Índice
Presentación
Estudio introductorio
El pensamiento geoestratégico de Jaime Mendoza
por Ignacio Mendoza Pizarro
Bibliografía mínima de Jaime Mendoza
Bibliografía sobre Jaime Mendoza
Sobre esta edición
EL FACTOR GEOGRÁFICO EN
LA NACIONALIDAD BOLIVIANA
[1925]
Líneas iniciales
El factor geográfico en la nacionalidad boliviana
I. Los Andes continentales. El eslabón andino central. El Macizo Boliviano y sus rasgos principales.
La Altiplanicie. Las cordilleras.
La zona hidrográfica. El clima
II. Datos geológicos. Historia geogénica del Macizo Boliviano. Su estructura y configuración actuales
III. EL ESLABÓN COMO UNIDAD GEOGRÁFICA
IV. El eslabón andino y el hombre. Consideraciones sociogeográficas. La prehistoria.
Tihuanacu y la época preincásica. La época incásica.
El coloniaje. La Guerra de la Independencia. La República
V. Los aymaras
VI. Los incas
VII. El Alto Perú
VIII. La Guerra de la Independencia
IX. La República
X. Los DEFECTOS GEOGRÁFICOS CON QUE NACIÓ BOLIVIA.
¿QUIÉNES LOS RESPONSABLES? LA SUPERVIVENCIA DE ESTA NACIÓN A PESAR DE ELLOS. RASGOS HISTÓRICOS. DEDUCCIONES
XI. Rasgos históricos
XII. Bolivia en el presente
XIII. El porvenir. La importancia del Macizo Boliviano en el porvenir. El verdadero concepto de la nacionalidad.
Las ocasiones para consolidarla que perdió Bolivia. El peligro chileno en el porvenir
XIV. LA TESIS DEL “CONGLOMERADO” LAS IDEAS DEL SEÑOR BADÍA MALAGRIDA. SU EXAGERACIÓN. BOLIVIA ESTÁ EN EL MISMO CASO DE LOS DEMÁS PAÍSES ANDINOS.
RECAPITULACIÓN GEOGRÁFICA, GEOLÓGICA, HISTÓRICA
XV. Líneas finales
EL MACIZO BOLIVIANO
[1935]
I. Visión de conjunto
II. La Altiplanicie
III. Las cordilleras circundantes de la Altiplanicie
IV. El Macizo de Yungas
V. El Macizo de Charcas
VI. Las hoyas
VII. Conclusión
APÉNDICES
I. Bolivia
II. Las grandes vías continentales
III. La ruta diagonal suramericana
IV. Nuestra luz
V. El advenimiento de la nacionalidad boliviana
VI. Mandepo
VII. La raza que se va
VIII. Algo sobre geología boliviana
IX. Visión heroica
X. Nota final
Presentación
La Biblioteca del Bicentenario de Bolivia
Alvaro García Linera
Uno de los principales problemas en la formación educativa de los estudiantes tanto de nivel secundario como universitario es, por decirlo de alguna manera, su relacionamiento conflictivo con los libros; es decir, la dificultad que tienen para apropiarse de la información y el conocimiento universal depositado en el soporte material de los textos impresos.
A lo largo de mi trabajo académico universitario, he podido detectar diversos componentes de esta relación conflictiva. Uno de ellos, el débil hábito de la lectura o, en otras palabras, el rechazo, la negativa o resistencia del estudiante para dedicarle tiempo, esfuerzo, horas y disciplina a su acercamiento con el conocimiento, de manera sistemática, rigurosa y planificada. La tendencia a buscar el resumen rápido en vez de esforzarse por sumergirse en la narrativa del texto, a copiar del compañero en vez de escudriñar la estructura lógica o los detalles de la argumentación de la obra, es mayoritaria. Se trata de una ausencia de paciencia y disciplina mental, y, a la larga, de una falta de aprecio por el trabajo intelectual, que hace que el estudiante se aproxime al conocimiento universal en distintas áreas -ciencias naturales, ciencias exactas y ciencias sociales- de una manera superficial, mediocre y poco rigurosa.
