© José Luis Villacañas Berlanga, 2020
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© Ned ediciones, 2020
Preimpresión: Ned ediciones
eISBN: 978-84-18273-02-5
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Indice
«Sería más correcto decir que la política ha sido, es y seguirá siendo el destino, y que lo único que ha ocurrido es que la economía se ha transformado en un hecho político y así se ha convertido en el destino.»
Carl Schmitt , El con cepto de lo político
Alianza Ed itorial, p. 105
Prólogo
Este libro brota de la lectura de algunas de las obras principales de Pierre Dardot y Christian Laval. Ahora bien, esa lectura ha sido acompañada de un curso más amplio de inquietudes y estudios que, aunque no se invoquen explícitamente aquí, constituyen el campo de reflexiones desde el que me he acercado a la obra de estos dos importantes pensadores franceses. Por eso, aunque este libro incluye una exposición de sus tesis principales, también es un diálogo con ellos. Se trata entonces de una obra cooperativa que busca hacer pie en las ideas de Dardot y Laval para ofrecer un argumento que, a pesar de todo, espero tenga cierta impronta personal. Leer la obra de Dardot y Laval es algo que todo lector tiene a su disposición. Mi aproximación busca ofrecer un encuadre relativamente original de los aspectos fundamentales de su pensamiento. Original aquí no quiere decir que afecte a la exposición retórica, sino a la voluntad de ofrecer un tipo ideal del neoliberalismo que pueda ser reconocido en su coherencia lógica e ideológica. Por supuesto, la clave de todo reposa en un diálogo subterráneo con Foucault que no siempre podrá ser explícito. Puesto que nuestras miradas sobre este autor son algo diferentes, es lógico que nuestras posiciones finales sean relativamente distintas. Excuso decir que mi aproximación a Foucault es un poco más crítica que la de Dardot y Laval, y eso se refleja en mi interpretación de sus propias posiciones.
En el pensamiento de Dardot y Laval distinguiré cuatros aspectos fundamentales. El primero —que no atenderemos en este libro— trata de la historia del neoliberalismo y sus relaciones con el ordoliberalismo. Es una temática puramente histórica que ha sido desplegada en la primera parte de La nueva razón del mundo. así como en algunas reflexiones extraídas de entrevistas a los dos autores.
Las tres cuestiones están íntimamente relacionadas, como se puede apreciar con facilidad. En mi opinión, y para comprender bien el argumento, debemos identificar la experiencia desde la que se habla. Esa experiencia es la evolución de la idea de Europa y sus políticas económicas dentro de la nueva fase de mundialización que se inició en los años setenta del siglo pasado. Por eso vamos a abordar primero esta cuestión. De ella se deriva la tesis fundamental del pensamiento de Dardot y Laval: que la actual Europa —a diferencia de la original— se ha construido desde un esquema neoliberal por la influencia decisiva de Alemania en su formación. Esta posición les permite continuar la tesis de Foucault según la cual el ordoliberalismo, sobre el que realmente se organizó la República Federal de Alemania y la Unión Europea, no es en nada diferente del neoliberalismo, desde su origen. Creo que este argumento apunta a una conclusión verdadera que se deriva de una premisa teórica cuestionable. Ordoliberalismo y neoliberalismo son dos corrientes de pensamiento bastante diversas, tanto como lo eran la economía clásica de la economía británica y la escuela histórica de la economía nacional alemana. Sin embargo, el ordoliberalismo ha perdido oportunidades de dirigir la vida europea en una economía mundializada y altamente dependiente del capitalismo financiero. Sobre este hecho se funda la idea de que la hegemonía neoliberal es una realidad indiscutible, al menos hasta la crisis de 2008. Para hacerle frente se nos propone una idea de lo común desplegada en un libro monumental. Dada la breve extensión de mi libro, conviene que pasemos sin demora al primer punto. Como ya he dicho, trata del éxito del neoliberalismo y para dotar de relevancia a la experiencia europea necesitamos una pequeña introducción de la mano de Habermas sobre el problema central del capitalismo mundial tal y como se veía en 1973, un lustro antes de El nacimiento de la biopolítica .
. Dardot, P.; Laval, Ch., La nueva razón del mundo. Ensayo sobre la sociedad neoliberal , Gedisa, Barcelona, 2015. En adelante, citado como nrm .
. Foucault, M., El nacimiento de la biopolítica , fce , Buenos Aires, 2007. En adelante, nb .
. Véase José Luis Villacañas: «Ordoliberalismo. La ultima neutralizazione», en Filosofía política , 2019.
. Laval, Ch., Foucault, Bourdieu et la question néolibéral , La Découverte, París, 2019. [Trad. cast.: Foucault, Bourdieu y la cuestión neoliberal , Gedisa, Barcelona, 2020].
. Dardot, P.; Laval, Ch., Común : ensayo sobre la revolución en el siglo xxi , Gedisa, Barcelona, 2018.
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Habermas y el sentido epocal de la respuesta neoliberal
No obtendremos una buena explicación de la diferencia entre la época del fordismo, el industrialismo y el americanismo —que fueran la base productiva del Estado del bienestar— por un lado, y la época neoliberal por otro, si no investigamos por qué esta última alcanzó suficiente cristalización en determinado momento, de tal manera que pudo ser detectada por Foucault en su libro fundamental de El nacimiento de la biopolítica . Antes de él ya era intensa la percepción de una crisis de la gubernamentalidad capitalista alrededor de los años 1970, aunque todavía no aparecía con claridad aquel régimen que habría de sustituir al que regía desde 1945. Fue Habermas el primero que habló de problemas de legitimidad del capitalismo tardío hacia 1973, en un claro diálogo con la obra del teórico social Niklas Luhmann. Sólo después desplegó Habermas una «teoría de la evolución social»
Habermas era consciente de que este punto de partida le obligaba a aceptar la terminología de la teoría de sistemas y distinguir entre subestructuras fundamentales que implicaban autoconservación y otras que permiten variabilidad. Sin embargo, la teoría de sistemas le parecía parcial. Él todavía sentía la v ieja necesidad de atender la diferencia clásica entre sujeto y objeto y consideró que se podría hablar de crisis real sólo cuando a este proceso objetivo sistémico se añadiese la experiencia subjetiva . Cuando «los miembros de la sociedad experi mentan los cambios de estructura como críticos para el patrimonio sistémico y sienten amenazada su identidad social , entonces podemos hablar de crisis».
En suma, en la crisis, los problemas de estructura deben experimentarse como problemas de identidad y por eso afectan a la integración social. Es por ello que en las crisis entra en escena el horizonte anómico. No sólo se desintegran estructuras sociales, sino psiquismos y comunidades. Al no aceptar la crisis como un mero fenómeno de conciencia, ni como la alteración de una mera objetividad observable, Habermas intentó desplegar una teoría de la experiencia de la crisis que fuera diferente de la mera ideología de la crisis. Como toda experiencia, ésta debía afectar a la relación sujeto/objeto. El sistema debía percibir la crisis como disminución extrema de las posibilidades de autogobierno, pero la opinión pública debía percibirla como desintegración social amenazadora. Así se captaba el vínculo frágil entre integración sistémica e integración social, entre racionalidad objetiva y subjetiva, entre capitalismo y democracia, entre institución y mundo de la vida, entre facticidad y potencial validez.