El ascensor social ha frenado, los títulos universitarios ya no dan seguridad y los trabajos son cada vez más precarios. Pero ¿cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Por qué la movilidad social ha sufrido un revés y ya no va en ascenso, sino en descenso? ¿Es la nuestra una sociedad regresiva, precaria y polarizada? El prestigioso analista Oliver Nachtwey desgrana las causas de esta fractura y analiza las causas del conflicto que ello está generando: nuevos movimientos de izquierda y luchas obreras por un lado y, por el otro, protestas xenófobas y populismo de derechas.
INTRODUCCIÓN
Lo principal en la vida es vivir tranquilos y seguros. Según una encuesta sobre los objetivos profesionales realizada en el 2014, uno de cada tres estudiantes manifestaba que lo más importante en la vida era encontrar un puesto de trabajo en el sector público. Las profesiones vanguardistas, las empresas arriesgadas y la autonomía creativa cada vez pierden más atractivo para los estudiantes. El sector público les parece uno de los pocos lugares en que se puede esperar estabilidad en el empleo, seguridad y un ascenso previsible. Esta perspectiva profesional algo aburguesada de los jóvenes universitarios no constituye más que una pequeña muestra de una sociedad en la que parece predominar el miedo colectivo al descenso social. ¿Cómo se ha podido llegar a esto?
La memoria histórica suele ser de corto alcance, y por eso son ya pocos los que se acuerdan de que, en 1999, la economía alemana era aún considerada « the sick man of the euro »: por entonces, el índice de paro no dejaba de alcanzar nuevos máximos. Hoy, la realidad se presenta de otra manera: en Europa, el paro está alcanzando unos niveles récord; en la República Federal de Alemania, en cambio, se puede decir que nunca se había dado tanta ocupación como en este 2016 (y que desde la reunificación alemana nunca había habido menos parados). Mientras los Estados europeos se hunden en una espiral de austeridad y crisis económica, la economía alemana se resiste tenazmente a esta tendencia. Pero en realidad eso no es más que un bonito envoltorio. Alemania forma parte de la «crisis del capitalismo democrático» (Streeck, 2013) tanto como los demás países europeos.
Siguiendo sobre todo el ejemplo del desarrollo alemán, en este libro hablaremos de un cambio social fundamental que se está produciendo en la mayor parte de los Estados capitalistas occidentales: de una situación de ascenso e integración social —tal pretende ser nuestra tesis principal— se ha pasado a una situación de descenso, precariedad y polarización a nivel social.
Desde el llamado milagro económico, Alemania se ha venido considerando un país en el que la pobreza solo tiene un papel marginal. Asimismo, la euforia por la nueva «plena ocupación», tal y como se proclama en libros y prensa, no deja ver fácilmente el sensible aumento en este país de la desigualdad social, el fuerte crecimiento del sector del salario bajo y la manera alarmante en que se ha generalizado la precariedad. Bajo la superficie de una sociedad estable, hace tiempo que se están erosionando los cimientos de la integración social y se están multiplicando las caídas y los descensos en el seno de la sociedad.
La literatura es un sismógrafo que refleja con especial sensibilidad este cambio, a la vez que registra y expresa nostalgia por el progreso social. En su trilogía novelesca sobre la vida de Hildegard (Hilla) Palm —Das verborgene Wort («La palabra oculta», 2001), Aufbruch («La partida», 2009) y Spiel der Zeit («El juego del tiempo», 2014)—, Ulla Hahn dibuja con finos trazos un retrato moral del ascenso social en las décadas inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Hahn cuenta la historia de su protagonista, en la cual se aúnan el amor a la literatura y el deseo de llevar una vida «independiente». Hilla posee un talento extraordinario, puede ir al instituto y —cosa inhabitual para una joven campesina «hija de proletario»— estudiar una carrera. Percibe esa fina —y no tan fina— línea que la separa de condiscípulos poco dotados pero que consiguen los puestos más codiciados. No obstante, aunque su familia lleva una vida humilde y sin ambiciones, ella logra un ascenso ejemplar para su época por medio de los estudios.
Pero las historias que cuenta la literatura de la época actual hablan más bien de fracaso, inseguridad, descenso y caída. En la novela basada en hechos reales Möbelhaus («Tienda de muebles», 2015), el autor, un antiguo periodista que escribe bajo el seudónimo de Robert Kisch, narra su propio descenso social, es decir, de periodista reputado a vendedor de muebles. Es la historia de un largo declive, probablemente único en su género, que además muestra el cambio experimentado por un sector profesional que hasta hace unos años prometía prestigio, iniciativa personal y elevados ingresos. Ese mundo del periodismo ya ha dejado de existir o, en todo caso, únicamente sigue existiendo para unos pocos. Pero Möbelhaus no es el único ejemplo. En su relato vivencial Saisonarbeit («Trabajo estacional», 2014), la autora, Heike Geißler, habla de cómo ya no podía seguir viviendo de la escritura y se vio obligada a trabajar en el departamento de ventas de Amazon. En la misma línea escribió Thomas Melle su novela sobre la clase baja 3000 Euro , publicada en el 2014 . También existen otras novelas que tratan sobre la pérdida de la seguridad, como hacen por ejemplo Katharina Hacker en Die Habenichtse («La pobre diabla», 2006), Ernst-Wilhelm Händler en Wenn wir sterben («Si morimos», 2002), Rainald Goetz en Johann Holtrop (2012), Wilhelm Genazino en Fremde Kämpfe («Luchas ajenas», 1984) y Un poco de nostalgia (2007), Georg M. Oswald en Alles was zählt («Todo lo que cuenta», 2000) o, finalmente, Silke Scheuermann en Die Häuser der anderen («Las casas de los otros», 2012).
La literatura no es un diagnóstico social, pero frecuentemente dice muchas cosas atinadas sobre la realidad, de la que aquí se hablará desde una perspectiva más científica.
En este libro intentamos reformular algunas preguntas clásicas de la sociología: ¿En qué sociedad vivimos realmente? ¿Qué es lo que mantiene cohesionados a los grupos y los individuos y qué es lo que los separa? ¿Cómo se interrelacionan la desigualdad, el dominio, la integración social y los conflictos sociales? Muchas de las tesis aquí expuestas, con indudable pasión sociológica, son a veces algo aventuradas, ya que en algunos ámbitos aún falta verificación empírica. Además, básicamente se desarrollaron teniendo como modelo un Estado nacional único, donde los aspectos internacionales y transnacionales solo se tocan de manera tangencial (al final del volumen se encontrará un somero esbozo de las tendencias europeas). En medio está nuestro intento por exponer, y en lo posible comprender, los desarrollos de los últimos decenios de una manera históricamente comparativa (véase Mill, 2000) [1959]).