Una breve biografía del famoso actor de Nueva Jersey. Tan breve, que no te llevará más de una hora terminar con ella. Resulta curioso que lograra triunfar en el mundo de la interpretación porque era tartamudo hasta los 17 años. Tardó bastante en obtener su primer éxito: la serie televisiva Luz de Luna, a mediados de los ochenta (1985-1989) . Justo después llegaría el segundo, el que le dio la fama en el ámbito de la pantalla grande: Jungla de Cristal (1988).
El libro abarca su filmografía hasta 1994.
• Lo bueno: gran número de fotografías. Ideal para los que quieran una lectura rápida y amena, sin entrar en demasiados detalles.
• Lo malo: las imágenes conforman el ingrediente principal, por lo que te decepcionará si buscas una biografía densa. Sólo llega hasta 1994, de modo que ni siquiera posee información sobre Jungla de Cristal III (1995).
Principalmente habla de las sinopsis de los filmes.
LOS COMIENZOS
A más de uno sorprenderá saber que Bruce Willis, con su aspecto genuinamente americano, nació, sin embargo, en Alemania un 19 de marzo de 1955. Pero no, no se trata del clásico emigrante del Viejo Mundo que realiza en Estados Unidos el sueño americano. David, el padre de Bruce, era uno de los muchos militares norteamericanos que estaban destinados en las bases de su país en Alemania. Precisamente allí conoció a Marléne, la que sería su mujer y madre de Bruce. En cualquier caso, el pequeño Bruce permaneció poco tiempo en suelo europeo. A los dos años regresó con su familia a Estados Unidos. Los Willis se instalaron en Pens Grove, en el estado de New Jersey, de donde provenía el cabeza de familia.
Bruce cuenta que su primer contacto con el mundo del espectáculo tuvo lugar cuando era un crío; no levantaba ni medio palmo del suelo y ya estaba dando guerra en funciones del colegio, aunque no me hacían mucho caso porque tartamudeaba demasiado. El problema del tartamudeo lo padeció Willis entre los diez y los diecisiete años, y él lo explica, quizá de un modo demasiado dramático, como miedo al mundo, a mi lugar en el mundo. Willis fue desarrollando poco a poco su capacidad Interpretativa en el Departamento de Arte Dramático del Montclair State College. Allí, en 1977, representó uno de los personajes de la obra Heaven and Earth.
A los dieciséis años, Bruce sufrió un duro golpe: sus padres se separaron. Un año más tarde se Independiza. A partir de ese momento aprenderá a sacarse las castañas del fuego por sí mismo. Se marcha a Nueva York y, a la vez que acepta empleos de camarero o de modelo publicitario en un anuncio de los vaqueros Levis 501, da sus primeros pasos en el mundo de la música, el teatro y, cómo no, el cine. Con la guitarra o la armónica acude a tocar en recitales pacifistas. También comienza a introducirse, con pequeños papeles, en el off Broadway. En los primeros tiempos de su etapa neoyorquina Bruce vive en un pobre quinto piso de una casa sin ascensor. Debe luchar allí contra unos pequeños aunque molestos enemigos: las cucarachas.
En 1980, con veinticinco años, Willis hace su primera y fugaz aparición en una película, El primer pecado mortal (The first deadly sin), donde también actuaban Frank Sinatra y Faye Dunaway. Siguieron a esta otras pequeñas intervenciones en El príncipe de la ciudad (Prince of the city) y Veredicto final (The veredict), a las órdenes del veterano director Sidney Lumet. También le encargan un pequeño papel en la serie de televisión Corrupción en Miami (Miami vice).
Su mayor éxito en el teatro lo obtiene en 1984, cuando, en la obra de Sam Shepard Fool for love, ha de sustituir inesperadamente al actor que encarna el personaje principal. Su interpretación recibe muchas alabanzas y llegará a hacer hasta cien representaciones. Frente a estos primeros triunfos en su carrera como actor, no faltan tampoco las decepciones para Willis. En una ocasión le llaman para una prueba de casting del film Buscando a Susan desesperadamente. Willis es rechazado en esta película que supuso el primer éxito cinematográfico de la cantante Madonna. Como el mismo actor reconoce, me deprimí bastante.
Y, de pronto, sucede algo inesperado. La productora de la serie televisiva Luz de luna (Moonlighting) organiza unas pruebas de selección del intérprete que dará vida al personaje de David Addison, el protagonista principal. No parece fácil que Willis vaya a ser escogido entre los más de tres mil candidatos al papel. Sin embargo… él es el elegido, a pesar de que asegura que hizo una prueba desastrosa. El actor reconoce la importancia de aquel momento y, a la vez, el riesgo que corría: Era la oportunidad que todo principiante desea y normalmente suele acabar en disgusto: bien porque te echan y te sustituyen, bien porque la televisión te quema y no te llaman para otras cosas. En el caso de Willis no hubo disgusto, sino todo lo contrario. Luz de luna, que comienza a emitirse en la televisión americana ABC en marzo de 1985, fue un enorme éxito, y Bruce permaneció en ella durante cuatro años.
La clave de la buena acogida la ve Willis en la actitud de los productores y de cuantos intervenían en la serie: Nuestra actitud era: «Hagamos algo realmente bueno, un espectáculo con calidad, y si ello supone gastar algo más de dinero y de tiempo, ¿por qué no hacerlo?». La industria televisiva estaba dominada por el miedo pero el resultado nos dio la razón. Una vez terminó la serie, Willis se mostró contundente en lo que se refiere a su futuro en el medio televisivo: Si de mí depende, Luz de luna será lo último que haga para televisión en mucho tiempo. He explorado este medio tanto como me interesaba.
Cybill Shepherd fue la principal compañera femenina de Willis en la serie. La actriz, que se había revelado en la aclamada película de Peter Bodganovich The last picture show, conocía por aquel entonces momentos bajos en su carrera. Luz de luna serviría al propósito de levantarla. Se habló de que ella y Willis tenían frecuentes discusiones en el plato. El actor quita hierro a este tipo de comentarios: