POMPONIO MELA
COROGRAFÍA
Traducción
A partir de:
Compendio geographico, i historico de el orbe antigvo. I descripción de el sitio de la Tierra, escripta por Pomponio Mela, Español antiguamente en la Republica Romana; I ahora, con nueva i varia Ilustracion, restituido a la suia Española, de la Libreria de Don Ivsepe Antonio Gonzalez de Salas, Caballero de la Orden de Calatraba, i Señor de la Casa de los Gonzalez de Vadiella. En Madrid. Lo imprimiò Diego Diaz de la Carrera; Año MDCXLIV. A costa de Pedro Laso, Mercader de Libros.
Actualización de la ortografía y puntuación, y ligera modernización del texto, por Javier Martínez.
Texto latino
Procede de:
http://www.thelatinlibrary.com/pomponius.html
TRADUCCIÓN
LIBRO PRIMERO
PROEMIO
Emprendo el tratar del orbe de la Tierra: embarazado asunto, y que de ninguna manera permite elegancia en el estilo. Todo él por la mayor parte se compone de nombres de naciones y de lugares, y en su disposición de un orden tan enmarañado, que seguir el hilo de su desarrollo tiene más de prolijo discurso que de apacible materia. Pero a pesar de ello, es muy digno de representarse a los ojos y entenderse: pues cuando el ingenio del autor no le adorne con su elocuencia, en su contemplación misma hallarán los estudiosos bastante recompensa a su atención. En otra ocasión discurriré yo en esta parte más cumplidamente, y más de propósito; pero ahora sólo lo haré breve y sumariamente en las cosas que fueren más ilustres.
En primero lugar mostraré cuál sea la forma y figura del Universo; cuáles sus principales partes, y del modo con que esté situada cada una de ellas, y la manera de su habitación. Luego las costas, y límites de todas, y como son en el mar Interior, y en el Exterior; y como en ellas entra el uno, y cómo en torno el otro las baña; añadiendo juntamente las cosas que fueren más dignas de memoria, así en la naturaleza de sus provincias, como de sus habitadores. Y para que todo con más facilidad se pueda comprender, bien que sucintamente, se ha de tomar la materia desde su principio.
I. DIVÍDESE EL MUNDO EN CUATRO PARTES
Toda esta máquina, cualquier cosa que ella sea, a quien dimos nosotros nombre de Mundo y de Cielo, es una, y con un circuito y redondez se abraza y comprende a sí misma y a todas las cosas. Divídese en partes diferentes. El lugar por donde sale el sol se llama oriente o nacimiento suyo; aquel por donde se traspone, el ocaso o poniente; por donde discurre, mediodía; por la parte opuesta, septentrión o tramontana. En el medio o centro de esta fábrica, la tierra eminente se cerca por todo su contorno del mar. Y así mismo partida en dos lados, que tienen por nombre hemisferios, de oriente a poniente se distingue con cinco zonas, o cíngulos: de suerte, que a la cinta o zona de en medio aflige el calor, y a las últimas el frío; las dos que restan habitables, tienen iguales los tiempos del año, pero no a un mismo tiempo. La una habitan los antípodas, nosotros la otra. Ignorado pues el sitio y disposición de aquella, por el excesivo calor de la zona intermedia, de ésta que nosotros habitamos hemos de hablar. Esta, pues, extendida del oriente al ocaso, y por tener tal situación más larga aun que por donde es más ancha, toda está rodeada del Océano; y de él recibe en sí cuatro mares. Uno de la parte del septentrión, dos por la del mediodía, y el cuarto de la del occidente, de los que trataremos en sus lugares.
Éste es al principio angosto, que no tiene más de diez mil pasos en su anchura, abre las tierras entrándose por ellas. Después, derramado a lo largo y a lo ancho profusamente, retira las playas, que muy distantes se van apartando. Y tornándose después las mismas casi a juntar por un lado y por otro, se estrecha de manera, que de ancho aun no le quedan mil pasos. De allí otra vez se vuelve a extender, pero con más moderación. Y luego aun más recogido que estuvo antes, torna a espaciarse: en donde siendo recibido, grande también ahora, se viene a juntar a una espaciosa laguna; pero por boca pequeña. Todo él pues, así por donde viene, como por donde se esparce, con un mismo vocablo se llama Nuestro Mar. Aquellas partes angostas y entradas por donde viene, llamamos estrecho nosotros y los griegos porthmon. Por donde se ensancha, toma en diversas partes apellidos diversos. Donde primero se estrecha, se nombra Helesponto. Donde se vuelve a ensanchar, Propóntide. Donde torna a angostarse, Bósforo tracio. Y donde otra vez se extiende, Ponto Euxino. Y la garganta por donde se junta a la laguna, Bósforo cimerio. La misma laguna, Meotis. Con este mar, y dos famosos ríos, el Tanáis y el Nilo, todo el globo de la Tierra se divide en tres partes. El Tanáis, del septentrión declinando al mediodía, se derrama casi en medio de la laguna Meotis; y de la parte contraria el Nilo en el propio mar. A cuantas tierras hay desde el estrecho hasta estos ríos, de la una parte del llamamos África, y de la otra Europa; hasta el Nilo es la África, y hasta el Tanáis, es la Europa. La Asia se llama todo lo que está de la otra parte.
II. SUMARIA DESCRIPCIÓN DE ASIA
Ésta por tres partes la toca el océano, tan diferente en nombres como en lugares. De la parte del oriente se llama el océano Eoo, de la del mediodía el Índico, y el Escítico de la del septentrión. La misma Asia pues, con grande frente y continuada, vuelta al oriente, se extiende allí de manera, que es igual en anchura a la Europa y a la África y al mar, que se ve tendido entre las dos. Desde allí procediendo entera algún trecho, de aquel océano que llamamos Índico, recibe al mar de Arabia y al de Persia, del Escítico al Caspio, siendo esto la causa de que por la parte que los recibe sea más angosta. Luego se vuelve a dilatar, y queda tan ancha como primero. Desde allí cuando ya llega a su término y a los confines de las otras dos partes de la Tierra, nuestro mar la recibe por la parte del medio; y lo restante de ella, con un como cuerno se encamina hacia el Nilo, y con otro hacia el Tanáis de la misma suerte. Sus extremos, a la corriente del rio Nilo hechos ribera, descienden al mar; y como el mismo mar camina, así después largo trecho la propia Asia va continuando sus costas. Luego sale al encuentro al mismo mar: y al principio con una grande redondez se encorva: después se ensancha en una espaciosa frontera hacia el estrecho del Helesponto, y desde él torna otra vez a encorvarse hasta el Bósforo tracio, y otra vez corva por el costado del Ponto Euxino, llega así con torcido margen hasta la garganta de la Meotis. De allí, habiendo ya recibido, como en su falda, a la misma laguna hasta el rio Tanáis, va siendo después ribera otro tanto espacio, como la corriente del Tanáis dura.
Los primeros hombres, que en ella habitan al extremo de la parte Oriental, según hemos oído, son los indios, seres y escitas. Moran los seres casi en el medio de la playa de oriente. Los indios y escitas, en los extremos. Ambas naciones, ocupan anchuroso distrito, y no sólo se extienden y derraman hasta este piélago, porque los indios en el un extremo están así mismo de cara al mediodía, y van poblando la orilla del mar Índico largamente, continuándose unas provincias suyas tras otras, si no es en donde el calor la deja inhabitable. Y los escitas miran también al norte, y son dueños de la costa Escítica, hasta el seno Caspio; si no es de donde el hielo también los retira. La región más vecina a los