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Originalmente publicado en inglés con el título:
My Heart’s Desire
Copyright © 2002 por David Jeremiah
Publicado por Thomas Nelson,
Nashville, Tennessee, EE.UU.
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Los textos bíblicos han sido tomados de la Santa Biblia, Versión Reina-Valera 1960 y de la Nueva Versión Internacional.
Santa Biblia, Versión Reina-Valera 1960 © 1960 por Sociedades Bíblicas en América Latina, © renovado 1988 por Sociedades Bíblicas Unidas. Usados con permiso. Reina-Valera 1960® es una marca registrada de la American Bible Society y puede ser usada solamente bajo licencia.
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Todos los derechos reservados. Ninguna porción de este libro podrá ser reproducida, almacenada en algún sistema de recuperación, o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio —mecánicos, fotocopias, grabación u otro— excepto por citas breves en revistas impresas, sin la autorización previa por escrito de la editorial.
Traducción: Pedro Vega
Edición: Rojas & Rojas Editores, Inc.
Diseño de cubierta por: The Office of Bill Chiaravalle
Fotografía de cubierta por: Digital Vision
ISBN: 978-0-71808-458-5
ISBN: 978-0-71808-460-8 (eBook)
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CONTENIDO
DEDICATORIA
¡A mi Señor y Salvador Jesucristo, el único digno de recibir la gloria, el honor, el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza y la alabanza: al que se sienta en el trono, y al Cordero, por los siglos de los siglos!
—APOCALIPSIS 4–5
A L PUBLICAR ESTE LIBRO, Donna y yo hemos cumplido veinte años de ministerio en la Iglesia Shadow Mountain Community. Han sido años maravillosos de servicio al Señor y de ministrarle a una congregación muy gentil. Cada domingo que se reúne la iglesia me llena una sensación de expectativa mientras espero el período de adoración como iglesia. A través de los años hemos disfrutado de impresionantes momentos al sentir la maravillosa presencia del Señor en nuestro medio. Adorar a Dios como cuerpo de creyentes es uno de los privilegios especiales que ha concedido a sus hijos.
Pero este libro no es principalmente sobre el culto congregacional. El anhelo de mi corazón es sobre la adoración personal… la adoración cara a cara, con el Dios Todopoderoso. La adoración jamás fue concebida como una actividad dominical. Dios no busca iglesias que le adoren, busca individuos que le adoren. Cuando la adoración se convierte en nuestro estilo de vida, descubrimos que el tiempo que pasamos reunidos con la familia de Dios adquiere un sentido más profundo. En otras palabras, la adoración no es una experiencia de una hora una vez por semana. Es una relación con Dios cada momento que dura toda la semana.
Sigo creciendo en la comprensión de lo que significa vivir cada momento la maravilla de la adoración. Estoy muy agradecido a los que me ayudaron a organizar las ideas sobre este libro. Steve y Susan Caudill se unieron a nuestro personal hace más de una década. Juntos nos han dirigido en la adoración de Dios cada domingo. Hemos pasado muchas horas conversando acerca de la adoración y buscamos de todo corazón dirigir a nuestra congregación a la presencia de Dios en el Día del Señor. Gracias, Steve y Susan, por su compromiso con la excelencia que merece este ministerio, por su fidelidad a Dios y su deseo de hacer que la adoración sea el deseo del corazón de cada uno de nosotros.
Rob Suggs es el escritor-editor que me ayudó para que mis pensamientos adquirieran vida. Entiende mi corazón y tiene la capacidad de tomar mis palabras y hacerlas más frescas y brillantes. ¡Siempre espero que pueda seguir trabajando con Rob, y espero que sea mi socio en muchos libros en el porvenir!
Sealy Yates y yo hemos sido grandes amigos durante muchos años y una docena de libros. Como mi agente literario, me representa ante nuestros publicadores y menciona regularmente mi nombre delante del Señor. Se preocupa por mí y por la obra que Dios me ha llamado a realizar. ¡Todo pastor necesita alguien como Sealy en su vida!
Como mi asistente administrativa, Carrie Mann ha manejado todas las conferencias telefónicas y reuniones que me ayudaron a llevar a término este proyecto. Dianne Stark y Barbara Boucher leyeron el manuscrito e hicieron valiosas sugerencias. Helen Barnhart fue de gran ayuda en la localización de las referencias bibliográficas. ¡Gracias, damas, por su diligente ayuda!
También deseo expresar mi aprecio a Joey Paul y Byron Williamson por animarme a poner por escrito mis ideas sobre la adoración. En todo este proyecto hemos pasado horas de interacción sobre El anhelo de mi corazón, y aprecio el espíritu de trabajo en equipo que en todo momento manifestaron. Gracias Joey y Byron, por permitirme escribir uno de los primeros libros publicados por Integrity.
Finalmente quiero expresar mi más profundo aprecio a mi esposa Donna. Sin su estímulo, nunca habría escrito el primer libro. Uno de mis más grandes tesoros ha sido nuestra participación en todo lo que Dios ha hecho y hace en nuestra vida. Juntos estamos orando para que Dios use El anhelo de mi corazón para llevar bendición a muchas vidas y pueda glorificar el nombre de nuestro Salvador.
—DAVID JEREMIAH
San Diego, California
UNO
Una visión del trono
E L CORAZÓN NOS LATE CON FUERZA mientras las grandes puertas se abren delante de nosotros: las puertas donde la tierra queda atrás y comienzan los cielos. Casi con febril anhelo usted y yo entramos a la gran sala, e inmediatamente nos vence todo lo que yace delante de nuestros sentidos.
No hay ojo que haya visto tan resplandeciente magnificencia; no hay oído que haya escuchado una música igual. En el mundo mortal no hay arte ni edificios que pudieran habernos preparado para esto. No podemos hablar ni siquiera permitir que nuestros ojos debilitados por el mundo se maravillen de la gloria que llena la sala del trono del Rey de la creación. Sin que nos demos cuenta, grandes lágrimas corren por nuestras mejillas.
El techo de la sala es demasiado alto para lograr verlo; se levanta majestuoso hasta los más lejanos confines de lo infinito. Las paredes resplandecen con la tapicería viva de las obras poderosas del Rey a lo largo de las edades. Y los ángeles nos rodean como encarnaciones de luz y canto, y elevan alabanzas al Nombre que es sobre todo nombre. El aire que respiramos tiene el dulce sabor del paraíso y nos inunda un intenso gozo totalmente indescriptible. Pero todas estas cosas llevan a nuestros ojos hacia el trono, porque el Rey mismo está allí.
Nuestros ojos no están aptos para contemplar su gloria. Pero miramos la mano que formó el contorno de cada planeta y colocó las estrellas en el espacio, la mano que trajo luz de las tinieblas y que produjo orden a partir del caos. Algo cruje en su mano: un documento de edad inconcebible. El rollo resplandece con la luz de la sabiduría y la providencia, y está sellado, no una, sino siete veces. Aquí, en la mano del Padre, está el título de propiedad de la tierra.
El libro bíblico de Apocalipsis describe este rollo y su serie de sellos. A lo largo de los capítulos de este libro, se desatan uno por uno los sellos como asunto final de los tiempos, los detalles finales del plan de Dios que dan su fruto final. Juicio e ira aparecen en la apertura de los sellos; redención y victoria, también. A medida que cada sello se abre, cada pregunta halla respuesta. Todo enigma queda para siempre resuelto. Por esa razón, los ojos de centenares de millones de almas observan atentamente.
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