V.S. Naipaul - Entre los creyentes: un viaje por el islam

Quiso la casualidad que después de Una casa para el señor Biswas escribiera dos obras de ensayo casi seguidas. Y a partir de entonces me acostumbré a alternar los dos géneros. Antes de terminar Una curva en el río me habían pedido que fuera a pasar una temporada en la Universidad Wesleyana de Connecticut. La idea me atraía. No hacía mucho me habría gustado escribir grandes artículos tras un libro agotador, por los viajes y la remuneración, pero esa forma de pensar había quedado atrás, y la idea de no hacer prácticamente nada en un entorno nuevo tenía más atractivo que machacarme el cerebro, ya fatigado, para escribir artículos. Y me rondaba otra idea. Una curva en el río era un lugar sin ley. Pensé en la diferencia que supondría encontrar un sitio atenazado por las leyes. No descubrí semejante sitio.

Pero antes de que acabara mi estancia en Connecticut se produjo la revolución islámica en Irán, que me dio la idea para un nuevo libro de ensayo. Podría decirse que era lo que andaba buscando. Me obligó a viajar durante siete meses. Amplió mi manera de aprender a moverme. Fue una época sumamente provechosa. No siempre resultó fácil dar con personas que me orientasen y me abriesen camino. Al principio lo intenté en los periódicos, pero no siempre funcionó; en los periódicos tenían mucho trabajo, y un día una ronca voz australiana puso punto final a esta manera de ir por mi cuenta.

En un país me vi tan perdido que envié un telegrama a un amigo de Inglaterra que había ocupado un puesto diplomático en ese país. Él me contestó con gran cortesía y me dio un nombre, el de un joyero que resultó ser la clave del país. No seguí ninguna norma concreta para entrar en los sitios, y supongo que eso contribuyó a conferir al libro variedad y un carácter realista.

El libro fue un viaje de exploración en todos los sentidos. El único islam que yo conocía era el que había visto de niño en la ciudad rural de Trinidad en la que viví con la extensa familia de mi abuela. Lo que vi entonces fueron los signos puramente externos. El libro no solo recoge el viaje, sino la profundización en mi conocimiento, algo que también contribuye a su carácter. Recoge las circunstancias en las que lo acometí, y su intención es que el lector siga paso a paso el conocimiento adquirido por el autor. El libro no empieza con ese conocimiento.

En tiempos pasados la historia del mundo ha consistido, por así decirlo, en una serie de episodios sin relación entre sí, cuyos orígenes y consecuencias son tan distintos como sus localizaciones, pero a partir de ahora la historia se ha transformado en un todo orgánico: los acontecimientos de Italia y África están vinculados a los de Asia y Grecia, y todos los sucesos mantienen una relación y contribuyen a un único fin.

P OLIBIO (muerto en 118 a. C.), sobre el ascenso de Roma

Pero no era solo en la poesía en lo que yo destacaba. Me daba mucha maña con la mecánica, y varios inventos míos eran muy admirados en la corte. Ideé una rueda de movimiento continuo, que solo necesita un pequeño complemento para que gire eternamente. Fabriqué diversas clases de papel coloreado;inventé un nuevo tipo de escribanía,y llevaba muy buen camino de fabricar tela cuando me lo impidió su majestad, que me dijo: «Asker, limítate a la poesía. Cuando quiero telas,mis mercaderes las traen de Europa».

J AMES M ORIER , The Adventures of Hajji Baba of Ispahan (1824)