Al-Andalus contra España
L A forja del mito
«Fanjul ha hecho añicos en Al-Andalus contra España La idea de una sociedad musulmana refinada, pacífica y culta que fue doblegada por unos cristianos caracterizados por el salvajismo y la barbarie […] desmonta la imagen idealizada de al-Andalus como tierra de tolerancia y de convivencia entre las tres culturas y las tres religiones monoteístas.»
María Antonia Martínez, Revista de Libros
Fruto del Romanticismo literario se desarrolla en el siglo XIX la mitificación de al-Andalus. Desde entonces, dos imágenes por igual hipertrofiadas tienden a representar en exclusiva esta faceta de la Historia de España. Y si bien hoy nadie sostiene en serio que ignorancia, despoblación y desertización africanas fueran el corolario inevitable de la invasión musulmana, por el contrario —y por razones muy del momento— sí subsiste una corriente publicística que no se contenta con embellecer en su magín los surtidores del Generalife con bancos o jardines de hace cuatro días, inconsciente del daño que a la propia comprensión han perpetrado los malos poetas y va mucho más lejos, manteniendo que un al-Andalus superior, refinado y culto sucumbió ante unos cristianos bárbaros, ignorantes y torpes. La idealización maurófila, al retomar para la Hispania musulmana dos de los mitos más caros al eurocentrismo (el del Buen Salvaje y el del Paraíso Perdido), trasluce una actitud que se sale del terreno del análisis racional de la sociedad y de la Historia y se hunde en el de la fe o las creencias religiosas.
Serafín Fanjul es Catedrático de Literatura Árabe en la Universidad Autónoma de Madrid, autor de La quimera de al-Andalus (Siglo XXI, 2004), así como de diversos estudios literarios (Literatura popular árabe, Canciones populares árabes y El mawwal egipcio) y de varias traducciones de obras cimeras de la literatura árabe (Libro de los avaros de al-Yahiz, A través del islam de Ibn Battuta, Maqamas de al-Hamadani o Descripción general de África de Juan León Africano); también ha publicado un libro de relatos breves (El retorno de Xan Furabolos} y dos novelas (Los de Chile y Habanera de Alberto García).
AL-ANDALUS CONTRA ESPAÑA
La forja del mito
SERAFÍN FANJUL
Presentación de
MIGUEL ÁNGEL LADERO QUESADA
SIGLO XXI
Siglo XXI de España Editores, S.A.
Siglo XXI de Argentina Editores
Primera edición, septiembre de 2000
Segunda edición ampliada, enero de 2002
Tercera reimpresión, febrero de 2005
© SIGLO XXI DE ESPAÑA EDITORES, S. A.
Príncipe de Vergara, 78. 28006 Madrid
© Serafín Fanjul García
DERECHOS RESERVADOS CONFORME A LA LEY
Impreso y hecho en España Printed and made in Spain
Diseño de la colección: Sebastián y Alejandro García Schnetzer
Ilustración de cubierta: Combate entre un musulmán y un cristiano. Museo de
Mallorca. Procedente de Historia de España Menéndez Pida!, tomo VII-2 (El
retroceso territorial de al-Andalus), coordinado por María Jesús Viguera, Espasa-Calpe, Madrid, 1997.
ISBN: 84 − 323 − 1079 − 4
Depósito legal: M-4.456 − 2005
Fotocomposición e impresión: EFCA, S.A.
