CUANDO EINSTEIN ENCONTRÓ A KAFKA
CONTRIBUCIONES DE LOS JUDÍOS AL MUNDO MODERNO
DIEGO MOLDES
Publicado por
Galaxia Gutenberg, S.L.
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Edición en formato digital: noviembre de 2019
© Diego Moldes González, 2019
© del prólogo: Esther Bendahan, 2019
© Galaxia Gutenberg, S.L., 2019
Imagen de portada: Cafe Louvre, Praga
Conversión a formato digital: gama, sl
ISBN: 978-84-17971-24-3
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Diego Moldes (Pontevedra, 1977) es escritor —ensayista, novelista y poeta— editor digital, crítico e historiador de cine. Es doctor en Ciencias de la Información (Comunicación Audiovisual) por la Universidad Complutense, licenciado en Publicidad y RRPP (Universidad de Vigo) y Máster en Edición por la Oxford Brookes University/Publish Editrain. Comenzó en 2000 como guionista y presentador de televisión en Galicia (TVG) y tres años más tarde se decantó por el marketing, la publicidad y los contenidos digitales, en áreas de cultura: libros, cine, música, cómics… Hasta la fecha ha publicado once libros de ensayo, narrativa y poesía, entre los que destacan su novela Ensoñación, y ensayos culturales como La huella de Vértigo(2004), Roman Polanski. La fantasía del atormentado (2005), El cine europeo. Las grandes películas (2008), Alejandro Jodorowsky (2012), libro monográfico, con prólogo del propio Jodorowsky, Venuspasión (2014), con prólogo de Luis Alberto de Cuenca y Ni un día sin poesía (2018). En relación con el mundo judío, ha colaborado con el Centro Sefarad-Israel y con Raíces: Revista judía de cultura. Fue director general de la Fundación Hispanojudía (2015-2018). Desde 2015 es presidente de Asociación Fania, agrupación con fines culturales y de lucha contra el antisemitismo. Desde 2019 es directivo en la Fundación Antonio de Nebrija. Actualmente vive en Madrid.
Lo único que de verdad posee todo gran hombre son sus rarezas.
MARCEL SCHWOB
No hay pueblo más difícil de comprender que los judíos. Se hallan repartidos por toda la tierra habitada y han perdido su país de origen. Su capacidad de adaptarse es famosa y mal vista, pero su grado de adaptación es enormemente variable. Ha habido entre ellos españoles, indios y chinos. Llevan consigo lenguas y culturas de un país a otro y las conservan más tenazmente aún que sus bienes. Los necios podrán fantasear diciendo que son iguales en todas partes; quien los conozca tenderá más bien a creer que entre ellos hay muchos más tipos distintos que entre cualquier otro pueblo. La amplísima variedad de judíos en su ser y apariencia es una de las cosas más asombrosas que existen. El dicho popular según el cual puede encontrarse entre ellos tanto al mejor como al peor de los hombres expresa de manera ingenua este hecho. Son diferentes de los demás. Pero en realidad son, por así decirlo, más diferentes aún entre sí.
ELIAS CANETTI,
Masa y poder, 1938-1960
PRÓLOGO
EL PACTO
Cuando Einstein encontró a Kafka, Contribuciones de los judíos al mundo moderno permite profundizar en algunos de los personajes que firman nuestra realidad. La elección de Einstein y Kafka es ejemplar, nos indica desde el título el propósito de señalar un vínculo entre ellos. Sí, son de ámbitos distintos, pero ambos modifican, transforman la ciencia en un caso, la cultura en el otro, y son claves para entender la modernidad. Uno y otro son judíos, como los nombres señalados de varias áreas que nos proporciona el autor en: literatura, ciencia, arte, cómic, arquitectura, industria editorial, deportes, cine, televisión, música, moda, cosmética, internet… Es un enorme esfuerzo del ensayista Diego Moldes que da como resultado esta necesaria guía donde conversan nombres, biografías con la historia empresarial y que permiten ampliar el conocimiento en áreas que nos determinan.
Este acercamiento, además de información sobre autores, es de utilidad para conocer algo de historia contemporánea. Y lo hace focalizando en el ser judío como elemento esencial que une a personas muy diversas que se han conocido o no pero que participan del ser del mismo pueblo. Pero es sobre todo un encuentro desde el amor, desde el deseo de acabar con estereotipos y prejuicios, mostrando la diversidad de un pueblo que encuentra precisamente en eso, en la diversidad, sus puntos de unión.
Pero «Me alegra que sea él quien lo cuente», como en una ocasión afirmó Joseph Weiler a Miguel de Lucas en la Fundación Juan March cuando enumeró personajes judíos célebres. Así, este libro de Diego Moldes, ensayista, novelista, poeta, crítico e historiador de cine y que, además de activista cultural, es doctor en Ciencias de la Información, ofrece un trabajo de investigación desde un profundo conocimiento y la libertad que le da ver desde afuera; como él mismo señala, no es judío, aunque lo haga desde la proximidad, la admiración a la cultura y la tolerancia.
Así, en el principio, me gusta decir «en el principio», bereshit, es un estudio de la modernidad desde el judaísmo como elemento transversal. Alguien puede pensar que este tipo de trabajos puede volver a suscitar el antisemitismo, de nuevo judíos poderosos, pero sin embargo, consigue todo lo contrario. El ser judío no garantiza el éxito. Os lo aseguro. Cada pueblo tiene sus virtuosos, sus líderes, sus artistas. El problema es que los judíos han sido de todos a veces, de nadie otras. Éste es un intento de hacer una historia que normalice una presencia que forma parte esencial, una más, de la cultura occidental. Pero el autor explica sus razones: «Cuando afirmaba escribir sobre el pueblo judío y su diáspora moderna, muchos amigos o conocidos, escritores, periodistas, editores, profesores, estudiantes de filosofía, ejecutivos, etcétera, todos preguntaban lo mismo, ¿por qué? La respuesta a ese porqué, es simple y doble: ¿Por qué no? Y también: porque sí».
Pero ¿qué tiene en común Einstein con Kafka, o Frank Gehry con Max Schuster o Mario Muchnik con Luis Bassat?, entre otros. Sí, son judíos, pero ¿qué es realmente ser judío? Kafka afirmaba que: cómo iba a saber qué tienen en común los judíos si él mismo no sabía qué tenía en común consigo mismo. ¿Ser parte tal vez de una pregunta, una interrogación? O como afirma Harold Bloom: todo se trata de influencia. Eslabón de una historia, de una civilización que, como escribió Elias Canetti, quizá no la más antigua pero sí la que más tiempo permanece. Simplemente miembros de un pueblo que en la Biblia se dice testigo. Una comunidad de lectores de miles de años. Añadiría al comentario de Elias Canetti: un pueblo, el más perseguido de la historia, no el único, pero el único que permanece. Para quienes buscan las causas del odio, olvidando que el odio no necesita razones como el amor, les diré que creo que mientras otros desaparecen por esas persecuciones, éste se mantiene a pesar de ellas. Recordemos que Einstein tuvo que huir por el nazismo y las hermanas de Kafka, como le hubiera sucedido a él mismo, fueron asesinadas por el antisemitismo europeo, por el terror nazi. Esta historia influye, claro, en la obra, influencia común.