredado la propiedad de un tío, quien había viajado mucho y estaba profundamente interesado en estudios superiores y había vivido por muchos años en India y Arabia.
Entramos en la casa y Rex me condujo a un grupo de cuartos en el segundo piso, ubicados en la esquina sureste del edificio. Pronto la cena fue anunciada y disfrutamos una comida deliciosa ante una mesa bellamente dispuesta. Mientras cenábamos, comenzamos a hablar de nuestros planes.
Durante el curso de la cena, el Sr. Rayborn nos dijo que esperaba que John Grey, el Superintendente de sus minas, se uniera a nosotros esa noche. Apenas habíamos pronunciado su nombre cuando fue anunciado. John Grey entró al comedor, saludando a la familia con mucha amabilidad y yo fui presentado a él. Al tiempo que nos estrechamos las manos, sentí un estremecimiento por todo el cuerpo, acompañado de un sentimiento de repulsión. Era un hombre fino de cerca de 40 años y casi 1.80 cms de estatura, con penetrantes ojos oscuros de mirada inquieta. Vi sus ojos seguir a la hija de Rayborn, muy a menudo, con una mirada peculiar que los demás no notaron. El Sr. Rayborn se excusó y junto con el Superintendente fueron a la biblioteca. Los demás nos fuimos al salón de música y disfrutamos dos horas de deliciosa música porque ambos jóvenes poseían voces privilegiadas. Fue durante la conversación sobre su entrenamiento musical que pasó una sombra de tristeza sobre el rostro de Nada; ella comentó: “Ambos heredamos nuestras voces de mamá quien fue una gran cantante de ópera cuando mi padre la conoció; hablando sobre esto mi madre a menudo solía decir: “Reconocimos el uno en el otro Algo Interno que fue creciendo más fuerte con el tiempo”. Más tarde comprendimos que éramos “almas gemelas” de lo cual estamos seguros por las cosas maravillosas que nos han pasado. Muchas veces decíamos que parecía como si cada uno hubiera estado buscando al otro a través de los siglos y por supuesto siempre ha habido un gran amor y comprensión entre nosotros.” El padre de mi madre era inglés y mi madre, quien fue educada en Inglaterra, fue hija de un jeque árabe. Hace dos años mamá enfermó y murió a las pocas semanas, a pesar de haber hecho todo lo posible por salvar su vida. Durante las últimas cuatro semanas ella recibió Trascendentales Revelaciones que nos han aclarado muchas cosas. Poco después de que yo nací, nuestro Amado Maestro Saint Germain vino a ella. Le explicó que ella tenía Trabajo qué hacer en los Altos Planos de Vida y que El siempre nos tendría a Rex y a mi bajo su Gran Amor y Protección. Él es tan Maravilloso y Amoroso con nosotros que yo quisiera que pudiéramos compartir nuestro Gozo con el mundo entero. El Oriente y el Lejano Oriente, esto es, la India, China, Arabia, Egipto y Persia reconocen mucho más y comprenden también mucho más claramente lo que los Grandes Maestros Ascendidos han hecho por la humanidad y cuánto debe la raza de la Tierra a su Amor Trascendental y Cuidado sin límites.
“Nos ha enseñado tan evidentemente” el Modo por el cual Estos Grandes Seres han podido elevar e iluminar el cuerpo físico purificándolo a través del uso de la Llama Consumidora de su Propia Divinidad a la cual El llama “La Magna Presencia YO SOY”. Nos dice que Esto sólo puede ser logrado por la Adoración a “Esa Presencia” y Completa Obediencia de la personalidad, o consciencia externa, a su Dirección. Él dice que el Secreto es mantener constante Comunicación Interna con la “Presencia YO SOY” en todo momento (a través del sentimiento) y así la Perfección que siempre se está derramando, puede llegar a través de la consciencia externa sin ser alterada por nuestra propia inarmonía o la del mundo físico que nos rodea.
“Es en esta Manera, nos explicó el Amado Saint Germain que los Maestros Ascendidos han llegado al Dominio Completo sobre toda manifestación y han terminado el trabajo en humana encarnación, la cual dijo el Amado Jesús, todos debemos hacer. Ellos expresan –siempre- Completa Maestría sobre todas las condiciones en esta Tierra física, ya que toda substancia y energía son sus complacientes y obedientes servidores, aún los Elementos y Poderes de la Naturaleza, porque ellos se han convertido en la Plenitud del Amor Divino. Todo su Trabajo con la humanidad es conducir a todos, eventualmente, a esta misma Maestría, pero sólo puede venir a través del esfuerzo individual y de la Plenitud del suficiente Amor”.
“Mamá tuvo muchas experiencias extrañas en su infancia, y mi abuela le platicó de otras, todavía más extrañas, ya que su abuelo había visto muchas de las cosas notables que Estos Grandes Seres hacen. Uno, que él conocía muy bien, era de la tierra de mi abuela, Arabia. Fue adorado por todos los que tuvieron contacto con Él y su Vida Entera fue una bendición constante y de Servicio a la humanidad”.
Página siguiente