Parque Industrial «Las Monjas»
28850 Torrejón de Ardoz (Madrid)
A mi hija Cristina
[De la destrucción de España]
E SPANNA que en ell otro tiempo fuera llagada por la espada de los romanos, pues que guaresciera et cobrara por la melezina et la bondad de los godos, estonces era crebantada, pues que eran muertos et aterrados quantos ella criara. Oblidados le son los sus cantares, et el su lenguage ya tornado es en ageno et en palabra estranna. Los moros de la hueste todos uestidos del sirgo et de los pannos de color que ganaran, las riendas de los sus cauallos tales eran como de fuego, las sus caras dellos negras como la pez, el mas fremoso dellos era negro como la olla, assi luzien sus oíos como candelas; el su cauallo dellos ligero como leopardo, e el su cauallero mucho mas cruel et mas dannoso que es el lobo en la grey de las oueias en la noche. La uil yente de los affricanos que se non solie preciar de fuerga nin de bondad, et todos sus fechos fazie con art et a enganno, et non se solien amparar si non pechando grandes riquezas et grand auer, essora era exaltada, ca crebanto en una ora mas ayna la nobleza de los godos que lo non podrie omne dezir por lengua.¡Espanna mezquina! tanto fue la su muert coytada que solamientre non finco y ninguno qui la liante; laman la dolorida, ya mas muerta que uiua, et suena su uoz assi como dell otro sieglo, e sal la su palabra assi como de so tierra, e diz con la grand cueta: «vos, omnes, que passades por la carrera, parad mientes et veed si a cueta nin dolor que se semeie con el mió». Doloroso es el llanto, llorosos los alaridos, ca Espanna llora los sus fijos et non se puede conortar porque ya non son. Las sus casas et las sus moradas todas fincaron yermas et despobladas; la su onrra et el su prez tornado es en confusión, ca los sus fijos et los sus criados todos rnoriron a espada, los nobles et fijos dalgo cayeron en catiuo, los principes et los altos omnes ydos son en fonía et en denosto, et los buenos conbatientes perdieron se en estremo. Los que antes estauan libres, estonces eran tornados en sieruos; los que se preciauan de caualleria, coruos andauan a labrar con reías et agadas; los uiciosos del comer non se abondauan de uil maniar; los que fueran criados en pannos de seda, non auien de que se crobir nin de tan uil uestidura en que ante non pornien ellos sus pies. Tan assoora fue la su cueta et el su destroymiento que non a toruellinno nin lluuia nin tempestad de mar a que lo omne pudiesse asmar. ¿Qual mal o qual tempestad non passo Espanna? Con los ninnos chicos de teta dieron a las paredes, a los mogos mayores desfizieron con feridas, a los mancebos grandes metiéronlos a espada, los ancianos et uieios de dias moriron en las batallas, et fueron todos acabados por guerra; los que eran ya pora onrrar et en cabo de sus dias echólos a mala fonta la crueleza de los moros; a las mezquinas de las mugieres guardauan las pora desonrrar las, e la su fermosura dellas era guardada pora su denosto «[…]» Toda la tierra desgastaron los enemigos, las casas hermaron, los omnes mataron, las cibdades quemaron, los arbores, las uinnas et quanto fallaron uerde cortaron. Tanto puio esta pestilencia et esta cueta que non finco en toda Espanna buena uilla nin cibdad o obispo ouiesse que non fuesse o quemada o derribada o retenida de moros; ca las gibdades que los alaraues non pudieron conquerir, engannaron las et conquiriron las por falsas pleytesias. Oppa, fijo del rey Egica, arcobispo que fue de Seuilla, andaua predigando a los cristianos que se tornassen con los moros et uisquiessen so ellos et les diessen tributo; e si por uentura ouiesse Dios dellos merced et acorriesse a la tierra, que darien ellos ayuda a los que acorriessen. Et por tal encubierta fueron los omnes engannados, e dieron los castiellos et las fortalezas de las uillas; et fincaron los cristianos mezclados con los alaraues, et aquellos ouieron nombre dalli adelante mocaraues por que uiuien de buelta con ellos, e este nombre et el linnage dura oy en dia entre los toledanos. Los moros por este enganno prisieron toda la tierra; et pues que la ouieron en su poder, crebantaron toda la pleytesia et robaron las eglesias et los omnes, et leuaron todos los tesoros dellos et tod ell auer de la tierra, que non finco y nada sínon los obispos que fuxieron con las reliquias et se acogieron a las Asturias.
(Iª Crónica General de España, I. Pp.312 − 313)