Pelaez Gorjon Marcela - Biografia Apocrifa De Mi

Esa mañana la despertó el sonido del teléfono. Era muy temprano, todavía estaba oscuro. El ruido la asustó. El corazón le latía muy rápido. “A esta hora nunca se comunican buenas noticias”, pensó Ivana a la vez que tomaba el teléfono rápidamente de su mesita de luz. “Hola”, respondió con una voz que no era la habitual.

“¿Señorita Ivana?”, le contestaron.

“Sí, soy yo. ¿Quién habla?”

“Señorita soy Mario, el encargado del edificio de Cira.”

“Ah, Mario”, le dijo. Tenía tanto sueño que no recordaba muy bien quienes eran él o Cira. “¿Qué pasó?”, preguntó para ganar tiempo y despabilarse.

“Algo terrible, señorita Ivana”, le dijo Mario con voz quebrada. “La señora Cira ha muerto. La encontramos anoche con mi mujer. Recién se va la policía. La llamo, ¿cómo se llama?, porque le ha dejado una carta.”

Súbitamente despabilada por la noticia, Ivana tenía miles de preguntas para hacer a Mario. Todo le sonaba irreal.

Ivana había conocido a Cira hacía poco menos de un mes, Librar la editorial en la que ella trabajaba, había decidido escribir la biografía de la actriz. No se sabía mucho de su vida. Cira era un enigma viviente, hacía añares que se había retirado y desde ese momento nadie supo más de ella. Tampoco se sabía si era o no capaz para escribir su autobiografía, por lo tanto eso aún no estaba decidido.

La idea de escribir acerca de la ex diva había surgido con el reestreno de una película en la que Cira hacía un papel no muy importante, pero en el que se hacía notar. El reestreno de la película en cuestión había sido un éxito, todos hablaban de ella. No era muy buena, pero, se había puesto de moda, y eso era suficiente.

La editorial buscaba a uno de los protagonistas. Cira había sido seleccionada casi por descarte. El protagonista y los actores que desarrollaron papeles principales habían muerto. Algunos recientemente, otros hacía varios años. La protagonista aún vivía, pero estaba muy enferma.

Se encontraron varios candidatos, aunque no todos despertaron el interés de la editorial. Hacía muchos años que Cira se había retirado del mundo del espectáculo. Nadie conocía su paradero, no se sabía si estaba viva o muerta. Con la lista de reparto en la mano, fueron rastreando a todos los que habían participado.

Cira era su última esperanza. La búsqueda fue ardua, no sé sabía por dónde comenzar o como. Buscaron, buscaron y nada. Cuando ya casi estaban por darse por vencidos, por casualidad dieron con ella. Resultó ser que la abuela de uno de los empleados de marketing iba a misa a la misma capilla en donde Cira hacía tareas comunitarias.

El hallazgo de Cira hizo que todo el mecanismo se pusiera en marcha. Para estar seguros de que la actriz estaba en condiciones se hizo una primera entrevista con ella. La editorial envió una comitiva muy selecta y convincente, munidos de flores y marron glacés propios de una diva.

Naturalmente los vestigios de ego que todavía conservaba la actriz, se rindieron ante los halagos hechos por la editorial, y como era de esperarse Cira dio el tan ansiado sí. El siguiente paso era decidir quién se iba a hacer cargo de redactar la biografía o de juntar los fragmentos de su autobiografía.

Martín fue seleccionado como el editor del proyecto, ahora faltaba designar al redactor. Era una tarea un poco compleja, debía ser alguien muy particular, alguien que fuera paciente y ambicioso, o al menos que reuniera una de esas características. La traducción sería: alguien que tuviera “hambre de gloria”.

No había mucho tiempo para meditarlo, Martin estaba muy presionado. Todo debía hacerse rápidamente y sin fallas. No era una decisión fácil, lo pensó todo un día y toda una noche. Una vez que lo hubo meditado a conciencia decidió proponérselo a Ivana.

Hacía tiempo que ella trabajaba en la editorial, ya era tiempo que tuviera la oportunidad de brillar por sí misma. Martín sentía cierta atracción por Ivana, y no quería que eso nublara su razón, debía ser profesional y no elegirla tan solo porque a él le gustaba. Evaluó los pro y los contra y por fin tomó la decisión. A la mañana siguiente llamó a Ivana a su oficina y le dio la noticia.

