1. Fotograma de la película Vértigo
Esa escena del beso es memorable. […] Se tiene la impresión de que Scottie está besando apasionadamente a una mujer muerta de la que sólo se percibe el cabello rubio, casi albino, y el moño en espiral.
2. Fotograma de la película Vértigo
De nuevo aparecerá Madeleine recogida en un espejo, de cuerpo entero, rodeada de flores, en la escena magnífica de la floristería…
3. Fotograma de la película Vértigo
… plano último de Scottie con las manos entreabiertas, abrazando el vacío; una escena final de inusitado vigor artístico.
4. Fotograma de la película Vértigo
… la amplia panorámica de la ciudad, en pleno día, acariciada perezosamente por una cámara que se mueve de izquierda a derecha, mientras la banda sonora canta una bellísima melodía profundamente cálida y romántica.
5. Fotograma de la película Vértigo
… Scottie extasiado ante un escaparate de una floristería contemplando un ramillete casi idéntico al de Madeleine y Carlotta Valdés…
6. Fotograma de la película La ventana indiscreta
Vemos al vendedor con un impermeable de color negro, con su sombrero blanco y el maletín en la mano. Lo vemos saliendo de su apartamento, saliendo del pasillo del inmueble, atravesando la calle, volviendo otra vez a su casa.
7. Fotograma de la película Psicosis
… Lo siniestro invade al final todo el film al enfrentarnos con la imagen terrible de la locura de Norman Bates (una escena verdaderamente estremecedora).
8. Fotograma de la película Vértigo
Hay un momento en que la cámara capta desde arriba del tejado, en picado, a Scottie agarrado del canalón, y el rascacielos empinado hacia el fondo del abismo: una imagen que hace pensar en la imposibilidad (o en la alta improbabilidad) de su salvación.
9. Fotograma de la película Vértigo
El rescate de Scottie, subiendo por el malecón del embarcadero, con el cuerpo yacente de Madeleine en sus brazos, con un cielo que comienza a ensombrecerse y, sobre todo, con el impactante puente Golden Gate de fondo es de una belleza sublime y sobrecogedora.
10. Fotograma de la película Vértigo
Scottie le sigue los pasos y comprueba que se dirige a un hotel, el hotel Empire. Poco después aparece en un amplio ventanal del cuarto piso. Se le ve casi de cuerpo entero debido a la amplitud del ventanal, dando una sensación de inseguridad que evoca el vértigo.
11. Fotograma de la película Vértigo
Va sacando sus vestidos con el fin de colocarlos en la maleta. Vemos cómo se interrumpe para palpar el traje gris que había utilizado en sus correrías del primer día desempeñando el papel de Madeleine. Toca el vestido y se detiene. Está recordando.
12. Fotograma de la película Vértigo
Pero lo interesante es que Judy descubre la desviación de la mirada de Scottie y, sin concurso de diálogo, comprende exactamente lo que sucede.
Primera parte
LA ESPIRAL DE LA PASIÓN
Segunda parte
LA PELÍCULA VÉRTIGO
Introducción
Este texto tuvo su origen en una invitación que me hicieron Jordi Balló, director del ciclo «Cinema i Pensament», y Jaume Casals, director del Institut d’Humanitats, para que inaugurara esas lecciones con una conferencia sobre Vértigo (Vertigo, 1958) de Hitchcock. La ocasión era la celebración del centenario del cine. La propuesta consistía en revisitar mi ensayo, escrito en 1982, dedicado a esta película, incluido en la parte central de mi libro Lo bello y lo siniestro (un ensayo que lleva por título «El abismo que sube y se desborda»).
Jaume Casals es testigo de que, al principio, presenté franca resistencia a la propuesta. Hacía bastantes años ya de aquella incursión aventurera en el ámbito cinematográfico. Y para colmo se había enfriado en los últimos tiempos, bastante sensiblemente, mi afición al cine. Además, hacía también tiempo (dos o tres años, quizá) que no había visto Vértigo. Y hasta me parecía que mi afición por su director, Hitchcock, se había vuelto más tibia.
Tenía, además, verdaderos deseos de cambiar de aires intelectuales. En la última década me había centrado sobre todo en temas estrictamente filosóficos; sólo en los últimos años había alternado éstos con incursiones en el ámbito de la filosofía de la religión. Mi libro La edad del espíritu fue el resultado de esta simbiosis de filosofía en sentido estricto y de interés por el abigarrado mundo de las religiones mundiales.
De pronto se me pasó por la cabeza, como una ráfaga, la idea de recrear antiguos esbozos, o de desplegarlos hasta el final. ¿Por qué no dedicaba ahora parte de mi esfuerzo y mi interés en desarrollar ensayos que, al formularlos por vez primera, tenían todas las trazas de un proyecto de reflexión tan sólo iniciado?
Pero la prueba de fuego consistió en volver a ver la película Vértigo de Hitchcock. Y esa visión fue decisiva, ya que el impacto que me produjo siempre esta película, desde que a los dieciséis años la vi por primera vez, se reprodujo ahora (ahora que ya rebaso con generosidad la cincuentena). Fue, una vez más, un amor al primer golpe de vista. Y me puse manos a la obra. Prepararía, en primer lugar, el texto de la conferencia, que en caso de salirme correctamente me serviría de borrador para el libro que pensaba ponerme a escribir.
El resultado de este incidente es el libro que el lector tiene entre manos. Con él inicio quizá una suerte de ensayo que desarrolle esbozos que fui avanzando en libros anteriores, algunos muy alejados ya en el tiempo. En este caso, el ensayo central de Lo bello y lo siniestro. Como podrá comprobar el lector, no me aparto sustancialmente de las líneas maestras de ese ensayo. Pero añado detalle y concreción a lo que, entonces, sólo fue un delineamiento general de la interpretación que aquí despliego.
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