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T. Christian Miller - Creedme

Aquí puedes leer online T. Christian Miller - Creedme texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 2018, Editor: ePubLibre, Género: Detective y thriller. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

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T. Christian Miller Creedme

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Prólogo

PRÓLOGO

por Patricia Simón

Si no todas, casi todas las mujeres nos hemos planteado cómo reaccionaríamos en caso de violación. Si es mejor defenderse con uñas y dientes, o si deberíamos huir por todos los medios. O, quizá, permanecer en estado inerte para que todo pase cuanto antes. Es un diálogo interno que comienza pronto, normalmente en la adolescencia, cuando empezamos a salir solas al mundo. Y, sobre todo, de noche; ese espacio físico —más que temporal— donde las calles nos gritan que no son nuestras, incluso en tiempos de paz.

El pensamiento desaparecerá al cruzar el portal, pero el monólogo regresa implacable cuando hay noticias de una violación o de un feminicidio, cuando viajamos solas por países inseguros o cuando escuchamos unos pasos a nuestra espalda sin testigos en el horizonte.

Nuestra sociedad apenas ha prestado atención a este soliloquio, pese a que tantas mujeres lo compartamos. Como respuesta, nos llega que las mujeres violadas buscan atención por falta de autoestima o algún trauma arrastrado; que solo pretenden tapar el arrepentimiento tras una noche salvaje; que persiguen destruir la vida a un hombre; que quizá todo sea una mala pasada de la memoria, las drogas o el alcohol… Como si no hubiese motivos para sentirnos así.

Creedme es una buena noticia porque, en su reconstrucción de los hechos, une los puntos entre tantos soliloquios. Nos muestra que, detrás de nuestros pensamientos, hay lógicas culturales, históricas y sociales muy concretas.

Es una buena noticia porque, frente al relato tradicional de las mujeres violadas como guardianas de su vergüenza, encerradas en silencio, velando su desgracia, demuestra que la mayoría de las mujeres no quieren ni pueden dejarse caer en el boquete del miedo, la desconfianza, la culpabilidad y la tristeza.

Es una buena noticia porque nos enseña que si una víctima se tambalea —cosa comprensible si atendemos a las miradas escépticas, a los contrainterrogatorios, a las extenuantes pruebas físicas, a la falta de formación de quienes atienden—, existe una red de personas (casi siempre mujeres) dispuesta a partirse la cara por ella y no rendirse.

Es un libro útil porque nos explica qué les sucede a las víctimas durante y después de una violación. Muchas mujeres sufren disociación y amnesia, una estrategia de autodefensa de la mente para protegerse de lo que está viviendo. Un estudio del Instituto Karolinska de Suecia demostró que el 70 % de las víctimas de violación había sufrido algún tipo de parálisis. De ahí, por ejemplo, que los recuerdos a veces no sean nítidos. O que incluso se contradigan.

También es un libro bienvenido porque nos enseña que la amplitud de miras en el trabajo sanitario, policial o judicial no solo ayuda a resolver casos, sino también a reinstaurar en las personas la sensación de justicia. Que pese al lastre histórico que arrastramos, seguimos avanzando en la conquista y el ejercicio de derechos.

Y esta crónica larga es también una buena noticia para un ámbito tan famélico de ellas como es el periodismo. Creedme bien podría presentarse ante un hipotético tribunal sobre el estado del periodismo como evidencia de lo necesario que sigue siendo este arrugado, maltratado, charlatán e insustituible oficio. Ninguno de los gobiernos de las últimas décadas en los Estados Unidos podría defender su gestión protegiendo a las víctimas de violación ante las evidencias recogidas por los dos autores de este libro.

T. Christian Miller y Ken Armstrong, pese a trabajar en distintos proyectos cuando se enteraron de que perseguían la misma historia, indagaron conjuntamente y no compitieron por el acceso a las fuentes. Es un buen ejercicio de generosidad profesional.

Pero, sobre todo, Creedme es importante porque llega poco después de uno de los mayores traumas sufridos por las mujeres españolas en nuestra historia reciente: el caso de La Manada. En 2018, la Audiencia de Navarra resolvió que la condena a cinco hombres que asaltaron a una joven durante los Sanfermines de 2016 sería por abuso sexual y no por violación, ya que no contemplaron violencia o intimidación en el suceso.

En 2018, en España se denunciaron 1702 agresiones sexuales con penetración. Y una de cada cinco mujeres sufrirá al menos una violación a lo largo de su vida, según el Centro Nacional de Documentación sobre la Violencia Sexual. Amnistía Internacional, en su informe «Ya es hora de que me creas. Un sistema que cuestiona y desprotege a las víctimas» —lo más parecido que hay en nuestro país al libro que tienen entre manos—, explica que estas cifras son solo la punta del iceberg. La inmensa mayoría de los casos no se denuncian porque faltan garantías y confianza. Las investigadoras de Amnistía Internacional también averiguaron que, de haber sabido por todo lo que tendrían que pasar tras presentar la denuncia, muchas supervivientes de violaciones no habrían dado el paso. En España. En 2018.

He mencionado varias razones por las que este libro es una buena noticia, pero también tengo una mala noticia con respecto a él. El tipo de violación que investiga —cometida por un violador en serie, con premeditación, alevosía y ajeno a la víctima—, no es en absoluto la más habitual. Como tampoco lo es la cometida por La Manada.

La mayoría de las agresiones sexuales no se denuncian, entre otras razones, porque a menudo las cometen personas del entorno de la víctima. Normalmente, familiares: el marido, el novio, el padre, un tío, un hermano… Por lo menos, suman la mitad y acontecen cuando las víctimas son aún niñas o adolescentes, según las denuncias recogidas por un informe del Ministerio de Interior en 2018.

La situación es aún más desfavorable en otros países del mundo, donde ser agredida sexualmente puede suponer castigos físicos y hasta la expulsión de la comunidad. O en contextos de guerra, donde la violación se emplea para humillar al enemigo, como si el cuerpo de las mujeres solo fuese otro territorio que conquistar. O en las migraciones, donde muchas mujeres asumen que la violación será parte del peaje.

Las denuncias por violación no acontecen porque las mujeres busquen atención por falta de autoestima o algún trauma arrastrado, porque pretendan tapar el arrepentimiento tras una noche salvaje, porque persigan destruir la vida a un hombre o por una mala pasada de la memoria, las drogas o el alcohol. La violación es una de las manifestaciones más sádicas del patriarcado; una invasión de lo único que nos pertenece realmente: nuestro cuerpo. Y violan en nombre del odio y hasta violan en nombre del amor.

Nos preguntábamos en silencio cómo reaccionaríamos en caso de violación. Luego llegó la sentencia de La Manada, salimos a las calles y nos sentimos fuertes, resistentes; acompañadas por mujeres de todas las edades y procedencias. Decenas de miles de mujeres, a sabiendas de que la propia violación ya es un acto de violencia, sumamos nuestros soliloquios hasta convertirlos en un grito: «Yo sí te creo», «Yo sí te creo». A ellas ya no tendríamos que suplicarles «Creedme».

Título original: A False Report

T. Christian Miller & Ken Armstrong, 2018

Traducción: Miguel Ros González

Prólogo: Patricia Simón

Cubierta: Sobre la ilustración de Adara Sánchez Anguiano

Editor digital: Titivillus

ePub base r2.1

Notas 1Northwest Cable News 16 de agosto de 2008 telediarios de las 1030 y - photo 1
Notas

[1]Northwest Cable News, 16 de agosto de 2008, telediarios de las 10:30 y las 16:30.

[2]KING 5 News, 15 de agosto de 2008, telediario de las 18:30.

[3] «Another Motiveless False Rape Claim Exposed», Community of the Wrongly Accused, 21 de agosto de 2008, falserapesociety.blogspot.com/2008/08/another-motiveless-false-rape-claim.html.

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