Fernando Bermejo Rubio - La invención de Jesús de Nazaret
Aquí puedes leer online Fernando Bermejo Rubio - La invención de Jesús de Nazaret texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 2018, Editor: ePubLibre, Género: Historia. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:
Novela romántica
Ciencia ficción
Aventura
Detective
Ciencia
Historia
Hogar y familia
Prosa
Arte
Política
Ordenador
No ficción
Religión
Negocios
Niños
Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.
- Libro:La invención de Jesús de Nazaret
- Autor:
- Editor:ePubLibre
- Genre:
- Año:2018
- Índice:4 / 5
- Favoritos:Añadir a favoritos
- Tu marca:
- 80
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
La invención de Jesús de Nazaret: resumen, descripción y anotación
Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "La invención de Jesús de Nazaret" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.
La invención de Jesús de Nazaret — leer online gratis el libro completo
A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" La invención de Jesús de Nazaret " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.
Tamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
I. EL JESÚS «MALENTENDIDO»: UNA FICCIÓN ANTIGUA Y MODERNA
Existen pocas ideas más reiteradas en la historiografía al uso que la de que Jesús fue incomprendido. No fue —se dice— un predicador apocalíptico comparable a otros, ni aspiró a una reconstitución nacional de Israel, ni quiso que sus discípulos estuvieran armados, ni su mensaje del reino tenía implicaciones subversivas para el Imperio romano, ni albergó pretensiones regiomesiánicas, ni fue ejecutado por estas razones. Todo ello —sostiene la visión estándar— no es más que el resultado de la incomprensión de sus discípulos, y en general de sus contemporáneos, incapaces de entender la «significación profunda» de sus palabras. Desde Oscar Cullmann a James Dunn, desde Rudolf Bultmann a Mircea Eliade, la idea es repetida por cientos de exégetas y teólogos, y por otros muchos autores en su estela.
A todas luces, la perspectiva emic y la conciencia ingenua se dan por satisfechas con esta «explicación». Al fin y al cabo, el malentendido es un fenómeno corriente en la comunicación humana, lo que parece prestar verosimilitud a la idea de que se produjo en tal medida con Jesús. Además, la idea se reitera con frecuencia en los propios evangelios. En Marcos, los discípulos son presentados, una y otra vez, como un grupo que no entiende lo que su maestro es, dice y hace. Son incapaces de comprender las parábolas (Mc 4,10.13) y también los milagros: el narrador afirma que «no habían comprendido lo sucedido con los panes, sino que su corazón estaba embotado» (Mc 6,52); el propio Jesús reprocha a sus discípulos que no entiendan y tengan «encallecido el corazón» (Mc 8,17).
Existen, sin embargo, problemas insuperables en tal pretensión. Para empezar, la presencia de ese mecanismo en los evangelios, con su presentación tan poco halagüeña de los discípulos, se desvela fácilmente como una estrategia literaria de corte apologético. Nótese que las referencias no son a una incomprensión puntual —no puede descartarse que Jesús se hubiera expresado en ocasiones de forma críptica— o privativa de uno o dos sujetos particularmente obtusos, sino a un fenómeno recurrente relativo a un grupo: se dibuja una estupidez colectiva.
Un segundo argumento que confirma la falta de fiabilidad histórica de esa presentación de la relación entre Jesús y sus discípulos es que resulta incongruente con el resto de los relatos evangélicos. Aunque de las fuentes se sigue que Jesús debe de haber tenido una fuerte personalidad y quizás algunas ideas idiosincrásicas —por lo que no puede excluirse que hubiera algunas diferencias entre él y (algunos de) sus discípulos, como probablemente las hubo en el seno del propio grupo de estos—, establecer un profundo abismo entre él y sus discípulos es del todo implausible. Si, como todo indica, Jesús fue el líder y maestro de su grupo, sus directrices debieron de ser seguidas. Fue él quien eligió a sus miembros, quien los mantuvo como colaboradores a través de su actividad pública y quien los envió a predicar el mensaje que deseaba transmitir, de modo que debe de haberse asegurado de que no eran demasiado obtusos y de que habrían entendido suficientemente bien las ideas que quería comunicar. Jesús confió en sus discípulos como transmisores fiables de su proclamación, y estos deben de haberle entendido, tanto más cuanto que parecen haberle escuchado con frecuencia. Por consiguiente, al menos mientras Jesús estuvo vivo y pudo mantener el control sobre el grupo, lo que los discípulos pensaron e hicieron debe de haberse correspondido en líneas generales con sus propios objetivos y expectativas.
En tercer lugar, la falta de plausibilidad de la pretensión se transparenta cuando se presta atención al contenido del mensaje. Obsérvese que la idea del malentendido no se refiere a la incomprensión respecto a pronunciamientos aislados relativos a algún punto espinoso, sino a las cuestiones claves y centrales de su mensaje. Ahora bien, la pretensión de que Jesús fue incomprendido es concebible únicamente en el contexto de un grupo religioso que lo venera, y que por tanto consideraba que su predicación estaba caracterizada por una sabiduría insondable y una sutileza espiritual sin parangón, que acuñó significados inauditos, lo cual es precisamente lo que podría dificultar su comprensión.
El carácter insostenible de la noción apuntada se ve concluyentemente corroborado por el hecho de que puede ser objeto de una reducción al absurdo, y de varios modos. Por una parte, si fuera cierto que Jesús fue malentendido en aspectos clave de su predicación, ello implicaría que fue un maestro extraordinariamente incompetente, que no supo transmitir sus ideas de forma clara ni siquiera a quienes él mismo había elegido como discípulos. Además, también implica que estos serían un hatajo de inútiles, incapaces de entender y de obtener explicaciones de su maestro; de hecho, serían también personas llamativamente irresponsables, pues habrían seguido a alguien cuyas enseñanzas y propósitos no entendían. La idea de un Jesús didácticamente inepto rodeado de un grupo de discentes torpes debería ser profundamente turbadora, pero es el corolario inevitable de la noción del «malentendido».
Por otra parte, hay algo, si cabe, aún más revelador. Lo que, según los evangelistas y tantos estudiosos modernos, los discípulos habrían malentendido se refiere a enseñanzas cuya malinterpretación podría tener consecuencias fatales en un contexto de dominio imperial romano. Si Jesús no quiso ser rey en un sentido davídico, pero permitió que sus oyentes creyeran que sí tenía esa aspiración, habría suscitado en ellos esperanzas que no solo él sabía que no estaban llamadas a cumplirse, sino que podrían suscitar cursos de acción que las tropas romanas reprimirían, presumiblemente de forma violenta. Algo similar cabe decir de su aclamación como pretendiente regio en la llamada «entrada triunfal» en Jerusalén. Del mismo modo, si se postula que tuvo lugar un diálogo de Jesús con sus discípulos en el que este les ordena adquirir espadas y que se termina abruptamente (Lc 22,35-38) y por tanto sin ulterior clarificación —por ejemplo, de que él solo estaba hablando de forma metafórica—, el galileo habría permitido que sus discípulos le malentendiesen y adquiriesen espadas reales, pero con ello habría podido exponerlos a la represión de las autoridades. Si se aceptan las pretensiones al uso, Jesús no solo habría creado confusión entre sus discípulos, sino que habría permitido conscientemente que emprendieran acciones que desembocarían tanto en decepción como en represión por parte de Roma. Dicho de otro modo, el equívoco sobre las expectativas de Jesús podía tornarse con facilidad en una cuestión de vida o muerte. Siendo así, suponer que el galileo habría suscitado expectativas que divergían de sus verdaderas intenciones —o no aclarar estas lo suficiente— raya en lo increíble, además de que lo convierte en un irresponsable carente de todo escrúpulo moral. Aunque no hay razón alguna para que el historiador extraiga estas conclusiones, son paradójicamente las que se siguen de la idea de que Jesús no fue entendido, la cual es en última instancia autodestructiva.
En suma, la pretensión de que Jesús fue malentendido por sus seguidores es desvelada por el examen crítico como un dispositivo apologético, privado de realismo, histórica y psicológicamente implausible y aun rayano en el absurdo. Que pueda seguir siendo utilizado por doquier en la actualidad en el ámbito académico prueba la dependencia de gran parte de la presunta «investigación histórica» con respecto a arraigadas ficciones religiosas, así como el carácter insostenible de tantas reconstrucciones del predicador galileo.
II. ¿REDEFINIÓ JESÚS EL CONCEPTO DE LA REALEZA? LA INVEROSIMILITUD DE UN CLICHÉ
Tamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
Libros similares «La invención de Jesús de Nazaret»
Mira libros similares a La invención de Jesús de Nazaret. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.
Discusión, reseñas del libro La invención de Jesús de Nazaret y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.