Óscar Villarroel González - El rey y el papa: política y diplomacia en los albores del Renacimiento (Castilla en el siglo XV)

Óscar Villarroel González

Política y diplomacia en los albores del Renacimiento (Castilla en el siglo xv)

El libro que ahora se ofrece al lector es el resultado de la labor de investigación realizada por Oscar Villarroel en el último trienio, dirigida a la ampliación cronológica de una parte especialmente significativa de su Tesis Doctoral, como era la referida a las relaciones entre la Monarquía castellana y el Pontificado que, bajo el título Las relaciones Monarquía-Iglesia en tiempos de Juan II de Castilla (-) , fue presentada en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid el 20 de diciembre de 2006.

El análisis ya desarrollado durante la elaboración de la mencionada Tesis Doctoral, centrada en un periodo de enorme relevancia a la hora de definir rasgos decisivos de lo que iban a ser la política pontificia de la Monarquía castellana durante varias décadas, anunciando de una manera ya muy sintomática algunos de los objetivos más característicos de la que impulsarían los Reyes Católicos, situaba a su autor en unas condiciones óptimas para abordar un periodo extenso, como el que aquí se considera, y notablemente cuajado de contextos complejos y muy influyentes en la evolución del asunto tratado.

En efecto, el conjunto del periodo aquí estudiado, centrado en los reinados de Enrique III, Juan II y Enrique IV, dejando tan sólo apuntado el arranque del correspondiente a los Reyes Católicos, cuya inclusión, teniendo en cuenta la multiplicación exponencial del volumen informativo, habría producido un inevitable efecto de desequilibrio del resultado global, supone un periodo de rasgos muy particulares por lo que se refiere a las relaciones entre Monarquía y Pontificado, tanto si se plantean desde la perspectiva de la evolución pontificia, como si la que se adopta es la propia de la evolución de la institución monárquica. Esa misma particularidad de rasgos se percibe también, tanto se plantee el análisis desde la realidad específica de una Monarquía concreta, como, en este caso, la castellano-leonesa, o sea una perspectiva más extensa la elegida, como la propia de la multilateralidad de las relaciones del Pontificado con los distintos principados de su tiempo.

Resulta evidente que las circunstancias propias de la evolución pontificia en las que se contextualiza el punto de arranque de este estudio, es decir, los años más críticos del desarrollo del Cisma de Occidente, siendo precisamente durante el reinado de Enrique III cuando se da salida al periodo de la sustracción pontificia por parte de la Monarquía castellana, símbolo de la falta de expectativas de soluciones ampliamente consensuadas al conflicto generado por la doble elección, ya ponen de relieve la complejidad de la época considerada en clave pontificia. Pero, más allá de la solución concreta al cisma y lo mucho que en ella se implicaron los distintos príncipes de la época, no siendo

José Manuel Nieto Soria

una excepción los castellanos, la importante actividad de reuniones conciliares, la necesaria intensificación de las relaciones diplomáticas, el igualmente necesario replanteamiento de las relaciones entre el papa y los príncipes, fueron cuestiones que generaron consecuencias de efectos difícilmente imaginables a priori y que, de hecho, resultaron enormemente determinantes para cuestiones tan heterogéneas como las nuevas formas de diplomacia, la expansión del fenómeno humanista, sobre todo canalizado a través de los contactos conciliares, el establecimiento de una representación continuada de los príncipes en el entorno pontificio, el replanteamiento del significado eclesiástico de los monarcas dentro de sus respectivos reinos…

Desde el lado de la evolución de las distintas monarquías y, en particular, de la castellana, este contexto de transformación pontificia, en gran medida resultante del conflicto del cisma, coincide con un nuevo impulso en el proceso de transformación de las propias estructuras gubernativas vinculadas al poder regio en un sentido de ampliación de competencias y de capacidades de intervención. Es por ello que el nuevo contexto abierto a raíz de las negociaciones con el Pontificado, en especial, a partir del Concilio de Constanza, en el que Martín V, como luego sus sucesores inmediatos, no tendrán más remedio que mostrarse especialmente dúctiles a las nuevas demandas de intervencionismo regio en materias tradicionales de su universo reivindicativo (fiscalidad, promociones eclesiásticas, justicia o reforma), se convertirá en un factor explicativo a tener en cuenta en ese proceso de transformación del poder regio propio de la época que nos ocupa.

En consecuencia, con su nuevo trabajo, Óscar Villarroel, a partir de un aprovechamiento exhaustivo de la bibliografía y de un extenso repertorio documental, tanto publicado como inédito, nos ofrece, ya no sólo la posibilidad de conocer los detalles concretos de estas relaciones entre Monarquía y Pontificado, lo que de por sí ya constituye en tema de importancia singular, sino que también delimita en sus perfiles precisos un transfondo en el que se contextualizan y toman su explicación adecuada algunos de los procesos de transformación histórica más relevantes de esta fase final de la evolución del medievo, en la que se anuncian tantos rasgos característicos de la modernidad.

José Manuel Nieto Soria

Universidad Complutense de Madrid

Es inexcusable, al procederse a la publicación de un trabajo de este tipo, hacer un ejercicio de humildad y agradecer las múltiples colaboraciones que se han recibido a lo largo de la investigación que con él fructifica. Cualquiera que, de una forma u otra, haya llevado a cabo una investigación histórica conoce los múltiples avatares que puede conllevar, y con ello, las numerosas deudas de gratitud que se pueden llegar a contraer a lo largo del mismo. Y este análisis que se presenta no se sale de esa tónica. Procedente de una línea que comencé con mi tesis doctoral, es fruto de un largo trabajo que ha sido objeto de múltiples colaboraciones desinteresadas, que es justo que sean conocidas.

Lógicamente José Manuel Nieto, como director de mis primeras investigaciones y de mi tesis doctoral tiene un peso específico. Este trabajo es fruto también de su esfuerzo, pues desde el principio supo guiarme, ayudarme y, en muchos momentos, esperar. Justo es que esté entre los primeros, pues es mucho lo que le debo. Junto a él están los compañeros y profesores de la Universidad Complutense que, de una forma u otra, me han prestado su colaboración, así como los miembros del proyecto de investigación Las relaciones de conflicto en sus prácticas representativas. (La Corona de Castilla en su contexto europeo, siglos XII - XV ). He de mencionar especialmente a Ana Isabel Carrasco Manchado, compañera y amiga, que siempre fue fuente de ánimo y ejemplo. Junto a ella José Ignacio Ortega Cervigón y Pilar Carceller Cerviño, con quienes llevo compartidos ya muchos archivos, legajos, papeles viejos y otros avatares y placeres de la investigación; Francisco de Paula Cañas, con quien siempre se puede vagar por la Edad Media; o María José García Vera, siempre dando ánimos y confianza. Entre los amigos he de contar también a Sílex ediciones (Ramiro, Ángela y Cristina), no sólo por la magnífica edición realizada, sino por los años juntos. No quiero olvidar a Eleonor Domínguez, fundador de la editorial y autor, además, de la magnífica fotografía de la cubierta.

Mi agradecimiento también para todo el personal de los numerosos archivos y centros de investigación en los que he realizado mi trabajo. Su amabilidad y colaboración han sido inestimables y fundamentales.

Por último, pero sin duda también en primer lugar, a mi familia. A mis padres y hermanos. A mi tío Ovidio, de quien heredé la pasión por la historia y a quien debo ayudas y revisiones de mi pobre francés. Pero sobre todo a Pilar que siempre confió en mí y padeció la lectura y corrección de gran parte del manuscrito. Y a nuestros hijos, Silvia y Jorge. A los tres les he robado mucho tiempo. Sin ella primero, y sin ellos después, nada sería posible. Todo este trabajo es para ellos.