Un segundo problema es la falta de comprensión de lo que se lee, la carencia de métodos para una lectura que posibilite encontrar el núcleo argumental y sedimentar en el cerebro el conjunto de información, procedimientos y resultados que están presentes en los libros e investigaciones. Por lo general, la capacidad de comprensión -e incluso de retención- de lo leído es bajísima. Eso significa que además del ya reducido esfuerzo que el estudiante promedio despliega en la lectura, gran parte del mismo resulta inútil porque ni siquiera consigue aprehender el núcleo argumental de lo planteado o escrito por el autor.
Estos son problemas estructurales que se arrastran desde la formación educativa escolar y que, por tanto, requieren de una transformación igualmente estructural de la formación educativa básica, de la disciplina educativa, de la facultad para construir lógicamente los conceptos y de la inculcación de hábitos duraderos de investigación y métodos de estudio.
Otro problema que también se presenta en la formación educativa de los colegiales y, en particular, de los universitarios, tiene que ver con el acceso a la información y documentación, y a la disponibilidad de las publicaciones a fin de poder acceder a los conocimientos que nos brindan.
Ciertamente existen libros útiles y libros irrelevantes. Sin embargo, no cabe duda de que el texto escrito -ya sea bajo el soporte material de impresión (libro impreso) o de información digitalizada (libro digital)- representa, en la actualidad, el lugar fundamental de preservación del conocimiento que los seres humanos han sido capaces de producir en los últimos cinco mil años de vida social. En todo caso, esto no niega la presencia de otros soportes de información como el que se encuentra, por ejemplo, en el cuerpo, en la experiencia; mas, aun así, la única manera de universalizar y socializar ese conocimiento e información sigue siendo el texto escrito: el libro.
El conocimiento, en calidad de bien común universal y no únicamente como sabiduría local, tiene su base material en los libros; desafortunadamente, el acceso a ellos no es siempre universal. Por ejemplo, en nuestro país, dado que generalmente los textos de mayor referencia en el campo académico son de edición extranjera, gran parte de ellos tienen costos elevados o son de difícil acceso para los estudiantes. Adicionalmente, nuestras bibliotecas poseen obras editadas décadas atrás y, muy excepcionalmente, de relevancia para la formación académica. Por otro lado, nuestras librerías presentan una limitada disponibilidad de obras producidas en el extranjero (no más de 20 ejemplares por cada título), cuyos únicos destinatarios se convierten en un grupo de expertos; mientras que, en el caso de las obras editadas en Bolivia, aquellas a las que se tiene acceso no siempre son las más adecuadas o necesarias para la formación educativa estudiantil. Entonces, las dificultades que tienen los alumnos para acceder de manera directa a las publicaciones e investigaciones más relevantes, recientes, sólidas y mejor elaboradas, que les permitan potenciar su formación académica en las diferentes áreas de estudio, son notorias.
Con tristeza he podido atestiguar, en la universidad, que parte de la autoridad académica de algunos profesores, lejos de sostenerse en su capacidad intelectual o didáctica -y mucho menos en su capacidad de síntesis o investigación-, se sustenta en la mezquindad o el monopolio del acceso a ciertos libros necesarios para su materia. He visto a profesores facilitar a sus alumnos simplemente algunos capítulos de una obra importante, preservando para sí el resto a fin de poder contar con un mayor conocimiento que ellos. De hecho, algunos profesores conservan su autoridad académica y su puesto no -como se podría esperar- gracias a su mayor capacidad de conocimiento e investigación, sino porque básicamente restringen o conservan el monopolio de tal o cual investigación y/o publicación, que difunden a sus estudiantes de manera selectiva (a cuenta gotas) y no en su plenitud.
¿Cómo ayudar a superar estos límites de la formación académica estudiantil y universitaria? ¿Cómo facilitar el acceso de los estudiantes a las publicaciones más importantes, de manera rápida, fácil y barata, para que coadyuven con su formación intelectual y académica? ¿Cómo inculcarles la idea de que un buen alumno no depende de su capacidad adquisitiva para la compra de determinados libros o de la buena voluntad del profesor para proporcionarle las respectivas fotocopias, sino de su formación en la construcción de esquemas lógicos, de su capacidad de análisis, síntesis e investigación, y de su capacidad de sedimentación e innovación de las investigaciones y/o aportes realizados en diferentes latitudes del país o del mundo?