“Ivana”, le dijo mirándola fijamente a los ojos, muy circunspecto, “tal vez esta sea la oportunidad que estabas esperando. Fuiste seleccionada para escribir la biografía de Cira. Creo que estas al tanto del proyecto ¿No?”

“Si, por supuesto” le dijo Ivana. Hacía días que secretamente deseaba ser la afortunada.

“El otro día tuvimos una reunión en su casa, le contamos el proyecto y le entusiasmó bastante. Me pareció una persona muy afable, con buena conversación, informada, lúcida. Estuvimos hablando bastante, me contó que ella pensó en algún momento escribir sus memorias, pero, que desistió porque pensó que a nadie iban a interesarle.

Pasaron tantos años desde mi último teleteatro, me dijo. Ya nadie debe acordarse de mí. Aunque algún admirador o admiradora todavía me reconoce por la calle.

De acuerdo con lo que estuvimos viendo y evaluando ella es la única candidata. Después de la película que originó esta idea, ella hizo una gran carrera. Todas sus películas fueron exitosas. Hasta hizo una o dos películas en el exterior, creo que en Méjico. Y estamos hablando de la época de oro del cine mejicano, que te catapultaba directamente a Hollywood.

Teníamos la duda de si iba a ser una autobiografía o biografía, pero finalmente decidimos que va a ser una biografía, ella tiene algo escrito. Necesitamos que te entrevistes con Cira. Queremos saber todo de ella, sus amores, sus pasiones, anécdotas jugosas que hayan ocurrido en las filmaciones, algún amorcete oculto.

Algo le habrá pasado en la vida, al menos ella así lo piensa, de otra manera porqué pensaría en escribir sus memorias ¿no?

De todas formas, tenés que ser “creativa”. Sabés a que me refiero ¿no? Algo que no es muy interesante debe parecerlo, siempre todo dentro de ciertos parámetros.

En fin Ivana, tenés que conseguir toda la información en el menor tiempo posible, estas cosas son así, son las reglas del juego, juego del que ahora sos parte. La película hoy es un bum, todo el mundo la vio, en algunos casos más de una vez, y de repente mañana, nadie se acuerda.

Tenemos que aprovechar el momento antes de que a la gente le de esa especie de “amnesia repentina” que provoca la vorágine de vivir en estos tiempos. Vos verás cómo, esta es tu oportunidad, tu proyecto. Tenés que cuidarlo, defenderlo, desarrollarlo y sobre todo entregárnoslo terminado a tiempo. No te pido nada más

A menos…”, le dijo Martín mirándola fijamente y haciendo una pausa que a Ivana le pareció interminable

“¿A menos que?”, le preguntó Ivana intuyendo la respuesta.

“Este proyecto no es fácil”, le respondió el usando un tono casi paternal. “No sabemos muy bien donde estamos pisando ni con que nos vamos a encontrar. Quizás no te sientas cómoda con este proyecto, la presión es mucha. Si es así no hay problema.

Pensé en vos”, prosiguió Martín, tratando de suavizar un poco la situación, “porque tuvimos una charla y me dejaste muy en claro que querías una oportunidad. Pero si te parece que no pod...”

“Martín”, interrumpió Ivana utilizando un tono muy serio e imperativo. “Te consta que trabajo muy bien bajo presión. Así que quédate tranquilo que voy a sacar algo muy bueno de todo esto.”

“Confío en vos Ivana. Una o dos cosita más que tenía que decirte… mmm”. Martín se rasco la cabeza tratando de buscar lo que tenía que decirle a Ivana. “Si”, dijo, “le pedimos a la gente de la distribuidora la “famosa película” y creo que hay alguna más de esta mujer que ellos tienen. Mi secretaria va a alcanzarte los DVDs así los ves como para que tengas material.”

Muy bien, le dijo Ivana, los veo y también voy a buscar algo en Internet a ver que se dice de esta señora. Me dijiste que se llamaba… le pregunto Ivana.